Chile, Panamá y la Alianza del Pacífico
Reveladoras experiencias y miradas al futuro en las declaraciones de quien fuera presidente de ese país centroamericano. Ante esos desafíos, Royo responde que en Panamá "sólo tenemos 80 kilómetros de océano a océano… seguimos teniendo el 6% del comercio marítimo internacional y servimos a 170 puertos del mundo".
Arístides Royo, expresidente de Panamá, es uno de los protagonistas de la historia del siglo XX, con proyecciones al XXI. Su gestión como negociador en 1977 cerró un capítulo de la hegemonía de los Estados Unidos sobre el comercio y también sobre la política continental al lograr la restitución de la soberanía de su país sobre el canal bioceánico.
En extensa entrevista con El Mercurio de Valparaíso, Royo recuerda que siendo ministro del Presidente panameño Omar Torrijos, negoció con el mandatario norteamericano Jimmy Carter el traspaso del Canal.
El control norteamericano no sólo refería a lo comercial, por cierto importante, sino que también suponía un enclave militar de los Estados Unidos, con proyecciones continentales y oceánicas y, a la vez, un foco de penetración doctrinaria con la Escuela de las Américas que acogía a grupos de oficiales de las fuerzas armadas de diversos países del área.
Royo, como ministro de Torrijos, viajó a Chile con el fin de entrevistarse con Pinochet a pretexto de obtener asesoría para una explotación cuprífera en su país. Afirma que, sin embargo, su verdadera misión era "sacar algunos presos (políticos) y averiguar si otros estaban vivos o muertos. No hubo caso… estaban muertos. Era una dictadura realmente dura".
Pasan los años y ahora, quien ocupara la Presidencia de Panamá entre 1978 y 1982, como delfín de Torrijos, es ahora ministro para Asuntos de Canal. Enfrenta con optimismo los proyectados canales alternativos, donde hasta los omnipresentes chinos también juegan sus cartas. Pero ante esos desafíos responde que en Panamá "sólo tenemos 80 kilómetros de océano a océano… seguimos teniendo el 6% del comercio marítimo internacional y servimos a 170 puertos del mundo".
Y entre esos 170 están los puertos chilenos y, con una mirada oceánica, decenas y quizás más puertos de la cuenca del Pacífico. Y con esa perspectiva, Royo afirma que "quisiera ver a Chile, y así lo planteo, ayudando a Panamá a formar parte de la Alianza del Pacífico. Corea es un gran usuario y también Japón y China… queremos estar sentados junto a ellos en la Alianza. Hablo a título personal: me gustaría que Chile fuese nuestra hada madrina para ingresar a la Alianza del Pacífico".
Aspiración lógica. Los cuatro países asociados y los 40 observadores que integran la Alianza se vinculan en forma estrecha con Panamá, que tiene las llaves del movimiento bioceánico.
Por su parte, Chile, titular del Estrecho de Magallanes el más antiguo de los pasos entre el Atlántico y el Pacífico, debería apoyar este deseo integrador expresado por Panamá, pequeño país que en medio de su prosperidad trata de sobreponerse al azote de la corrupción con expresidentes y funcionarios declarando en tribunales y "con millones de dólares en propinas para obtener contratos", revela Royo.