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ENTREVISTA. antonio walker, ministro de Agricultura:

"El Agua Potable Rural es una política en la que hemos fallado y que estamos al debe"

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Cristián Rojas M.

"La temporada 2019-2020 ha sido una de las más difíciles que nos ha tocado enfrentar", dice de entrada el ministro de Agricultura, Antonio Walker, haciendo un balance en el que influyó principalmente la crisis hídrica, pero también mencionó al estallido social y la pandemia de covid-19.

"En volumen, la producción agrícola bajó de un 8% a 10%, dependiendo del producto, pero en términos generales podemos decir que fue una temporada con un menor volumen para las exportaciones, un 6,8% menos, mientras que el volumen para el mercado local se mantuvo relativamente normal, con algunas excepciones, por ejemplo, las legumbres, que necesitan agua y donde se cultivan hubo sequía. Por otra parte, hubo un aumento de 129% en la exportación de carnes rojas".

- ¿La baja en las exportaciones agrícolas se debió a la crisis hídrica o influyó el cierre de puertos y fronteras por la pandemia?

- Yo diría que principalmente a la crisis hídrica. Agarró una cola la pandemia, como el último 20% de las cerezas, que se vio bien afectado; también la uva de mesa, pero muchos otros productos están aún en desarrollo, como la manzana, la pera, el kiwi. El resto de productos frutícolas, como nectarines, duraznos, ciruelas, fruta seca, no se vieron afectados por la pandemia.

- Si bien hubo un aumento en las exportaciones de carnes rojas, esa es ganadería de la zona sur. En la Región de Valparaíso había pequeños crianceros de ganado caprino que ya no están logrando subsistir. ¿Qué se está haciendo en esos casos?

- Estamos cambiando el sistema de producción de caprinos; no podemos seguir produciendo caprinos en un pastoreo natural, libre, porque no tenemos forraje, no tenemos empastadas que resistan la masa ganadera que tienen los caprinos, entonces estamos viendo un sistema de producción de quesos, por ejemplo, de caprinos, intensivo, con mucho menor superficie, y al estar estabulados (establos) los animales, subimos en forma muy considerable la producción de leche, sube mucho la rentabilidad, entonces estamos en una transición de este cambio de producción extensiva de caprinos, a una producción intensiva, eso quiere decir en establos. Tenemos ejemplos muy concretos en las regiones de Valparaíso y Coquimbo, de gente que con un tercio de sus animales ha tenido una mucho mejor rentabilidad, dado que la producción de leche ha aumentado considerablemente, y por consiguiente, la producción de quesos.

- En el tema de la crisis hídrica, hace un tiempo usted anunciaba en estas páginas que se harían las gestiones con el Ministerio del Interior para duplicar los 50 litros de agua por persona que se reparten en camiones aljibe en las zonas más críticas. Se dictó una resolución en ese sentido, pero a los pocos días se revirtió. ¿Por qué ocurrió aquello?

- Bueno, la verdad es que eso se hace con recursos de emergencia que vienen principalmente desde el Ministerio del Interior, y dada la crisis social y la pandemia que hemos enfrentado, y el enorme presupuesto que ha habido que destinar a estas dos crisis, es que no se continuó con el programa de entrega de agua con camiones aljibe como se pensó. La verdad es que seguimos alimentando a muchas familias del sector rural con camiones aljibe y entregando 50 litros por persona. La sequía, el estallido social, y ahora la pandemia, hizo que se interrumpiera el aumento a 100 litros por persona.

- ¿Eso se piensa retomar en algún momento?

- Así es, nosotros tenemos en Chile 1 millón 100 mil familias que las abastecen los sistemas de Agua Potable Rural (APR), que es el único sector del agua en Chile que es una política de Estado, y es una política en la que hemos fallado y que estamos al debe, especialmente con el sector rural. Hay un programa de 360 mil millones de pesos a cinco años, para reparar APR que están funcionando mal y construir más APR. El problema lo tenemos en los sectores rurales desconcentrados, donde las personas que los habitan están muy distanciadas del villorrio más cercano. El tema, más que de cantidad de agua, es un tema del costo de ir a entregarle agua a una familia que está a x kilómetros del villorrio, y eso ha sido una política de Estado en la que hemos fallado. Entonces nosotros estamos haciendo un gran esfuerzo por revertir esa situación, pero van a pasar varios años para poder lograrlo. No es un problema de cantidad de agua, es un problema de distribución.

- ¿Se contempla una ley de ordenamiento territorial que, por ejemplo, no permita más megaplantaciones de paltos en laderas de cerros?

