Desde la polémica por la morgue hasta la falta de camas: una tarde en el Van Buren
CRÓNICA. Tras el serio problema con la disposición de cuerpos el pasado fin de semana, este Diario recorrió el recinto y habló con sus doctores. Las UCI están llenas, la Urgencia también y los médicos siguen batallando.
El fin de semana pasado, una noticia recorrió Chile y parte del mundo: siete cuerpos, que habían sido enfermos de covid-19, estaban ubicados en un pasillo de uno de los hospitales más grandes de la región. Era el Carlos van Buren, que hace semanas viene advirtiendo de la crítica situación que atraviesa, la falta de camas y el agotamiento que tiene su personal médico, que debe atender a pacientes no solo de Valparaíso, sino que de otras comunas también.
La filtración de las imágenes, tomadas por un funcionario, afectó a todos en el recinto. Hicieron un comunicado, luego un punto de prensa, y llegaron dos contenedores acondicionados para evitar situaciones similares en el futuro. Y aunque los médicos del hospital admiten que no han debido ocuparlos aún, confiesan que el panorama en las dependencias está cada vez más difícil de sobrellevar.
Este miércoles, este Diario recorrió las dependencias del recinto asistencial. Y aunque la situación es dramática, lo que algunos puedan imaginar respecto a pasillos llenos de camillas con pacientes o caos, no se vio. Pero lo que sí hay son las salas de la UCI adulto, ubicada en el cuarto piso, llenas de pacientes ventilados y algunos en posición prono (boca abajo), a todo el personal de enfermeras, paramédicos y doctores atendiendo sin parar, y lo mismo en la sala de Urgencias, que hoy por hoy se utiliza -mediante ambientes separados- para pacientes covid que llegan a consultar, e incluso varios ventilados en ese mismo lugar. La pequeña sala de la morgue, localizada en el subsuelo y cuidada por un antiguo funcionario, mantenía cinco cadáveres covid estrictamente sellados, en espera de ser trasladados a los cementerios. Sus parientes no podrán verlos nunca, debido a las medidas de seguridad covid.
Al llegar al edificio ubicado en calle Colón, y tras la toma de temperatura en la entrada, el equipo de El Mercurio de Valparaíso ingresó a terreno del hospital. Desde afuera se podía ver el contenedor de 40 pies ubicado en el estacionamiento, y en otro sector, más alejado, había un segundo más pequeño. Al entrar al edificio principal había poca gente, pero la adecuación de espacios era evidente, y de eso era prueba la pequeña sala que ocupaba el Departamento de Comunicaciones.
Entre los pasillos que daban a distintos servicios hospitalarios había algunas camillas vacías en sus costados, contenedores de basura, sillas de ruedas, diarios murales y carteles con avisos y agradecimientos, además de funcionarios en sus quehaceres. El equipo bajó por una pequeña escalera hasta el subsuelo del lado izquierdo, donde se ubica la sala del Comité covid-19, compuesto por profesionales de varios departamentos, un epidemiólogo y liderado por el doctor Simón Rojas, jefe técnico de la UCI. Desde ese lugar, computador al frente de cada uno, se analiza diariamente, y todo el día, lo que pasa en la ciudad y en el propio hospital, se monitoriza la ocupación de camas, se deciden los traslados y, en general, se toman todas las grandes decisiones respecto a la pandemia desde que fue creado, el año pasado. Justamente ese día estaban discutiendo sobre los brotes de funcionarios y los elementos de protección personal.
En un pequeño patio ubicado cerca, el doctor Rojas explica que "en la última semana hemos tenido una pequeña alza de funcionarios contagiados. Seguimos buscando estrategias para mejorar y aumentar nuestra capacidad de atención de emergencias, y hoy revisamos algunos proyectos para seguir aumentando la capacidad de box para pacientes covid y ver si podemos aumentar algunos cupos críticos, pero el personal está agotado y eso hace que la posibilidad real de seguir creciendo en camas críticas sea muy difícil. Actualmente estamos llenos, tenemos 100% de ocupación en las UCI, obviamente todos los días podemos mover a un paciente, pero están quedando pacientes con ventilación mecánica en la Unidad de Urgencias, 2 a 3 pacientes diarios, algunos en otras áreas, y se va gestionando. Tenemos una alta saturación de las camas. Para que una UCI funcione en forma correcta, debiéramos tener el 85% de la ocupación y no es así".
