Las manifestaciones, temores y alcances
Marchas y movilizaciones varias ponen una nota más de preocupación en este mes de marzo y en medio de la pandemia que no cede. El gobernador de Valparaíso, Gonzalo Le Dantec, advierte que no se han solicitado permisos para nuevas marchas, pero que se trabaja permanentemente con Carabineros para poder llevar tranquilidad a la población.
Temor es el sentimiento imperante en muchos sectores de la comunidad regional ante el anuncio de un nutrido calendario de marchas y movilizaciones en este siempre complicado y costoso mes de marzo.
La manifestación registrada el lunes pasado en pleno centro de Valparaíso, en que un grupo reducido de antisociales atacó con gran violencia un vehículo de Carabineros, es un mal síntoma de lo que podría venir.
Héctor Arancibia, presidente de la Corporación Comercio Unido de Valparaíso, retrata esta realidad en declaraciones a este Diario, cuando afirma que "el temor está latente por lo que pueda pasar, porque lo que se vio, este pequeño grupo en Bellavista, no lo habíamos visto hace tiempo, y fue de mucha violencia".
Reconoce que si bien no hubo, como en otras ocasiones, daños materiales, sí hubo daño económico, pues los locales debieron cerrar, sobre todo los restaurantes que tienen mesas en la calle. Recuerda que "en ocasiones anteriores las mesas era sacadas por manifestantes y con ellas prendían barricadas".
Frente a las justificadas inquietudes, el gobernador de la Provincia de Valparaíso, Gonzalo Le Dantec, advierte que no se han solicitado permisos para nuevas marchas, pero que se trabaja permanentemente con Carabineros para poder llevar tranquilidad a la población. Los temores se acentúan ante anuncios de manifestaciones para el lunes con ocasión del Día de la Mujer y de la siempre violenta conmemoración del "joven combatiente".
El derecho a reunión está consagrado en la Constitución y cuando se realiza en plazas, calles y demás lugares públicos se rige "por las disposiciones generales de policía", dice la norma. Y es ahí donde entra la necesaria autorización de la Gobernación para que las manifestaciones no alteren la vida la ciudad y se conserve en orden público.
Sin embargo, muchas manifestaciones "espontáneas" vulneran esa norma y el ejercicio de un derecho termina violentando los derechos de otros, como el derecho al trabajo o al libre y seguro desplazamiento.
Desde un punto de vista del interés general, muchas manifestaciones no tienen mayor justificación y menos en estos tiempos de crisis sanitaria, donde las aglomeraciones son factor decisivo en la extensión de la pandemia; pero desde el punto de vista de sus organizadores, son indispensables para mantener vivo el musculo de la agitación.
Genaro Arriagada, histórico DC, advierte en un artículo periodístico que "pretender que las protestas rutinizadas, donde conviven grupos anarquistas, el lumpen y las barras bravas, son una fuerza de cambio, si no es un crimen, es, con certeza, una estupidez" y agrega que "son un spot de propaganda en favor de las fuerzas de derecha más cerriles y una manera de ahuyentar a las clases medias". Mirada política oportuna en momentos críticos de nuestra vida nacional que exigen racionalidad y responsabilidad.