La duda existencial de la derecha en Viña
Agosto debiese ser el mes clave para zanjar los nombres de los sucesores de Reginato y el futuro de la alcaldesa en la política nacional.
La urgencia de la centroderecha por la búsqueda de nombres para la alcaldía de Viña del Mar tras la imposibilidad por ley de Virginia Reginato de ir a la reelección, como también la renovación de la mayor parte del Concejo Municipal, tiene a los partidos de cabeza ideando fórmulas que permitan resolver, a contrarreloj, la preponderancia de su sector en la Ciudad Jardín. Clave en ello será el supuesto ingreso, en las próximas semanas, a la Cámara de Diputados del proyecto que busca levantar total o parcialmente las inhabilidades de postulación a cargos cruzados.
Por tanto, hoy las grandes discusiones en Quinta Arlegui 615 son dos: el futuro de Reginato, dueña de un caudal de popularidad que no quiere ser desaprovechado por la UDI; y el nombre de su sucesor (a). En el primer escenario, Reginato evalúa distintas opciones, hasta hoy legales: renunciar en noviembre para ir como diputada en el cupo de María José Hoffmann (también afectada por la no reelección); renunciar en febrero para volver al Concejo Municipal como edil; o terminar su período e irse tranquilamente a su departamento de calle 2 Poniente. Todo, con la incertidumbre de la acusación por notable abandono de deberes, la formalización de funcionarios de su confianza y la investigación abierta a su administración.
Las opciones más irreales y hoy no respaldadas por la ley son: ser la carta de la derecha para la Gobernación Regional o, derechamente, ir como candidata a alcaldesa por otro municipio (Olmué, Concón o Valparaíso), asunto interpretativo no aclarado por el Servel, pero que redundaría en riesgos muy altos.
La cuestión de la sucesión debiese ser resuelta por la directiva nacional de la UDI (Van Rysselberghe dejaría esto zanjado antes de entregar su cargo en diciembre, dicen), con la "anuencia" de la propia Reginato. En ese sentido, el concejal Jaime Varas asoma como el delfín de la alcaldesa, habida cuenta de que Macarena Urenda ha tenido varios encontrones con su círculo y que las otras alternativas locales (Hoffmann y Osvaldo Urrutia) no serían liberadas con el levantamiento de inhabilidades. Cabe también la posibilidad de que la UDI instale candidatos desde la capital con vínculos tangenciales a la zona, tales como Andrea Molina o Marcela Cubillos. Renovación Nacional, por su parte, debiese jugarse por el exintendente Raúl Celis o el concejal Carlos Williams. El DC René Lúes y los independientes provocarían una peligrosa dispersión de votos, por lo que no sería raro un alcalde electo con el 33%. Como dicen los insiders viñamarinos, "se necesita un candidato que gane la Copa Jackson y no necesariamente el Derby".
La verdadera batalla, qué duda cabe, serán las primarias.
Por ello, en el municipio ven con optimismo la modificación a la Ley Orgánica de Municipalidades que le permitiría a Mafalda Reginato, hermana de Virginia, postular al Concejo con un certificado de cuarto medio laboral, lo que podría derivar en una alta votación de la centroderecha en el mismo (5 de 10 ediles) y asegurar la gobernabilidad. Junto a ello, también debiese cumplir un rol relevante la maquinaria de la jefa de gabinete María Angélica Maldonado, la popular "Manam", hoy expectante.
Los plazos, claro está, apremian. Primero, por el intenso calendario electoral, que incluye el plebiscito constitucional, la contingencia sanitaria y las premuras económicas a nivel país que tienen a la población con la cabeza en cualquier parte.
Con todo, cuentan en los partidos, antes del fin de agosto debiese estar claro qué va a ocurrir y si, como se ha definido hasta hoy, no habrá internas en los mismos, pero sí primarias.