Nueva Constitución y el medio marino
Estudio universitario advierte sobre la necesidad de disposiciones destinadas a proteger las aguas ante situaciones de contaminación. La normativa actual, resultado de denuncias, casos concretos de contaminación y diversos estudios, "abarca solamente la polución atmosférica, por lo que nunca va a ser un mecanismo completo de reparación.
Pese a que la denostada Constitución actual, esa que lleva las firmas primero de Augusto Pinochet y luego de Ricardo Lagos, asegura a todas las personas, artículo 19, "el derecho a vivir en un medioambiente libre de contaminación", la norma no se cumple. Caso concreto del área Quintero-Puchuncaví, donde la concentración productiva ha tenido graves efectos sobre la población, muchas veces letales.
Pero la violación de esa norma constitucional se extiende más al norte detectándose ahora contaminación en las aguas del exclusivo balneario de Cachagua, comuna de Zapallar.
Un estudio de la Universidad Andrés Bello establece la presencia de altas concentraciones de cobre y arsénico, aquel veneno tan usado en las novelas policiales.
La presencia en sedimentos marinos es superior a la establecida por las normas internacionales. La doctora Loretto Contreras, académica del Departamento de Ecología y Biodiversidad de esa casa de estudios superiores, informa que la cantidad de cobre en las aguas fue entre los 20 y 900 microgramos por litro y sobre 50.000 por kilo. También aparecen afectadas las poblaciones de huiro negro, lo que impediría su reproducción y sobrevivencia en el corto plazo. Afirma la académica que la especie "tiene importancia tanto a nivel comercial como ecológico, ya que alberga y permite el crecimiento de un sinfín de animales y otras algas".
La normativa, actual resultado de denuncias, casos concretos de contaminación y diversos estudios, "abarca solamente la polución atmosférica, por lo que nunca va a ser un mecanismo completo de reparación. Claramente necesitamos una norma secundaria marina" advierte la investigadora. A la vez, alerta sobre la gravedad del "desplazamiento de la contaminación por metales hacia al norte, a Cachagua, porque las masas de agua van en esa dirección".
Esta contaminación marina también puede afectar a la población de pingüinos de Humboldt, unos 2.000, que habitan la isla situada frente a las playas de Cachagua, declarada Santuario de la Naturaleza, además de cultivos de especies y pesca del área. A todo ello se debe sumar el riesgo para la población y los bañistas en temporada de verano, cuestión que también puede verse reflejada en el valor de los cotizados terrenos del sector.
Este importante trabajo reitera llamados de alerta sobre la contaminación, fruto de actividades productivas radicadas en el las costas de la bahía de Quintero que, de acuerdo al estudio de la Universidad Andrés Bello, se desplaza hacia el norte, llevada por las corrientes marinas.
Así, se debe avanzar en una normativa específica sobre la contaminación marina, como recomienda la doctora Contreras y, mirando al futuro, en garantías concretas sobre protección al medio acuático en una eventual nueva Constitución.