- Por supuesto que sí. Estamos considerando tener un balance hídrico por cuencas. ¿Cómo sabemos cuánto plantar si es que no sabemos cuánta agua entra a la cuenca, cuánta agua sale de la cuenca, cuánta agua se extrae? Nadie va a ir a plantar paltos a una cuenca en que le digan que el balance hídrico es negativo y no le otorguen derechos de aprovechamiento de agua. El desafío es construir ese balance hídrico por cuencas. En ese sentido, en la Mesa Nacional del Agua nos hemos propuesto tener 10 balances por año.

- ¿Están consideradas las cuencas de la Región de Valparaíso dentro de los balances de este año?

- Absolutamente.

"Dada la crisis social y la pandemia que hemos enfrentado, y el enorme presupuesto que ha habido que destinar a estas dos crisis, es que no se continuó con el programa de entrega de agua con camiones aljibe como se pensó".

"Hay un programa de 360 mil millones de pesos a cinco años, para reparar sistemas de Agua Potable Rural (APR) que están funcionando mal y construir más APR". "Estamos cambiando el sistema de producción de caprinos; no podemos seguir produciendo caprinos en un pastoreo natural, libre".

Proyecto de ley de monitoreo telemático

"A diferencia del vigente, el sistema en tramitación va a monitorear tanto a la víctima como al agresor, permitiendo la localización que tengan ambos durante el día". Seremi de la Mujer y la Equidad de Género Región de Valparaíso
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El reconocimiento de que la violencia contra las mujeres es un problema estructural, cultural y social y no un "problema meramente familiar" o mucho menos acciones que emanan de alguna enfermedad o patología, en definitiva, visualizar la violencia de género como el resultado del continuo cultural en que muchos hombres sienten que pueden quitar y truncar el derecho a una vida libre de violencia a las mujeres, hace imprescindible el impulso de proyectos de ley que permitan reducir barreras de impunidad a agresores que, en el marco de la actual ley sobre violencia intrafamiliar, obtienen medidas cautelares tales como: prohibición de acercarse a la víctima, abandono inmediato del hogar común, prisión preventiva. Medidas que en muchas causas son quebrantadas, lo que muchas veces hace que las que ya tenemos sean insuficientes y deficientes para garantizar la efectiva protección a la mujer que sobrevive a uno o más hechos de violencia. A mayor abundamiento, son medidas que si bien deben ser observadas y fiscalizadas por diferentes organismos del Estado, son las propias mujeres quienes deben activar a la red en el evento de existir incumplimiento a las mismas, entonces le estamos pidiendo que sean las propias víctimas que se activen, en consecuencia el efectivo cumplimiento de estas medidas involucra a Instituciones del Estado, a la comunidad civil y a la propia mujer sobreviviente de violencia machista; y surge la pregunta: ¿en qué momento interpelamos al agresor (único responsable) al cumplimiento y observancia de estas medidas cautelares? Una política pública estatal con enfoque de género no debe centrar el juicio y responsabilidad en la mujer sobreviviente.

Así, el proyecto de ley que establece el control de monitoreo telemático al cumplimiento de medidas cautelares para casos graves de violencia intrafamiliar ingresado al Senado con carácter de urgencia desde nuestro Gobierno, es una medida que, a diferencia del monitoreo telemático vigente en nuestra legislación, va a monitorear tanto a la víctima como al agresor, permitiendo la localización que tengan ambos durante el día. De esa forma, la tecnología permitirá alertar ante cualquier situación de acercamiento, y en caso de ser necesario se generarán controles policiales.

Este proyecto de ley es hoy una oportunidad para que el aparato estatal: poder ejecutivo, legislativo y judicial refuercen medidas y acciones concretas que reduzcan las posibilidades al agresor se seguir hostigando, amedrentando y revictimizando a mujeres que sufren violencia. Lo anterior cobra especial relevancia, en momentos en que la violencia contra la mujer ha aumentado durante la pandemia. Las cifras son reveladoras, el Fono de Orientación en Violencia 1455, del Ministerio de la Mujer y Equidad de Género, ha tenido un 45% más de llamadas el último mes, mientras que el Fono 149 de Carabineros, que ve especialmente casos de violencia intrafamiliar, ha recibido un 70% más de llamadas en relación al año 2019. Crisis sanitaria que ha evidenciado que la "cultura del maltrato machista", que posiblemente estaba presente y naturalizado en la relación, se agudiza en el encierro forzado por distintas razones.

Valentina Stagno Gray