La presentación de ayer con Carlos Lobos como protagonista podría haber sido la última en Everton de cara a la primera parte del 2020.

El esfuerzo económico realizado por el club para traer ocho refuerzos (Johnny Herrera, Rodrigo Echeverría, Marco Sebastián Pol, Patricio Rubio, Fernando Saavedra, Luis Santelices, Jorge Díaz Price y el propio Lobos) y la concreción de dos renovaciones (la compra de Benjamín Berríos y el nuevo préstamo de Bastián San Juan), habrían dejado satisfecho al técnico Javier Torrente, quien luego de los amistosos contra Deportes La Serena y Unión La Calera ya tendría una noción clara sobre su nuevo equipo.

Mucho se había especulado con la eventual llegada de un mediocampista argentino desde Talleres de Córdoba, sobre todo por el interés de Andrés Fassi, presidente del club cordobés y vicepresidente del Grupo Pachuca, por traerlo para foguearse. Sin embargo, según explicaron desde Everton, Torrente estaría conforme con su plantel y preferiría potenciar a un canterano que traer a un joven volante trasandino.

Como pocas veces antes, Everton afrontará el inicio del campeonato nacional con su plantel abrochado con varias semanas de anticipación. Ese justamente había sido uno de los objetivos propuestos en la interna auriazul apenas terminó la temporada 2019 y lo cierto es que se cumplió a cabalidad.

Ayer el club presentó a quien sería su último refuerzo para la campaña 2020: Carlos Lobos. El volante había sido anunciado la semana pasada una vez que se concretó el acuerdo entre el Grupo Pachuca y Universidad Católica por la continuidad de Edson Puch en los cruzados, en una operación que contempló que el 50% del pase del mediocampista pasara a Everton, club al que llegó con un contrato por tres años.

"Sabemos de su calidad, lo ha demostrado en Católica, así que esperar que se encuentre con un grupo humano, y en lo profesional sea el despegue definitivo de su carrera. Que pueda encontrar un rendimiento superlativo y pueda sumarse a este gran cuerpo técnico y grupo de jugadores", comentó Gustavo Dalsasso, director deportivo del cuadro viñamarino, al momento de presentar al jugador de 22 años.

Un tipo de pocas palabras, introvertido a ratos, pero directo a la vez, Carlos Lobos se mostró feliz por este nuevo desafío en su carrera y después de algunos días entrenando con el plantel ya comienza a ilusionarse.

"En el momento en que hablé con la gente del club me pareció una muy buena idea, yo siempre presenté mis ganas de llegar al club. Se ve un buen grupo, un buen equipo, y creo que con el correr de los días y de los partidos vamos a ser un muy buen equipo para poder lograr llegar a copas internacionales", fueron algunas de las primeras palabras del nuevo mediocampista auriazul.

Pese a que entró como parte de la negociación de la UC por Puch, el joven volante recalcó que no puso trabas para llegar a Viña del Mar, ni que tampoco se molestó por pasar del actual bicampeón del fútbol chileno a un equipo que lleva dos años peleando por evitar el descenso.

"Primero, siempre supe del tema de la negociación, y mis intenciones de venir siempre estuvieron. Es un tema más allá que lo ven otras personas, pero mis intenciones siempre estuvieron de venir acá", aseguró.

"Antes que se cerrara la negociación yo tenía que estar allá entrenando (en la pretemporada de la UC) y era algo que se debía hacer. En el momento en que me avisaron que se había dado y que habíamos llegado a buenos términos, feliz de llegar acá. Yo siempre supe que podía venir acá y estaba feliz de venir", agregó.

Consultado sobre su sentir al ser utilizado como una suerte de moneda de cambio por Puch, Lobos mantuvo el discurso, y la paciencia, e insistió en que "yo estuve feliz de venir acá, hablé con la gente del club, con Gustavo (Dalsasso) y con Camilo (Rozas), y mi intención siempre fue venir. ¿Amargado? No, para mí fue un desafío lindo el poder venir acá, sentir que puedo tener opciones, para nada desanimado, feliz de llegar a este gran equipo y poder lograr cosas importantes".

Los otros refuerzos que han arribado a Viña del Mar entusiasman a Lobos, quien sostuvo que "un objetivo es llegar a copas internacionales, luchando partido a partido sí podemos estar bien arriba. Hay hartos jugadores que vienen de equipos ganadores y el equipo se está conformando bien", algo que incluso lo lleva a pensar que serán animadores como para amargarles el campeonatos a los denominados clubes grandes.

Pero independiente de venir de la UC, el volante es consciente que no tiene nada asegurado en Everton, sobre todo en un mediocampo con tipos como Rodrigo Echeverría, Fernando Saavedra, Benjamín Berríos y Benjamín Rivera.

"Va a ser una linda lucha, una competencia sana, y hay que luchar por el puesto, entrenar y ganárselo día a día, y el que esté mejor preparado irá jugando", avisó el jugador, quien ya comienza a palpitar los colores oro y cielo.

"Sabemos de su calidad, lo ha demostrado en Católica, así que esperar que sea el despegue definitivo de su carrera".

Gustavo Dalsasso, Director deportivo de Everton

"Fue un desafío lindo el poder venir acá, sentir que puedo tener opciones, para nada desanimado".

Carlos Lobos, Volante oro y cielo