¡Lo estamos haciendo muy bien! (yeah, yeah)
Valparaíso, como lo anticipó Mellado, terminó de apagarse hace mucho rato. Ahora, y a diferencia de lo que decía el pegajoso hit de Los Prisioneros, en realidad no lo estamos pasando nada de bien.
Sería el profesor de castellano y escritor Marcelo Mellado, insigne primer renunciado al Movimiento Valparaíso Ciudadano (MVC) y desencantado con la autodenominada Alcaldía Ciudadana de Jorge Sharp ("Alcaldía Sucedánea", la llaman los pesados en Twitter), el primero en anticipar el fenómeno de la municipalización de la política desde aquellos desaparecidos días de cazuelas en el Moneda de Oro servidas, con el mayor del bullying posible según recuerda el propio Mellado, por el emblemático Ernesto.
Así las cosas, cuando todos aplaudieron la lucidez de muchos alcaldes tras la revuelta social de octubre de 2019 (cabe reconocerles la valentía que varios de ellos tuvieron para empujar el plebiscito sobre una nueva Constitución, asumiendo los costos que ello implicaba, en tanto el Estado no era capaz de garantizar el orden público y la delincuencia, narcotráfico incluido, comenzaba a controlar las ciudades), la municipalidad porteña se detuvo y se escondió mientras la ciudad era saqueada, vandalizada y denigrada.
Hoy, con la total certeza de que la política sencillamente no dio el ancho (para qué hablar del Congreso, su no a la retroactividad reelectoral y el tan "elegante" video del senador Navarro), Mellado nos vuelve a golpear con su lectura: "(...) y la política nunca más va a pasar por La Moneda y ni por el Parlamento".
¿Pero pasará por las municipalidades? "La municipalización de la cultura y del territorio también implicó la creación de una nueva burocracia de serie B. De la mano del proyecto socialdemócrata concertacionista, genera un clasemedianismo perpetuo, con su propia lógica brutalmente corrupta y llena de operadores políticos (...) El municipio porteño es la prueba más clara de la imposibilidad estructural de la izquierda chilensis de rediseñarse. Estos tipos no tienen aparato teórico. No tienen modelos de diálogo. Son puro muñequeo, no tienen un proyecto político emancipador de verdad. Son continuadores del modelo, más perfeccionadito y menos corruptito, pero igual han generado un aparato nepotista, porque para ellos la política es un sistema de filialidades que termina sucumbiendo a la colocación laboral", dice Mellado.
Por estos días circuló, contra su voluntad, una frase de la presidenta de la ANEF, Mabel Zúñiga, quien calificaba al alcalde Sharp de llevar una gestión "poco transparente, egocéntrica y autoritaria". "Sharp es un peligroso niño con poder", agregó.
Y lo es. Prueba de ello es el delirante gatopardismo en sus decisiones de ocultar en la Avenida Argentina a funcionarios denunciados por acoso (no sólo laboral) y maltrato, el fascistoide veto periodístico a El Mercurio de Valparaíso dictado por alguno de sus 5 o 6 asesores comunicacionales, el llamado desde la cuenta de Twitter de uno de sus funcionarios a volver a quemar este medio (denuncia que duerme en la Fiscalía), el incumplimiento de su mandato de transparentar los vicios de su administración, la funa perpetua a los concejales que no se cuadren con su remedo de laborum.com porteño (Daniel Morales y Claudio Reyes ya deben estar por sacar un doctorado en ello), o el insólito intento de declaración pública de antenoche del directorio de la Cormuval, la cual por supuesto no todos firmaron, dando cuenta de la "transparencia" con que han actuado el alcalde y la citada corporación, ocupando cinco de los ocho puntos para denunciar la "caja pagadora" de Pinto y Castro, y concluyendo que ello "permite afirmar desde este Directorio que creemos estar realizando una buena pega (¡sic!) en el control y estímulo para la toma de mejores decisiones para la ciudad".