La necesidad de avanzar hacia un nuevo congreso unicameral
"La encuesta del Centro de Estudios Públicos vino a confirmar el lamentable estado en que se encuentran instituciones fundamentales de la democracia. El apoyo de la ciudadanía al Gobierno y al Congreso Nacional ha caído a niveles alarmantes que no superan el 10% mientras que los partidos se hunden en el descrito con una aprobación del 2%. La crisis de les instituciones es generalizada, casi ninguna se salva, pero tiene su epicentro en las instituciones directamente políticas.
Ningún país puede avanzar y desarrollarse en estas condiciones. El pensamiento conservador fuertemente influenciado por los economistas ortodoxos sostiene que el desarrollo es un estadio que se puede alcanzar mediante la aplicación de un conjunto de recetas que en lo esencial apuntan a liberar las fuerzas del mercado. El error garrafal de ese enfoque es la poca importancia acordada a la calidad de las instituciones. El estallido social es justamente la expresión de la incapacidad de nuestras instituciones para canalizar las tensiones y resolver los conflictos.
Personalmente formo desde hace décadas de una corriente de pensamiento económico que sostiene, por el contrario, que la clave del desarrollo estriba en la capacidad de la sociedad de dotarse de instituciones eficaces e inclusivas. Investigaciones recientes han venido a confirmar ampliamente este punto de vista. En su libro ya clásico Por qué fracasan los países. Los orígenes de la prosperidad y la pobreza, Acemoglu y Robinson sostienen que los países 'fallan porque sus instituciones son débiles y 'extractivas', privilegian a unos grupos de la sociedad y concentran poder en una élite que actúa para su propio beneficio".
Este es exactamente el problema que enfrenta Chile. Es preciso refundar las instituciones para que adquieran una nueva legitimidad y recuperen la confianza ciudadana. No hay otra solución. La Convención Constitucional es el espacio para producir estas transformaciones mayores.
Entre los muchos cambios que son necesarios, destaco aquí uno imprescindible: la sustitución del actual Congreso bicameral herido de muerte por su desprestigio por un Parlamento unicameral, una Asamblea Nacional, que tramite con mayor eficiencia y rapidez los proyectos, constituido por representantes más cercanos a los territorios, con mayores deberes y calificaciones y sin privilegios.
El nuevo texto constitucional debe salir de la Convención a más tardar en junio del 2022. Considerando 90 días de información y debate ciudadano podría ser aprobado en septiembre de ese año lo que haría posible la elección de la nueva Asamblea Nacional en marzo del 2023, evidenciándose así en la práctica la voluntad de abrir paso a un 'nuevo comienzo' de nuestra democracia". 2
Es preciso refundar las instituciones para que adquieran una nueva legitimidad y recuperen la confianza ciudadana".
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