Pamela Boltei
Luego del anuncio de cierre del Monasterio de las Carmelitas Descalzas de Agua Santa, en Viña del Mar, por la falta de autonomía debido a la poca cantidad de hermanas en la comunidad, algunos sacerdotes de la región abordaron el actual momento de la Iglesia y la crisis vocacional por la que atraviesa, planteando como un desafío el recuperar las confianzas de los feligreses en la institución.
"Con mucha pena estamos viendo desde hace algún tiempo cómo se fue reduciendo el número de hermanas en nuestra comunidad. Además, como ya todos saben, nuestra madre Priora Cristina de María falleció el 14 de Mayo. Actualmente quedamos cinco hermanas y algunas muy frágiles de salud. Al ser tan pocas hermanas la comunidad perdió la autonomía vital siendo imposible vivir la vida fraterna y litúrgica que la Iglesia nos pide. Desde hace varios meses venimos asumiendo esta realidad. Con la muerte de la Madre se hizo más claro que no podemos seguir, ya que con el número de monjas que somos no podemos convocar a elección de nueva priora. Hemos sido muy acompañadas y sostenidas por nuestra Asociación de Carmelitas de Chile. Con su ayuda estamos haciendo un proceso tranquilo y amable hacia el cierre definitivo del Monasterio. Ha sido una decisión dolorosa pero necesaria", es parte de lo que dicen en un comunicado que se conoció esta semana.
Allí también afirman que una vez que cada hermana encuentre el monasterio Carmelitas para trasladarse, la Santa Sede podrá determinar el cierre definitivo del lugar.
"Baja en vocaciones"
El rector del Santuario Purísima de Lo Vásquez, Andrés Valenzuela, lamentó la situación. "No debe haber sido fácil, sin embargo dado el acontecer que ellas estaban viviendo en cuanto a salud, (se comprende)".
Consultado sobre cómo está el interés vocacional en la Región, el padre planteó que "hay una baja en las vocaciones que se debe a lo que estamos viviendo como sociedad, a lo que vive la Iglesia".
En tal sentido, "el desafío a nivel vocacional es vivir la vocación que cada uno tiene con alegría y con gozo y eso genera testimonio, que implica también una coherencia en la vida que se exige, porque hoy todo esto pasa mucho por el testimonio que uno dé. A grandes rasgos las vocaciones han bajado en un 40%, y ha sido notorio respecto a años anteriores, aunque han habido otros momentos en que también han bajado".
El padre Pedro Nahuelcura, de la Iglesia Corazón de María de Valparaíso, dijo que "hay que diferenciar las vidas de las monjitas en los monasterios y las vidas religiosas que son las apostólicas y en ese último caso creo que están en crisis, igual que los sacerdotes en estos últimos años. Hay varias congregaciones tradicionales en nuestra región que han tenido que cerrar, que buscar una reunificación pastoral para tomar decisiones, como por ejemplo lo que vivimos hace unos años atrás con las religiosas que estaban en el hospital Carlos van Buren, hay otras congregaciones en que la edad de ellas es bien avanzada y no han entrado vocaciones en estos últimos tiempos".
"Hemos fallado"
En ese sentido, aseguró que "no es que el Señor no llame, Él siempre sigue llamando, especialmente en momentos difíciles. Hemos fallado en el método y la forma de conquistar nuevas vocaciones".
El padre Enrique Opaso, párroco de la Iglesia San Miguel de Recreo y director de Refugio de Cristo, dijo que "hemos quedado impresionados con la declaración oficial del cierre de las monjitas. Yo soy vecino de ellas y me enteré porque fui a comprar ostias. Las congregaciones en el mundo viven una crisis vocacional como la vivimos los religiosos y los diocesanos".
Expuso que "claramente hay una crisis vocacional no sólo frente a las situaciones que se han producido los últimos 10 años a propósito del tema de los abusos que han habido y tanta gente que se ha decepcionado con esto. Veníamos en un tema de un mundo súper materialista, individualista, en donde el darse comienza a ser bastante más difícil. Había un crisis vocacional que se venía manifestando... Acá, en la diócesis, hay congregaciones que han cerrado, las monjas inglesas se fueron hace años también, se han ido otras religiosas y religiosos, como los padres capuchinos, por temas vocacionales. De hecho, en mis tiempos de seminario fuimos casi 50 seminaristas y hoy entiendo que hay siete. Y no es bueno esconder la verdad con un dedo, está pasando. Lo que tenemos que hacer es mirar hacia adelante".
Baja de 70%
A juicio de Opaso "tenemos que compartir la autoridad, la Iglesia es una institución de servicio y no de poder. Hoy en los ocho cursos del seminario hay siete seminaristas, tenemos un bajón súper grande, más del 70% respecto de la época en que estaba yo. Y estamos todas las diócesis igual, no hay ninguna del país que sobresalga en materia vocacional... hay vocaciones, pocas, y tenemos que seguir trabajando con lo que hay. Jesucristo hizo una promesa: que pasarán los cielos y la tierra, pero mi Palabra no pasará. Y hay otras grandes crisis que ha vivido la Iglesia en su historia y estos son tiempos de reflexión. Esta baja de vocaciones, estas situaciones vergonzosas a las que nos hemos visto enfrentados por el tema de los abusos tienen que hacer cambiar la dinámica de la Iglesia, y el mundo laico y el mundo no creyente necesita encontrarse con la Iglesia servidora".
"Hay una baja en las vocaciones que se debe a lo que estamos viviendo como sociedad, a lo que vive la Iglesia"
Andrés Valenzuela, Rector Santuario Lo Vásquez
"Había un crisis vocacional que se venía manifestando... Acá, en la diócesis, hay congregaciones que han cerrado"
Enrique Opaso, Párroco Iglesia San Miguel
"Hay que seguir rezando"
El padre Pedro Nahuelcura, de la Iglesia Corazón de María de Valparaíso, sostuvo que "siempre el cierre de una comunidad monástica, como el Monasterio de las Carmelitas Descalzas, es triste, porque son el pulmón de la vida de la Iglesia, su esencia es la vida de oración, un centro de espiritualidad de tanta importancia como lo es un carmelo, que se cierre por falta de vocaciones y porque se toman las decisiones de que ya no se puede mantener da mucha tristeza, sobre todo uno tan tradicional en un barrio tan importante. Ahora, tenemos otros cinco monasterios que han estado surgiendo con bastantes vocaciones. Ciertamente, nos llama la atención la crisis del carmelo de Viña del Mar y hay que seguir rezando para que sigan surgiendo vocaciones. Se podrá cerrar un monasterio, pero no termina la vida contemplativa".