El abandono de un ícono de Valparaíso
La licitación del Ministerio de Obras Públicas para reconstruir la iglesia San Francisco del cerro Barón fue declarada desierta. Llama poderosamente la atención que luego de casi una década este hito patrimonial porteño siga siendo un edificio en ruinas.
Hace siete años, un incendio dejó casi en ruinas a la iglesia San Francisco del cerro Barón, justo en momentos en que era sometida a reparaciones debido a los daños que había provocado un siniestro anterior.
El Consejo Regional aprobó destinar 7.600 millones de pesos para restaurar el edificio patrimonial; sin embargo, el 1 de julio la licitación para adjudicar los trabajos se declaró desierta. No hubo oferentes.
La importancia del templo la explica la arquitecta Milagros Aguirre, asesora de la Orden Franciscana: "Es un hito de Valparaíso. El hecho de que a Valparaíso le digan 'Pancho' es por San Francisco".
La tradición indica que lo primero que veían los marineros cuando arribaban a la Ciudad Puerto era el campanario de la iglesia y por eso nació el apodo.
En el tiempo que ha transcurrido desde el último incendio del inmueble, lo poco que quedó en pie ha ido deteriorándose cada vez más. Los muros de adobe se están desmoronando y ya se cayó una pared en el segundo piso del convento. Por si fuera poco, han entrado a robar lo poco que quedaba adentro. Los miembros de la Orden Franciscana que siguen en el cerro debieron arrendar una casa para mantenerse en Valparaíso y siempre existe el riesgo que decidan dejar la ciudad definitivamente.
Según el consejero regional Manuel Millones, existiría un compromiso de la Dirección Nacional de Arquitectura, del Ministerio de Obras Públicas, para licitar nuevamente la reconstrucción de la iglesia en el mes de septiembre. La idea es darle difusión internacional al proceso para buscar interesados y que no se vuelva a repetir la ausencia de oferentes.
Llama poderosamente la atención que luego de casi una década este hito patrimonial porteño siga siendo un edificio en ruinas. Sin embargo, habla de una gestión deficiente que traspasa gobiernos, pues ya van dos Presidentes de la República que durante sus periodos no pueden mejorar el estado de Valparaíso en el ámbito de la conservación histórica.
Y no sólo la iglesia San Francisco es un ejemplo, también se pueden recordar los casos del Palacio Subercaseaux y el Centro de Neurociencia, emblemáticos edificios que fueron postergados en su reconstrucción o retrasada su recuperación.
Para qué hablar del pequeño patrimonio, que día a día es destruido o incluso robado en la ciudad. Ahí está el caso de la escultura La República, que había sido robada y fue rescatada desde la parcela del empresario Raúl Schüler en la Región de O'Higgins. Hace poco también desapareció una placa en homenaje a la fundación de Santiago Wanderers que el municipio instaló hace 11 años en la subida Carampangue.
Claramente, las cosas no se están haciendo bien en Valparaíso.