Retiro del 10% de fondos de las AFP
Julio de 2020 será recordado como el día en que comenzó a enterrarse el sistema previsional chileno. Pero, al menos en esta ocasión, el Gobierno no tiene a quién culpar.
En una interminable jornada, marcada por la intervención de 80 parlamentarios y una transmisión en línea que rompió todos los récords de rating del canal de la Cámara, 95 diputados aprobaron el último miércoles (con 31 abstenciones y 25 en contra) la idea de legislar sobre el proyecto de retiro del 10% de los fondos previsionales de las AFP por la emergencia económica desatada tras la pandemia del covid-19.
De esta forma, y ya superado su primer trámite legislativo, el proyecto debiese ser revisado y votado en particular en Sala, para así ser despachado al Senado. Éste, a su vez, tiene aún que aprobar la idea de legislar, revisarlo en su Comisión de Constitución y debatirlo en particular. De formulársele cambios, volvería a la Cámara para un tercer trámite y, de haber desavenencias, podría incluso llegar a comisión mixta.
¿Qué ocurrió esta semana? Básicamente, se dio el primer paso para una de las ideas que captan mayor popularidad entre la población (el 89% y el 83% apoyan el retiro de fondos según las últimas encuestas de Data Influye y Cadem, respectivamente) y, por ende, el miércoles por la noche colapsaron las páginas web de varias AFP por la enorme cantidad de visitas de sus afiliados, ávidos de saber de sus dineros.
Al respecto, la Superintendencia de Pensiones llamó a la cautela, por cuanto el proyecto "continúa en su primer trámite legislativo, restándole todavía concluir su tramitación en la Cámara Baja y, posteriormente, su revisión en el Senado en un segundo trámite".
El Gobierno, completamente superado por el desorden oficialista, lanzó sobre la marcha un nuevo plan, pero tal como dijeron ayer el senador Allamand y el diputado Melero, llegó "tarde y mal" a socorrer a los miles de ciudadanos en desgracia y fue "incapaz de convencer con argumentos" no sólo a la oposición, sino que a sus propios parlamentarios. La crisis entre La Moneda y los partidos incluso llevó durante esta semana a que varios miembros de la UDI (la exministra Macarena Santelices, entre ellos) se sumaran al ninguneante #ChaoBlumel instaurado en redes sociales y urgiendo por la salida del ministro del Interior, a quien ven como el responsable de buena parte de las desgracias de la derecha, incluyendo el que La Moneda haya desechado la opción de vetar la ley que pone límites a la reelección de autoridades.
Volviendo al primer punto, que el eventual retiro del 10% de los fondos vaya a asestar un daño irreparable al sistema de pensiones chileno hoy ya no parece ser el tema a debatir, salvo por algunos moderados como el expresidente de la comisión que estudió la reforma a las mismas, David Bravo, el senador Ricardo Lagos Weber y un puñado de economistas democratacristianos.
La demonización de las AFP, iniciada desde el último gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet y profundizada en medio del estallido social, ya no pareciera tener vuelta atrás, menos aún cuando la actual administración tuvo un tan errático y paquidérmico actuar cuando los chilenos más lo necesitaban. A la bancarización de las soluciones públicas hoy se le suma en el Senado, cual espada de Damocles, la disyuntiva entre un estallido 3.0 y la inevitable (e irreparable) desafección interna. ¿Era necesario llegar a este punto?