En un contexto de pandemia global, el transporte se ha convertido en uno de los principales focos de contagio debido a la gran cantidad de personas que lo utilizan diariamente, con las consiguientes aglomeraciones. A pesar de lo anterior, existe una serie de medidas que tanto usuarios como autoridades pueden tomar para limitar las probabilidades de contagio.

En términos generales, el llamado es tratar de evitar lo más posible el uso del transporte público, tanto del metro como de los buses. Es decir, si es que existe la posibilidad de caminar para evitar un trasbordo o hacerlo directamente a nuestro destino final, es una buena medida hacerlo. En particular, se debe privilegiar los medios de transporte que no generen aglomeraciones de personas, como la bicicleta o el automóvil particular.

La idea es intentar usar el transporte público lo menos posible en estas circunstancias, de modo que para aquellos que se vean en la obligación de hacerlo, puedan disponer de mayores espacios, menor hacinamiento y, por consiguiente, tener un transporte más seguro.

Para lograr aquello, una idea adicional es que los vecinos puedan organizarse para compartir viajes, de modo de reducir la cantidad de personas con las cuales interactúan.

En ese sentido, el uso de plataformas tecnológicas como Uber o Cabify es también aconsejable, pues la distancia que uno mantiene con el conductor es mucho mayor que la que se tiene con otros pasajeros si uno va en bus o metro.

Si finalmente no se tiene otra opción más allá del transporte público, es importante no sólo mantener distanciamiento con el resto, sino que también evitar estar en contacto con superficies que pudiesen ser foco de infección, evitando así llevar el virus a la casa.

Otra estrategia que sirve es tratar de modificar los horarios de los viajes. En estas circunstancias, los empleadores deben tener mayor flexibilidad para permitir horarios de trabajo diferidos que eviten que todo el mundo tenga que utilizar el transporte público en el mismo horario. Por ejemplo, si un trabajador puede llegar a las 10 AM en vez de a las 9 AM, está ayudando a todos a tener menos tasas de hacinamiento y, por ende, probabilidad de contagio.

Finalmente, el rol de las autoridades en esta crisis es insoslayable. El gobierno y las empresas deben mejorar las medidas de sanitización, en particular en los buses, idealmente realizando procedimiento de desinfección cada vez que un bus llega al terminal.

Además, el Ministerio de Transportes debe hacer todos los esfuerzos que sean necesarios para mantener la oferta de transporte, pues si se mantienen las frecuencias y la demanda disminuye, como lo ha estado haciendo, la cantidad de viajeros por metro cuadrado disminuye, haciendo el entorno más seguro para toda la comunidad.

Hay que decirlo: el "turismo de cuarentena" era perfectamente previsible y controlable. Ya la semana pasada se advertía el desplazamiento de vehículos particulares desde la capital en dirección a la costa. El movimiento se intensificó el viernes y se mantuvo todo el wikén.

Propietarios de una segunda vivienda en esta Región o en la Cuarta, en vista del cese de actividades presenciales de trabajo o estudio, decidieron salir a "tomar aire" en lugares aparentemente no contaminados. Ello, ante cifras que demostraban que el foco del coronavirus partía de la capital y, especialmente, del sector oriente, donde, mayoritariamente, residen quienes tienen una segunda vivienda.

Esta presión poblacional en medio de la emergencia implica una serie de problemas en comunas, especialmente costeras, grandes o pequeñas. Está el tema del abastecimiento, que ya acusa brechas; además, inquietan demandas en salud que recaen en farmacias, servicios hospitalarios y de vacunación.

Además, cuestión clave es que las personas provenientes de la capital son potencialmente portadores del coronavirus, dados los números conocidos.

Las declaratorias locales de cuarentena, como la establecida en Valparaíso por el alcalde Jorge Sharp, no tienen mayor alcance sobre el movimiento de visitantes, salvo que, supuestamente, no habrá servicios de hotelería o gastronomía. El cierre del comercio no impide las indeseadas visitas.

Por otra parte, la anunciada obligación de retorno para estos turistas de cuarentena es difícil de hacer cumplir. ¿Habrá un control puerta a puerta o edificio por edificio para establecer si los ocupantes son visitantes?

Ya se han dispuesto cordones sanitarios en algunos puntos del país, medida necesaria para detectar casos de afectados por la pandemia, pero que no frenó un notorio movimiento de vehículos y personas propio de un periodo normal de vacaciones.

Hubo reacciones locales con corte de algunas rutas, medidas de fuerza ilegales pero explicables, supliendo la falta de una acción oportuna de la autoridad.

Ahora, ante los hechos consumados y una carga poblacional que conlleva mayores demandas y riesgos de propagación territorial de la pandemia, sólo cabe esperar rigurosidad en los controles y un efectivo cumplimiento del plazo de retorno fijado para hoy martes, antes de las 22 horas, momento de inicio del toque de queda.

Ahora solamente hay que apelar a la responsabilidad de quienes, frívolamente, han adoptado el camino fácil de huir del epicentro de la pandemia, olvidando que su desplazamiento deja una peligrosa e imborrable huella que puede llevar a multiplicar el problema de salud que, en teoría, debe ser combatido, solidariamente, por toda la población.

151 años | 24 de marzo de 1869

Hospital de Caridad recibe indemnización

La administración del Hospital de Caridad de Valparaíso ha recibido de los señores Jenkins y Compañía la suma de veinticinco pesos que dichos señores entregan a modo de limosna al establecimiento por el mal rato que pasaron los pacientes y vecinos con el humo y el mal olor que produjo el derrame de alquitrán reciente.

101 años | 24 de marzo de 1919

EE.UU. y G. Bretaña apoyarán a Francia

PARÍS, 23.- El jefe del gabinete del gobierno de Francia, Georges Clemenceau, retiró su renuncia al cargo, luego que Gran Bretaña y Estados Unidos aseguraran que respaldaran a ese país en la exigencia que la Austria alemana no sea anexada a Alemania. El otro punto sobre la ribera del Rhin que pedía Francia, no se consideró.

51 años | 24 de marzo de 1969

Soberbia destreza en rescate de ingleses

Como un soberbio ejemplo de destreza marinera calificaron los miembros de la base "Balleneros", de Gran Bretaña, en la Antártida, su rescate por dos helicópteros del buque chileno "Piloto Pardo" en la Isla Decepción. La valerosa acción de salvamento de los marinos chilenos fue en medio de una violenta erupción volcánica.