Al terminar la conversación, el doctor se detuvo a hablar con el jefe de Pediatría, Cristián Smith, quien comprometió pasar becados de su unidad a la UCI en abril, debido a la falta de profesionales especialistas. "Lo más importante para una cama UCI es el personal preparado, que ya no hay, porque ya están en todas las camas que se han creado, y seguir creciendo significa que estamos poniendo personas menos capacitadas a atender personas más graves y eso puede ser un riesgo. Actualmente, para dar la atención, tenemos 300 personas a honorarios médicos y enfermería por la pandemia, y también utilizamos unos 20 internos y unos 30 residentes de la Universidad de Valparaíso, de dermatología, cirujanos, ginecólogos, cirujanos pediátricos, que están atendiendo pacientes covid junto con los equipos de Medicina Interna e Intensivo, que los guían. Eso pasa acá y en todo Chile. Nos ayudan mucho, porque personal en el mercado no hay, especialmente enfermeras y paramédicos".
La UCI
En la UCI el escenario es distinto: Hay 26 camas covid y 8 no covid, y en ese preciso momento había 18 camas de UCI covid ocupadas, con ventilador mecánico y personal para cada una de ellas en sus respectivas salas. En el pasillo de la UCI había diverso equipamiento médico, mesas con implementos de seguridad covid, como mascarillas y protectores, además de personal circulando e ingresando datos en computadoras. Desde allí se pudo ver cómo era el trabajo diario. "Algo que nos afecta harto es que muchas personas no ven más a sus familiares desde que llegan a la UCI", reflexionó Rojas, antes de que un equipo ingresara a hacer una radiografía a un paciente ventilado, para lo cual se vistieron con batas de seguridad extra, protector facial y se asearon para hacer el procedimiento. De las 8 camas no covid, 6 estaban siendo utilizadas por pacientes que tuvieron covid, pero que llevaban más de 14 días, por lo que eran considerados no infectantes.
La morgue
En la morgue, ubicada en otro sector del subsuelo del hospital, donde funciona el Departamento de Anatomía Patológica, vestidores y el Consultorio de Especialidades -ahora cerrado hasta mediados de abril- el ambiente es mucho más solitario.
La sala de la morgue, o más bien depósito de cadáveres, donde se ubican los cuerpos, es pequeña. Al momento de visitarla había cinco cuerpos ubicados en camillas separadas y envueltos en una bolsa de polietileno y sellados completamente. También había un frigorífico que no estaba siendo utilizado en ese momento y el encargado de custodiar a los fallecidos. No hay mesón para hacer autopsias, pues hace 15 años, aproximadamente, se dejaron de hacer.
"Tenemos que recibir a la gente, no las dejamos hasta que se va-
"El hospital está exigidísimo, pero no en caos"
El epidemiólogo Yuri Carvajal, parte del comité covid-19 del hospital, cuenta que el WhatsApp ha sido clave para coordinar las camas al minuto. "Estamos a un ritmo que no era el habitual, los hospitales antes eran una estatua, todos los días hacían lo mismo, y ahora somos como un surfista, que está arriba de la ola y también está preocupado de la ola que viene, del viento y el clima. Tenemos que mirar todo. El hospital está exigidísimo, pero no está en caos. Hoy no hay camas, pero las vamos a hacer. El crecimiento de casos en la última semana en esta comuna es menor que el de Viña".
"Seguir creciendo significa que estamos poniendo personas menos capacitadas a atender personas más graves y eso puede ser un riesgo".
Simón Rojas, Jefe técnico de la UCI
yan, además de velar que se cumplan los protocolos de pandemia. Ha sido complicado este tiempo para nosotros y para las familias, los cuerpos están con cubrecadáver, totalmente sellados y no se permite abrirlos, incluso saliendo el PCR negativo, por ser protocolo covid. Aunque la familia quiera, no podemos abrir la bolsa porque los estamos exponiendo. Toda persona que sea positivo sale de aquí y se va directamente al cementerio. La familia no lo puede vestir. Es pesado, física y psicológicamente, porque cada familiar quiere ver si es efectivamente él, pero no se puede. Por la pandemia ha aumentado un poco la cantidad de personas que han llegado acá, nosotros llegamos a tener en un momento determinado, en 24 horas, 12, 13 fallecidos", cuenta Eduardo Astudillo, encargado de la morgue.
El pasillo donde se ubicaron los cuatro cuerpos el sábado pasado estaba exactamente afuera de la entrada de la morgue, en el mismo piso que, salvo por el consultorio de Especialidades, se utiliza prácticamente solo para esa función. Lo que explicaban los doctores sobre lo que ocurrió ese día es que, de manera transitoria, y debido a que los cementerios y funerarias no estaban funcionando y cerraron el día anterior más temprano, se acumularon 12 cuerpos, que sí cabían en la morgue, pero que por precaución y considerando que había una alta ocupación UCI y que alguno de esos pacientes podía fallecer, decidieron moverlos para que estuvieran dispuestos de manera individual al lado de la morgue. En ese momento hicieron una separación entre el consultorio, lo cerraron con llave y pusieron una cortina en la mitad del pasillo.
