PABLO DIEZ BENNEWITZ
Los servicios son actividades económicas que comúnmente crean un producto intangible, por ejemplo: educación, entretenimiento, hospedaje, gobierno, finanzas o salud. Actualmente un 74% del PIB (Producto Interno Bruto) de Chile proviene del sector de los servicios; éste está creciendo cada año, siguiendo la tendencia observada en mundo. Los servicios constituyen el sector económico más grande, en Chile y el mundo.
Las migraciones y búsqueda de empleos
En la primera mitad del siglo XX se registran dos grandes olas migratorias dentro de Chile, las más significativas de nuestra historia. La primera, ocasionada por la cesantía que, surgida desde 1915, a raíz del cierre de las oficinas salitreras. La otra, originada por la población rural que buscó mejores oportunidades dirigiéndose hacia las ciudades, como secuela de nuestro anacrónico sistema agrícola de entonces, que no tuvo respuesta ante la gran depresión económica mundial de la década de 1930.
Con ambas olas migratorias, las personas dejaron las oficinas salitreras y el campo, buscando empleo en las ciudades. Así entonces, comienzan paulatinamente a emplearse más personas en los sectores de servicios, mientras el empleo en la manufactura o producción de bienes tangibles fue paulatinamente disminuyendo.
El auge en los servicios
La evolución de la manufactura durante el siglo XX, además mostró un avance sensible de la productividad. La segunda revolución industrial, que tomó impulso mundial desde 1950, posibilitó la automatización de procesos y la producción en serie. Hacia la década de 1990, es la tercera revolución industrial la que se expande en nuestro planeta, introduciendo las tecnologías de la información como herramienta administrativa fundamental. Con ello, ante la cada vez mayor automatización e informática, las empresas de manufactura van requiriendo proporcionalmente cada vez menos trabajadores, mejores maquinarias y sistemas de información más modernos.
Simultáneamente, los incrementos en la productividad en la manufactura y la agricultura, por ejemplo, la técnica del riego por goteo, han hecho posible que más de nuestros recursos económicos se dediquen a los servicios. Adicionalmente, Chile avanzó en su crecimiento económico, lo que se intensificó desde 1985 en adelante, con lo que vastos sectores de la población accedieron a mejores niveles de ingresos.
Con el mayor poder adquisitivo, cada vez más un mayor porcentaje de compatriotas disfruta de los beneficios de la educación, la salud, el entretenimiento y muchas actividades más que llamamos servicios. Ejemplos hay varios: La penetración en Chile del TV cable, Netflix o el CDF, servicios todos ellos, demuestran que en promedio nuestra población destina cada vez una mayor parte de su presupuesto a los servicios. El notable crecimiento de la gastronomía, hotelería y vuelos aéreos en Chile, son otras señales en la misma línea.
Esta mayor demanda por servicios implica un mayor estímulo para las actividades empresariales de prestación de servicios. Con ello, aumentan también los requerimientos de dichas empresas por contratar trabajadores, con lo que crece el empleo en el área de los servicios. Así, no es extraño que el 74% del PIB chileno provenga del sector de los servicios.
Desafíos con la cuarta revolución industrial
Actualmente, desde el 2015 en adelante, entró en apogeo la cuarta revolución industrial, consistente en la digitalización, procesos que funcionan con algoritmos de inteligencia artificial y learning machine, con énfasis en el comercio electrónico y la sustentabilidad con todo el entorno.
Chile no es la excepción de esta nueva revolución. Hay destacadas organizaciones que entregan soluciones modernas y amigables con el medio ambiente, a partir de desarrollos tecnológicos innovadores. Está por ejemplo NotCo, empresa chilena y la primera de Latino América en obtener financiamiento del fondo de inversiones de Jeff Bezos, el fundador de Amazon y millonario N° 1 del mundo según la última lista de Forbes.
La cuarta revolución industrial, al igual que las anteriores propiciará un alza significativa en la productividad de las empresas. Por ende, existirá una mayor riqueza en la economía que, tal como sucedió con las revoluciones anteriores, mejorará la prosperidad de los seres humanos e intensificará más la inversión en el rubro de los servicios. Si bien se están reduciendo los empleos en la manufactura, aquello no es novedad. En cambio, en los servicios está el potencial para el crecimiento de la economía. A no tenerle miedo a la cesantía en la manufactura. Las oportunidades laborales y empresariales están en los servicios. Bienvenido sea.