Gastronómicos, la crisis y los cambios
Los problemas del sector en Valparaíso reflejan una realidad nacional que no solo responde a emergencias sanitarias o de violencia. Han cambiado las costumbres y las nuevas generaciones irrumpen con nuevos modos de vida y variadas demandas a las cuales muchos lugares tradicionales y apreciados no han sabido, no han podido, o no han querido adaptarse.
La crisis del sector gastronómico no es exclusiva de Valparaíso. Se presenta en muchas ciudades del país como resultado de los estallidos de violencia y de la pandemia instalada quizás hasta cuándo. Pero en la Ciudad Puerto es más notoria, pues afecta a locales tradicionales como el Cinzano, de la castigada plaza Aníbal Pinto. Su cierre está marcado por la justificada queja de sus antiguos trabajadores, que al momento del finiquito reciben reducidas sumas de dinero que no reflejan años de trabajo y dedicación a la empresa.
La incertidumbre también golpea al cercano y tradicional "Moneda de Oro", pariente del viejo restaurante "Puerta del Sol", de la avenida Pedro Montt. Subsiste con la mitad de su personal después de un largo cierre tras el confinamiento. "Es súper esperanzador poder abrir, pero estamos tratando de tomar todos los resguardos necesarios para funcionar bien en cuanto a la pandemia y los contagios", afirma Danitza González, quien maneja junto a sus padres la administración del local.
Pero estos casos puntuales de un cierre muy sonado y un esfuerzo por seguir adelante son expresión de problemas que vienen desde hace largo tiempo en el sector y que se demuestra con casos anteriores. Pareciera, por ejemplo, que ha muerto para siempre el "Bar Inglés", uno de los "lugares sagrados" de Agustín Squella. Hace tiempo cerraron, precisamente en la plaza Aníbal Pinto, el "Neptuno", de notable cocina internacional, y el "Café Riquet", con su escogida repostería. Antes se fue el "Vienés", que, haciendo honor a su nombre, tenía hasta un conjunto de cuerdas como fondo para la hora de té.
Y los clubes sociales también dan un paso al costado. Falleció en antiguo Club Valparaíso, de privilegiada vista a la bahía, y cerró la versión porteña del Club Español.
De estas bajas no se puede culpar ni al reciente vandalismo protagonista reiterado de las calles porteñas ni tampoco alcCovid-19.
Lo que ocurre es que han cambiado las costumbres y las nuevas generaciones irrumpen con nuevos modos de vida y variadas demandas, a las cuales muchos lugares tradicionales y apreciados no han sabido, no han podido o no han querido adaptarse.
Así se pierden clientes antiguos y no se ganan nuevos, mientras surgen otros emprendimientos en línea con cambios epocales a los que el empresariado debe estar atento. Algunos lo han logrado y siguen vigentes, sumándose a las nuevas tendencias y también a las exigencias de un consumidor más informado atento a la competencia y a la novedad.
Claro que una cosa es darse cuenta del nuevo escenario y otra es contar con los recursos para asumir los cambios. Pero con mirada positiva, hay que buscar en medio de la crisis las oportunidades donde, de partida, la experiencia de éxitos y fracasos es parte del capital de cualquier emprendimiento.