"Hablar de cuerpos es triste y no digo que esto no sea un problema, y creo que tenemos que tomar toda las medidas para ojalá no tener un problema de esa índole, pero quizás se le dio mucho más de lo que fue. Justo se dieron algunos eventos que provocaron la acumulación, porque no tuvimos más muertos: teníamos la cuarentena estricta, los cementerios estaban cerrados el fin de semana y además el día anterior cerraron a la 1 de la tarde", dijo Rojas, respecto a lo ocurrido el fin de semana pasado.
¿Por qué no utilizaron algunas de las salas del consultorio cercano que estaba vacío? Los doctores explicaron que prefirieron mantenerlos en el sector de Anatomía Patológica para evitar algo peor: si se reabría el consultorio, deberían hacer el tránsito de los cuerpos de esa área hacia la morgue, lo que impactaría aún más.
La urgencia
Otra área más que complicada por la pandemia es la Unidad de Urgencias del hospital. Como en muchos otros recintos, ha tenido que soportar la carga de ventilar pacientes que no tienen cupo en las UCI por la cantidad de personas que requieren camas de ese tipo. Desde el año pasado, cuando llegó el coronavirus a la zona, el hospital habilitó una Urgencia Respiratoria donde antes se iba a instalar el servicio de Medicina Física y Rehabilitación.
Para ingresar allí, desde afuera, hay que registrarse en la entrada y luego avanzar por un patio separado del resto del hospital y con el suelo demarcado para mantener las distancias. Afuera del hospital había una fila de gente que estaba separada mediante vallas papales para ingresar a la Unidad de Atención a las Personas (UAP), ubicada al lado. En ese momento no había aglomeraciones, y al avanzar camino a la Urgencia Respiratoria, a través de un encarpado se pudo ver una pequeña sala de espera ubicada en el exterior con sillas y calefacción, donde dos personas esperaban ser atendidas.
"Siempre hay que asegurar dos flujos de atención. Uno que permita el aislamiento precoz de casos sospechosos de covid y separarlos de la unidad general para evitar riesgos de contagio", explica el doctor Johan Álvarez, jefe de la Unidad de Emergencia Adultos.
Luego, hay una sala de espera interior, donde los pacientes pueden estar conectados a oxígeno o estar en prono vigil, en caso de ser necesario, previo a su atención médica. También allí se ubica la Unidad Respiratoria Aguda (URA, que tenía 12 pacientes atendidos, de una capacidad de 16. Al subir, están las salas para hacer escáner y la unidad de emergencia de adultos habitual, la sala de reanimadores, la sala de pacientes intermedios y la sala de pacientes críticos, donde mantienen a las personas ventiladas por covid en espera de que se liberen salas en la UCI, y también hay una sala de urgencia no covid más alejada.
"Con el nivel de pacientes críticos que ha ido aumentado cada semana, los tiempos de espera acá son mucho más prolongados. Actualmente, hay 3 pacientes ventilados y nuestra capacidad máxima son 4. Una vez llegamos a tener 7 ventilados. Hemos tenido que tratar de aumentar nuestra capacidad de análisis tanto de datos como comportamiento, para poder tomar medidas lo más rápido posible y que la comunidad pueda acceder a la atención de la forma más oportuna posible", dijo el doctor, mientras una funcionaria que atendía a un paciente ventilado reclamaba por la presencia del equipo de este Diario en el lugar.
Director del hospital llama a la gente a cooperar cuidándose
El director del Hospital Carlos van Buren, Javier del Río Valdovinos, comentó que el recinto "es totalmente distinto en relación al que era hace un año, en cuanto a flujos clínicos, orgánica y dependencias, adaptándonos a la infraestructura que tenemos. Este es un recinto de salud que se sustenta principalmente en el compromiso de sus funcionarios y funcionarias que desde hace más de un año, a pesar del agotamiento, del cansancio, siguen luchando contra este desafío, el mayor en la historia de la humanidad".
Además, llamó a la población a cumplir "con las medidas de autocuidado, mascarilla, distancia y lavado de manos. Si eso no es así, no va a haber esfuerzo clínico que valga. El control de la pandemia no pasa solo por los hospitales, es en la calle, en los barrios y en las casas. Ahí debemos evitar los contagios".