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De edecanes y "zurdos"

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Aunque Yáñez sea el llamado a hacerse cargo, lo cierto es que no habrá ninguna opción de que las modificaciones se ejecuten si no es el Parlamento y el propio Ejecutivo quienes lideren el proceso. Y hasta ahora no lo han hecho".

"E más zurdo que la chucha", comentó el diputado UDI Javier Macaya, solo unas horas después de que se suscitara un nuevo terremoto en Carabineros, que terminó con la abrupta salida de Mario Rozas desde la dirección de la entidad y la asunción del mando de Ricardo Yáñez. Obviamente, el parlamentario oficialista no se dio cuenta de que su micrófono estaba aún prendido.

Pero independiente del sector político por el que pudiera tener predilección el nuevo general director de la policía uniformada, lo cierto es que la salida de Rozas era una petición que había resonado largamente desde los hechos de violencia y las violaciones a los DD.HH. en pleno estallido social, lo que hizo más profunda la baja valoración de la institución por parte de la ciudadanía, sumándose a los casos de corrupción que venían de gestiones anteriores, pero que continúan en la retina pública.

Ya en enero de este año, la encuesta CEP mostraba una caída de 40 puntos en la aprobación a la labor de la policía, entre 2015 y diciembre de 2019, la que se descomponía en dos grandes bajas: la primera en 2017 (luego de que se conociera el denominado caso "Pacogate") y la segunda post 18-O, a partir de los enfrentamientos entre carabineros y manifestantes, y los problemas suscitados por el actuar de los policías que terminó con más de 400 personas con traumas oculares -incluidos Fabiola Campillai y Gustavo Gatica, que perdieron ambos ojos- y más de dos mil querellas por violaciones a los DD.HH.

A partir de la llegada de la pandemia, la imagen de Carabineros había mejorado. Así lo mostraba la encuesta Cadem, donde los números se habían incrementado en el primer semestre. Sin embargo, la medición de mediados de octubre volvió a mostrar una baja y la institución apareció en noveno lugar, con apenas un 36% de aprobación. Así, nuevamente la entidad igualaba la evaluación de hace justo un año, en pleno estallido social, mostrando además actuaciones complejas y cuestionables, como la que terminó con un joven en la ribera del Río Mapocho, precisamente en los primeros días de ese mes.

Así, se ha llegado a una caída sin precedentes desde el retorno de la democracia, cuando constantemente la policía uniformada aparecía en los primeros lugares entre las instituciones más valoradas por la ciudadanía. Los casos de corrupción, la situación de tensión y violencia en La Araucanía, y el estallido social, por nombrar algunos temas, no hicieron otra cosa que ir sobregirando la cuenta corriente, con innumerables tarjetas amarillas, que nunca se transformaban en roja -pues el Presidente Piñera se negaba a pedir la renuncia de Rozas, su ex edecán- y con los ánimos ciudadanos cada vez más caldeados.

Y llegó el día D: la entrada de carabineros a una residencia del Sename en Talcahuano, donde dos adolescentes, que debían ser protegidos por el Estado, terminaron baleados, fue la gota que rebasó el vaso y que terminó con la historia de Rozas como mandamás de la policía uniformada.

En este escenario, la llegada de Ricardo Yáñez a la cabeza de la institución no se torna para nada fácil. En primer lugar, llega conminado por el propio Presidente a liderar una modernización de Carabineros que hace rato ocupa titulares en vano. Se trata de una reforma para la cual se requiere de un piso y voluntad política que hasta hoy no ha existido y, aunque Yáñez sea el llamado a hacerse cargo, lo cierto es que no habrá ninguna opción de que las modificaciones se ejecuten si no es el Parlamento y el propio Ejecutivo quienes lideren el proceso. Y hasta ahora no lo han hecho.

Yáñez también deberá hacer frente al desgaste al interior de la propia institución y a la sensación de que Carabineros es el que "paga el pato" por los desaciertos políticos y la molestia ciudadana. En ese sentido, si bien quienes lo conocen afirman que el nuevo mandamás de la policía uniformada tiene un trato cercano con sus filas, deberá conjugar algo que su antecesor nunca pudo enlazar: el respaldo a los funcionarios, pero también la mano dura cuando hay excesos.

Rozas se sumó a una larga lista de generales que salieron por la puerta de atrás de la cabeza de la policía uniformada, pero el objetivo de Yáñez debiera ser cambiar el fatídico final y realmente darle un giro a la institución. Carabineros fue una institución querida y la única forma en la que puede ejercer su rol y hacer honor a su lema "Orden y Patria" es con legitimidad y valoración por parte de la ciudadanía. Y para ello, la receta base es el respeto a toda prueba por los derechos humanos de quienes juraron proteger. 2

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La Abuela

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La culpa no es de ellos ni de Jiles, sino de aquellos sectores que, pese a estar convencidos sobre los beneficios del sistema de AFP, se dejan arrastrar por el rating de las redes sociales y se suman a la corriente populista".

