"Quiero ser una gran entrenadora y dirigir a la Selección Femenina"
ENTREVISTA. BÁRBARA SANTIBÁÑEZ, delantera chilena que juega en España y estudia en la PUCV:
Aunque nació en Santiago, Bárbara Santibáñez se siente una porteña más y con razón. Llegó a los cinco años a Valparaíso y pasó casi toda su infancia en el Puerto y precisamente ésta fue la época en que empezó a jugar fútbol. No tenía problemas en competir con los hombres y participó en una Escuela de Colo Colo en el Parque Alejo Barrios, hasta que se fue a jugar a Viña del Mar en la Escuela Soccertime.
Cuando tenía 14 años, Santiago Wanderers la llamó para jugar el primer torneo de la ANFP con el club. Se alcanzó a probar la camiseta, pero surgió otra opción: decidió probarse en Colo Colo aunque el llamado era para jugadoras entre 16 y 25 años. La edad no fue un impedimento y quedó seleccionada.
Se fue a vivir con su familia a la Región Metropolitana y ahí comenzó a materializar un sueño que sigue latente. Jugó en el cuadro de Macul y tuvo pasos por los equipos más importantes de la categoría. En paralelo, ingresó a la universidad para convertirse en profesora de educación física.
En 2017 llegó al Huelva de la Primera División de España, pero a los pocos días sufrió la rotura del ligamento anterior de la rodilla y tuvo que ser operada. Se perdió parte de la temporada y finalmente un año y medio después arribó al Zaragoza de la segunda categoría.
Tuvo buenas actuaciones y luego firmó en Granada, donde nuevamente estuvo peleando el ascenso, pero la pandemia coartó sus intenciones y por decisiones administrativas el equipo no pudo conseguir su objetivo pese a terminar el torneo como sublíderes.
Hoy, con 27 años, su vida está llena de nuevos desafíos. Se incorporó al Femenino Cáceres, también de la Segunda División, pero además ingresó a un diplomado online en Gestión Deportiva de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso.
- ¿Por qué decidió entrar a un posgrado en Chile mientras juega en España?
- Nosotras como futbolistas debemos tener claro que hay una vida después del fútbol. No la tenemos asegurada como los hombres que ganan millones. Tengo que ver el presente y velar por mi futuro, tratar de estar lo más calificada para lo que venga después, tengo una vida por delante después del fútbol, que para mí es muy ambiciosa, quiero cumplir muchos sueños, y para eso requiero mucha formación. Uno de los pilares que quiero seguir es la administración, la gestión, pero también me gusta lo de ser entrenadora. En octubre empiezo a hacer el segundo nivel de director técnico, y a la par con este diplomado que me llamó la atención.
UNA GRAN META
- ¿Cuáles son esos sueños que menciona?
- No terminaría nunca de decirlos todos, pero obviamente quiero seguir mi carrera ligada al fútbol, porque es lo que me apasiona. Quiero ser una gran entrenadora y llegar a dirigir a la Selección Nacional Femenina, porque tengo el pensamiento de que somos nosotras, las mujeres, las que debemos formarnos y perfeccionarnos para entrar al mundo del fútbol y hacerlo crecer. Si queremos que el fútbol femenino crezca, tenemos que involucrarnos, sabemos cómo funciona y para eso tenemos que formarnos. Si nos gusta que nos entreguen lo mejor cuando nosotras somos futbolistas, tener gente con títulos y formación, tenemos que hacer lo mismo en un futuro. Mi idea es quedarme lo más posible en España, ya sea como entrenadora o parte del cuerpo técnico. No estoy pensando en el retiro, quiero jugar por lo menos por cinco años más.
- ¿Cuáles son sus objetivos en este nuevo club?
- El objetivo colectivo es tratar de quedar lo más arriba posible. Es un grupo muy parejo. La temporada pasada las paró la pandemia en un momento que iban a más. Es un equipo que merece estar dentro de los primeros cuatro del grupo sur. En lo personal, quiero jugar la mayor cantidad de partidos posibles, ganarme una camiseta de titular y desde ahí ayudar al equipo con lo que más pueda ya sea con goles o asistencias. Generalmente en España me han ocupado de extremo. En Zaragoza jugué de centrodelantera en un momento y ahora en Cáceres están variando bastante mi posición. He pasado por todas esas y además me están poniendo de creadora. Me gusta bastante porque tengo más participación en el juego y mis compañeras aportan a que yo me adapte y ayude a jugar al equipo.
- ¿Cómo tomó la decisión técnica de dejarla fuera del Mundial de Francia? ¿Después de eso, se proyecta aún dentro de la Selección Chilena?
- Si bien quedé fuera de la nómina, creo que me afectó como a cualquiera. Era un sueño y una ilusión por la que trabajé muchísimo, pero también me quedo tranquila, porque lo que me pidieron lo hice a nivel antropométrico y físico. Me mantuve muy bien y si en el momento que me tocaba jugar no respondía como ellos querían es totalmente válido. Siempre he dicho que las decisiones del técnico son de él y tendrá sus razones. Estoy enfocada en mi club, si en algún momento me vuelven a llamar por lo que estoy haciendo bienvenido sea, pero estoy igual de feliz. No trabajo pensando en que me llamen a la Selección, mi trabajo es Cáceres y estoy bien así.
- Hace 14 años decía en una entrevista que "me enojo muy seguido, no me gusta perder y no acepto las injusticias del árbitro" ¿Sigue siendo la misma de esa época?
- Un poco no he perdido esas características de cuando empecé a jugar fútbol. Si bien estaba chiquitita ahí, me quedo con lo de enojarme mucho. No soy una jugadora que le guste perder y me frustro rápido. No me gusta perder ni en los juegos que hacemos en los entrenamientos.
Coronavirus la dejó sin poder ascender
A diferencia del fútbol masculino de España, donde se reanudó el torneo sin público, en la liga femenina se optó por terminarlo, limitar los ascensos y eliminar los descensos. Una decisión que generó la molestia de Santibáñez, quien estaba en Granada y no pudo subir porque terminaron segundas. "No estoy de acuerdo con lo que se hizo, porque así como nosotras lo hicimos mal en ciertas partes de la liga, las que iban últimas en Primera División también y tuvieron un premio", dice la chilena.
"Debemos tener claro que hay una vida después del fútbol. No la tenemos asegurada como los hombres que ganan millones". "(El Mundial) era un sueño y una ilusión por la que trabajé muchísimo, pero también me quedo tranquila porque hice lo que me pidieron".