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En lo que respecta a la acumulación de nieve -131 cm en Portillo hacia fines de julio y 71 cm en El Sobrante, Petorca, donde en el mismo periodo de 2019 había sólo 18 cm-, Ana María Córdova expone que "dado que hemos tenido años con déficit, estas precipitaciones son mejores que el año pasado, pero la mayoría de los lugares en cordillera siguen con déficit. Por otro lado, es necesario recordar que en la cuenca de Petorca la nieve acumulada solo suministra agua en la temporada, ya que, a diferencia de la cuenca del Aconcagua, prácticamente toda se derrite en la temporada de primavera y verano siguiente".
No todo es agua de superficie
En general los meteorólogos advierten que la sequía que ya lleva más de 10 años no ha terminado. ¿Qué tendría que ocurrir para darla por superada? ¿Cuánto tiempo podría pasar para eso?
"Es muy pronto para saber si ha terminado. Un año lluvioso no acabará con la sequía de más de 10 años. El tiempo que lleve recuperarnos es extremadamente variable, ya que depende del lugar, las precipitaciones futuras y el uso del agua del sector", señala la doctora Córdova, quien menciona un recurso fundamental, pero que no se ve: "Hay que recordar que, dado el extenso periodo seco, los acuíferos subterráneos han disminuido. Y que aun en años en los cuales la lluvia ha sido sobre lo normal, no se han recargado. Se sabe que en años extremadamente lluviosos, como 1997, sí lo hicieron".
Gonzalo Espinosa: "Es muy difícil estimar cuándo va a terminar esta sequía, lamentablemente no tenemos forma de predecir eso. Puede que el cambio climático que estamos experimentando nos deje finalmente con una precipitación más baja que la que considerábamos normal, medida entre la década del 90 al 2020. Siempre escuché decir que en 50 años más íbamos a tener el clima de La Serena. Creo que esto ya se está dando, ya estamos manteniéndonos con baja pluviometría, lo que corresponde al clima de esa zona. Pienso que tenemos que acostumbrarnos a este bajo nivel de precipitaciones. Acá la solución es simple y sencilla: hay que acumular agua. Nuestra región tiene precipitaciones, lo que pasa es que el agua se va hacia el mar y no la aprovechamos. Es necesario hacer sistemas de acumulación de agua".
Precipitaciones a la baja
Gonzalo Espinosa -@EspinosaMeteo- observa que los dos fenómenos están vinculados a la intensidad de los vientos alisios en la zona de los trópicos, que calientan más o menos las aguas superficiales del oceáno, las que por el movimiento natural de los mares se desplazan hacia el sur y llegan a nuestras costas, determinando con su temperatura y por la vía de la evaporación, entre otros factores, la presencia o ausencia intensa de lluvias. "Lamentablemente no hay cómo predecir cuándo va a cambiar la intensidad de los vientos, no siguen ningún patrón, a veces tenemos dos o tres años de Niños, después esto cambia o vuelve. No hay una forma de predecir ni tampoco sigue un patrón regular".
"Es muy difícil poder hacer un pronóstico a largo plazo. Lo que podríamos decir es que va0mos a tener menos precipitaciones, hay que acostumbrarse, vamos para allá. Si tenemos más, estupendo, pero hay que prepararse para lo contrario", resume Gonzalo Espinosa. 2
Los modelos climáticos predicen precipitaciones bajo lo normal y más recurrencia de eventos extremos de precipitación".
Siempre escuché decir que en 50 años más íbamos a tener el clima de La Serena. Yo creo que esto ya se está dando".
con 1,8 millones de m3, peñuelas está en 2% de su capacidad.
Para Gonzalo Espinosa, varios factores han ido de la mano: "El desplazamiento del anticiclón antártico ha permitido que los sistemas frontales pasen más al norte, por lo tanto hemos tenido más precipitaciones y en la cordillera, con las bajas temperaturas, hemos tenido también precipitación sólida. La acumulación de nieve en la zona cordillerana desde el sur de la Región de Coquimbo hacia el sur ha sido bastante importante, la isoterma cero ha estado muy baja, y eso nos da esperanzas de tener agua hacia el verano".
Se han publicado varias estimaciones según las cuales habría posibilidades de que hacia el verano o el próximo año se registre el Fenómeno El Niño, con importante generación de precipitaciones. ¿Sería así?
Ana María Córdova: "El pronóstico probabilístico de El Niño Oscilación del Sur (ENOS) indica para el próximo trimestre probabilidad de periodo neutro o de La Niña, y muy baja probabilidad de que se desarrolle el Fenómeno El Niño. Dado lo dinámico del sistema climático, es muy difícil poder estimar lo que pasará en los meses de verano y más aún el próximo invierno".
Qué se puede esperar entonces para el futuro cercano, es la pregunta del millón. "Es muy difícil poder indicar qué pasará específicamente. Pero lo que podemos esperar desde el aspecto climatológico (30 años) es que las precipitaciones disminuyan en la zona central y sur del país. Sin embargo, en estos años podemos tener algunos eventos extremos de precipitación, es decir, gran cantidad de lluvia en un intervalo corto de tiempo. Los modelos climáticos predicen para Chile, precipitaciones bajo lo normal y una mayor recurrencia de eventos extremos de precipitación", sostiene la doctora Córdova.
en la superficie sí se observa la realidad de los aromos.
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