Antes de cumplir los diez años, mi abuelita, en una época en que nos veíamos muy poco a raíz de la distancia, me fue a visitar un par de meses. Aprovechándome de su bondad, le pedí un día que me ayudara con la tarea de caligrafía. Ella, como siempre muy bondadosa, no pudo negarse, pero, para que yo no tuviera problemas, afeó la letra de tal manera que el profesor no se diera cuenta del engaño. El resultado: Una pésima calificación y una anotación en la que se me conminaba a mejorar la letra.

¿Quién podía juzgar a mi pobre abuela? Los abuelos son para eso, para regalonear a los nietos y dar rienda suelta a sus caprichos, a veces, sin medir las consecuencias. Así lo vemos con la diputada Pamela Jiles, también conocida como la "Abuela". Su imagen dista de la de una abuelita tradicional, como la que yo tenía, que parecía sacada de un cuento, pero se acerca bastante a las de ahora: abuelas ágiles, combativas, "choras", facebookeras, twitteras e incluso con aires de superhéroe.

La "abuela" Jiles ha sido la impulsora de un nuevo retiro del 10%, un retiro que, aunque puede servir como solución parche frente a la crisis económica, tiene como objetivo último, la destrucción del sistema previsional, tal como lo conocemos hoy. Eso entusiasma a sus "nietos", aquellos seguidores de la abuela cuya mayoría, por su rango etario, jamás ha impuesto, pero ha crecido con la imagen romántica del sistema de reparto, demonizando las AFP y soñando con su destrucción. Cada discusión en favor del retiro son miles de likes en las redes sociales que luego se transformarán en votos para la "Abuela", lo que le permite asegurar el cargo por un próximo periodo, un cupo quizás en el Senado y, por qué no, hasta una candidatura presidencial.

Lo que parecieran no comprender sus nietos es que cuando se acaben los recursos en el sistema previsional o los fondos de pensiones hayan llegado a la mitad, alguien va a tener que hacerse cargo de quienes hayan agotado sus ahorros.

Esto no va a suceder ahora, sino en unos diez, veinte o treinta años más. Ahí, los seguidores de la abuela, que a esa altura ya van a ser padres, dejarán de ser nietos, para ser "los Jiles", aquellos que van a ver mermados sus ingresos para financiar no solo su jubilación, sino también la del resto. Por ahora, nadie podría condenarlos, la promesa de mejores jubilaciones a través de un sistema alternativo a las AFPs siempre va a ser más atractivo, en teoría, al actual sistema de pensiones miserables.

La culpa no es de ellos ni de Jiles, que hace su negocio, sino de aquellos sectores que, pese a estar convencidos sobre los beneficios del sistema de AFP, en vez de buscar perfeccionarlo, se dejan arrastrar por el rating de las redes sociales y se suman a la corriente populista. Nada más despreciable que un voto cobarde para asegurar el cargo.

La recomendación para ellos es dar una mirada a The Crown. La última temporada nos entrega, a través del personaje de Margaret Thatcher, algunas joyas respecto a la política. La primera referida a sus ministros: "Sus ideas, sus soluciones a los problemas que enfrenta este país, son tan poco imaginativas, cautelosas... Dios no necesita que sus embajadores sean cobardes". En esta misma línea, cuando la reina le pregunta si no teme que sus decisiones le signifiquen ganarse enemigos, la primera ministra cita al poeta escocés Charles Mackay: "¿No tienes enemigos, dices? Una pena, amigo mío: ese alarde es vano. Aquel que participa en la refriega del deber, que los valientes soportan, debería haber hecho enemigos. Si no los tienes, pequeño es entonces el trabajo que has hecho. Si a ningún traidor has escarmentado, si ningún zafio patán te ha calumniado, si ningún entuerto has enderezado, entonces... has sido un cobarde redomado".

Frente a las amenazas del Partido Comunista de desconocer el acuerdo sobre cómo debe operar una Asamblea Constituyente y nuevas propuestas de retiro, se necesitan menos "abuelas" y más convicción para defender las ideas y los valores.

Finalmente, en la discusión en torno a un nuevo o nuevos retiros, vemos intereses contrapuestos, intenciones veladas por destruir el sistema y defensas coludidas de las AFPs. Poca sinceridad y menos interés por entregar soluciones que permitan, en el largo plazo, hacer un modelo de jubilación sustentable. Mucha valentía y arrebato por parte de la izquierda, timidez y cobardía por la derecha. Volviendo a la anécdota del inicio, la derecha pareciera estar haciéndole la tarea a la oposición, el problema es que para que no se note, le está quedando peor...igual que a mi abuela. 2

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