"Lukas en El Mercurio de Valparaíso", el libro presentado el martes pasado por esta Empresa en el auditorio del Duoc UC, no es un texto de historia ni tampoco una biografía de ese genial ilustrador que fue Renzo Pecchenino. No es historia, es un esfuerzo para mostrar y conservar el trabajo del "primer sociólogo ilustrado de esa segunda mitad siglo XX", como califica al dibujante el director de este Diario, Carlos Vergara.
La esmerada edición recoge gran cantidad de sus viñetas, sólo parte de su inagotable producción, que es cercana a las 35 mil piezas, principalmente "monos" para las ediciones de Valparaíso y Santiago de "El Mercurio", "La Estrella" y "La Segunda".
Los dibujos de Renzo Pecchenino, Lukas, no son un chiste. Si bien muchas veces hace reír a carcajadas, son observaciones certeras de la vida, de la contingencia, de la ciudad, del país y hasta del mundo.
Muchas de sus creaciones podrían estar perfectamente vigentes en la actualidad, pues los problemas son los mismos, pero con distintos protagonistas y también con distintas soluciones que tardan y que a veces nunca llegan.
La tarea de Lukas se centra en Valparaíso, recogiendo características y conductas humanas con un dibujo rápido, pero perfecto, mostrando el detalle urbano relevante y creando un diálogo entre el entorno, las personas y el lector que se siente identificado con la breve escena contenida en ese cuadrito en blanco y negro de 15 por 20 centímetros, parte del contenido editorial del Diario.
En su última entrevista, cuando tenía muy claro el viaje final -"creo que de esto no se salva nadie"- afirma que sus chistes dejan de ser graciosos para convertirse en documentos y otros "están siempre vigentes".
Y recorriendo el libro se pueden constatar esas dos características de sus "monos": la condición documental de etapas recientes y la vigencia de situaciones latentes, parte de la diaria realidad.
Recuerda la obra presentada el martes ante un atento auditorio, que el trabajo de Lukas, infatigable, no se agota en las páginas periodísticas. Está también en varios libros donde se suman su delicada ilustración y su fina observación. A ello se añade su creatividad publicitaria y también su trabajo televisivo que la mencionada obra salva de la obsolescencia propia de los medios electrónicos.
El rescate que hace El Mercurio de Valparaíso del trabajo de Lukas, presenta un ejemplo de como la crítica y el humor pueden ser punzantes, contingentes y perdurables, sin caer en la vulgaridad ni en la odiosidad que hoy encuentra espacio en algunos medios tradicionales y en el desenfreno de las redes sociales. Una lección actual, resultado de la creatividad de un gran ser humano que recuerda valores permanentes.