Cartas
Lluvias
Con la pandemia y con toda la excesiva parafernalia que la rodea, el espíritu chileno, normalmente contento, se siente triste, sin futuro y con gran estrés que agrava su inmunidad natural.
Elevemos los corazones, estemos contentos, porque un nuevo acontecimiento nos está visitando inesperadamente: ¡Llegó el agua del cielo!
Contra los agoreros que pronosticaban otro año seco, el 11 en la larga sequía que nos afecta, llegó y llegará mucha agua del cielo y eso nos debe alegrar. Dan pena las expresiones del vaso medio vacío porque Peñuelas y Los Aromos sólo lograron subir pocos centímetros, ¿Qué querían? ¿Que nuestros reservorios se llenaran en pocos días? Cuando ellos están secos, el suelo y subsuelo absorbe, infiltra y retiene como capa freática esas aguas subterráneas que ya serán útiles. Luego, en un suelo saturado, éste retiene el agua y su nivel empieza a subir.
Demos gracias a Dios y a la naturaleza que tendremos agua y que nuestro pueblo y agricultores tendrán ese vital elemento para la felicidad de todos.
Renzo Follegati Ghio
Actitud irresponsable
A la gente que tiene su casa en la capital, departamento en la playa y el campo, una casita de veraneo y dos o tres autos de lujo les importa un pepino lo que está sucediendo con el virus. No hacen caso de las advertencias que hace la autoridad. A ellos no les toca. Ellos tienen una epidermis especial. Pero cuidado del que se burle de este mal que nos ahoga, la cosa puede revertirse y volverse muy drástica contra los poderosos, codiciosos, mafiosos, odiosos y desobedientes que abundan en nuestro país.
Renato Norero V.
Junta de vecinos de Cochoa
Con respecto a la carta publicada el viernes 3 de julio por el Sr. Jorge Fuentes, director Nacional de la División de Organizaciones Sociales, me permito consultar lo siguiente: ¿Tienen las juntas de vecinos alguna función determinada que cumplir con la comunidad? En caso que así fuere, y alguna junta de vecinos no esté cumpliendo con esta misión, ¿a quién corresponde su investigación?
Mi consulta es debido a que en la zona de Reñaca, entre Concón y Reñaca, existe la Junta de Vecinos Altos de Cochoa, la cual nadie conoce ni se ha recibido siquiera una comunicación, ni citación ni informe alguno, a excepción de un año y algo atrás, que fue una citación para elegir al presidente, o sea, cero existencia.
En los momentos que vivimos, con la delincuencia a flor de piel, los estallidos sociales, la pandemia, que ha producido verdaderos estragos, ¿sería posible, al no haber una junta de vecinos activa, algún organismo que vele por esta zona?
En justicia, debo, sin embargo, felicitar muy sinceramente a la Junta de Vecinos Reñaca Costa, presidida por el Sr, José Pakomio, quien no cesa en su preocupación por todo cuanto corresponda a esa zona.
En conocimiento a la ley recién promulgada en cuanto a la permanencia de las directivas de estas juntas de vecinos, ¿es que deberemos los vecinos de la zona mencionada seguir esperando dos años más para contar con una junta activa y preocupada por nuestras realidades?
Marisa De la Noi
La salud pospandemia
Sin duda, alguna esta pandemia a tensionado hasta el extremo a nuestro sistema de salud y ha puesto en evidencia problemas que arrastrábamos por demasiado tiempo. Es así como han cobrado especial notoriedad en los medios la falta de camas, las bajas dotaciones de personal en hospitales públicos, la falta de especialistas principalmente de profesionales no médicos, como enfermeras y kinesiólogos, los pesados sistemas de turno y los bajos sueldos del equipo de salud entre otros. Esta situación es aún más crítica en nuestro país, ya que existe un predominio de mujeres entre los trabajadores sanitarios.
Lamentablemente, a raíz de esta crisis nos hemos visto obligados como sociedad a poner los ojos en el sector salud y a valorar la vocación de servicio y entrega de sus profesionales. Es de esperar entonces que en la reconstrucción de nuestra economía pospandemia se priorice y considere al sector salud, ya que es un sector estratégico para el crecimiento y desarrollo económico. A largo plazo la inversión en salud, especialmente en capital humano, es costo-efectiva y los países que tienen más y mejores recursos humanos en salud tienen sociedades más sanas, un mejor nivel de desarrollo y un mayor crecimiento económico. ¡Que no tengamos que enfrentar otra crisis sanitaria para invertir en el sector salud!
Consuelo Cerón Mackay Decana Facultad de Enfermería y Obstetricia Universidad de los Andes
Registro Social de Hogares
Cuando un Estado no conoce o no comprende lo que viven muchas personas, familias, grupos y comunidades, surgen instrumentos como el Registro Social de Hogares, sistema que incentiva a las personas a ocultar información, lo que en definitiva se traduce en que el propio Estado hace que la gente caiga en la mentira para modificar su realidad, con el objetivo de conseguir algún beneficio de carácter social.
No basta con cambiar el actual sistema si en nuestra Constitución prima un Estado subsidiario, lo que genera que todos entremos en la categoría de beneficiarios que siempre necesitamos cubrir carencias. Esto hace que los procesos retrasen el objetivo último, que es acortar la brecha social y contribuir a que las personas logren salir de la línea de la pobreza, por la sencilla práctica que el Estado concibe la ayuda social como caridad.
Si tuviésemos un sistema con foco en lo social, podríamos comprenden mejor las múltiples realidades de la verdadera situación en que vive cada ciudadana y ciudadano en nuestro país.
Chile es uno de los países con mayores desigualdades en la distribución de ingreso a nivel mundial. Uno de los últimos estudios del Centro de Micro Datos de la Universidad de Chile (2017-2019) mostró que la distribución de ingresos es altísima y desigual, ya que sólo el 10% de la población percibe casi 8% veces más que el 90% restante.
Se hace necesario e imprescindible cambiar nuestros sistemas para optar a beneficios estatales, que las futuras políticas sociales comprendan las dimensiones no sólo socioeconómicas que viven nuestras familias, sino que se actualicen de acuerdo a cómo viven hoy las personas y, por último, definir la línea de pobreza, sin centrarse en las carencias, sino en el conocimiento situado de cada ciudadano de este país.
Hugo Covarrubias Valenzuela Académico Trabajo Social, Universidad Central de Chile