Estadísticamente, el Congreso del Futuro es considerado como el principal evento científico de América y el cuarto suceso de innovación a nivel mundial por su calidad, invitados y exposiciones. Una realidad que nos debe llenar de orgullo como país, sumando su acceso gratuito y que es el único en el planeta que se realiza desde un Congreso Nacional.
Sin embargo, pese a todos esos elementos positivos, considero su mayor aporte está en la diversificación de la base productiva para regiones y la posibilidad de debatir sobre el mundo que queremos construir a futuro.
Antofagasta, Coquimbo, O'Higgins, Maule, Biobío, Araucanía, Los Ríos, Aysén, Magallanes y, por supuesto, Valparaíso, tendrán la posibilidad de escuchar a Premios Nobel, apreciar investigaciones en diversas áreas de la ciencia, avances tecnológicos, innovación y cómo aprender los conceptos desde nuestras universidades y la academia. Es un gran paso para democratizar el acceso a la ciencia y la tecnología.
Chile debe aprender de las experiencias de países que han dado el salto al desarrollo a través de la ciencia. Será un nuevo impulso para darnos cuenta que necesitamos cambiar nuestro modelo de desarrollo, pasando de la mera exportación de materias primas a la elaboración, con valor agregado, de nuestros productos, proyectos e ideas. De lo contrario, seguiremos mirando el desarrollo desde lejos, como ya nos pasó con el salitre y el cobre, los cuales fueron desaprovechados. Ahora, con el litio tenemos, tal vez, la última oportunidad de transformarnos en un país desarrollado.
Para eso es clave el desarrollo de los territorios y las regiones. Nuestro país debe tener en regiones a científicos en múltiples ámbitos, porque es precisamente fuera de Santiago donde existe la mayor cantidad de materia prima para las investigaciones.
Valparaíso, por ejemplo, podría encabezar la innovación y avances en materia de salud. Actualmente se cuenta con el Centro Interdisciplinario De Neurociencia o la sorprendente experiencia de la Clínica de Reproducción humana de la Universidad de Valparaíso, con su hermoso proyecto que permite que mujeres con cáncer puedan, tras un inédito procedimiento, optar a ser madres, pese a la enfermedad. Investigaciones sobre alimentos para el futuro que lidera la PUCV y la puesta en marcha del concepto Hospital Digital en la zona.
Ese es el verdadero llamado que realiza el Congreso del Futuro, una invitación no sólo a debatir con Premios Nobel o escuchar debates sobre pensamiento crítico, además es la oportunidad para definir desde las regiones el aporte real y concreto en materia científica. La ciencia en Chile está más viva que nunca.
Francisco Chahuán
Senador y miembro de la Comisión Desafíos de Futuro