Plan de rescate del Gobierno asegura la posibilidad de tener trolebuses por décadas
CIUDAD. Cuando se cumplen 67 años de operación, el sistema de trolebuses enfrentará un 2020 más auspicioso tras el anuncio de apoyo estatal. El retorno de antiguos itinerarios aumenta la posibilidad de que sigan circulando.
La imagen de los trolebuses en Valparaíso genera la misma emoción patrimonial que evocan las iglesias, edificios, ascensores, construcciones y paisajes de inspiración europea que abundan en el Puerto.
Eso explica que un eventual fin del transporte eléctrico se viviera casi como una tragedia ciudadana para los porteños, las autoridades locales y los turistas nacionales y extranjeros.
Por esto el plan de rescate de los típicos buses con "suspensores", avaluado en $322 millones de pesos anuales durante 7 años, es un respiro, un mensaje positivo en medio de una ciudad que ha recibido el embate de una violencia inusitada que no cesa desde el inicio del estallido social y donde la destrucción de la infraestructura urbana ya es cosa habitual.
Viaje en el tiempo
Los trolebuses atravesando calle Condell ha sido básicamente una postal tradicional del plan del Puerto durante décadas. Los turistas, atraídos por estas máquinas que transportan en el tiempo, emprenden un viaje con la historia y la esencia de esta zona.
La desaparecida Empresa Nacional de Transporte (ENT) asumió la tarea de reemplazar en 1948 a los "problemáticos" tranvías de Valparaíso por trolebuses. Sin embargo, la intención se concretó sólo hasta 1952 cuando se compraron 30 trolebuses, vía crédito directo a la Pullman Standard Co. de Massachusetts.
La línea aérea de contacto, cuya imagen hasta hoy se idealiza, fue instalada recién a mediados de diciembre de 1952 por técnicos de la ENT.
El primer recorrido se realizó con 7 unidades entre Plaza Victoria, avenida Pedro Montt y la Avenida Argentina. En marzo de 1953 surge una denominada "línea 2", también entre Avenida Argentina y Aduana, pero vía Avenida Colón.
PEDRO MONTT en la mira
Hoy el panorama es distinto. El itinerario de los trolebuses se ha visto drásticamente disminuido desde el 2007 a falta de presupuesto. Ese año se suspendió en forma definitiva el servicio por avenida Pedro Montt.
Eduardo Parra, chofer desde hace 27 años del servicio de transporte eléctrico, lamenta que el mítico autobús patrimonial de la ciudad se vea perjudicado por la escasez financiera y por un escaso apoyo, tanto a nivel regional como estatal.
El funcionario admite que la situación de crisis que vive el país pudo influir en que el Gobierno no mostrara mayor interés por la compleja situación que afecta a este sistema de transporte. A su juicio lo ideal sería que, tras el aumento de un subsidio estatal, el recorrido regresara a la avenida Pedro Montt. "Apoyo el acuerdo suscrito por la ministra de Transportes y la empresa trolebuses de Chile. Es significativo para todos quienes trabajamos desde hace años aquí", finalizó.
Pasajeros y turistas
Muchos usuarios quedaron satisfechos con el anuncio del apoyo estatal a la empresa.
Leticia Rojas, que ocupa estas máquinas desde niña, las considera como un servicio prioritario. Para ella los ascensores y el sistema de buses eléctricos conforman un circuito básico de traslado porteño.
Miguel Moncevich, también usuario habitual, dijo que "para ser sincero, el traslado en los trolebuses para mí es de primera necesidad". Por eso lamenta que en medio del escenario sea " inasequible tratar de abordar el transporte por la tarde producto de las movilizaciones y protestas que terminan en confrontaciones".
"Para ser sincero, el traslado en los trolebuses para mí es de primera necesidad".
Miguel Moncevich, Usuario de trolebuses
"Apoyo el acuerdo suscrito por la ministra de transportes y la empresa trolebuses de Chile".
Eduardo Parra, Chofer de trolebuses