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Una revolución lenta y sin barbudos

Los dichos de Rodrigo Ruiz Encina, el influyente personaje detrás de Jorge Sharp y Tania Madriaga, deben ser leídos con suma atención. No sea cosa de que mañana la centroderecha se diga sorprendida.
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Antropólogo, doctor en Filosofía y, a todas luces un personaje con una base teórica más que relevante, Rodrigo Ruiz Encina, quien llegara a la Municipalidad de Valparaíso junto a su pareja, la exSecpla y hoy constituyente Tania Madriaga, a mediados de la administración de Jorge Sharp, fue sindicado -con razón o sin ella- de ser el causante de los conflictos que el alcalde tendría a partir de aquellos días con cercanos, antiguos aliados y colaboradores e incluso los movimientos que antes ambos suscribieran.

Fundador del recordado movimiento SurDa, del medio de comunicación El Desconcierto, exmiembro de la dirección nacional del Movimiento Autonomista y, tras ello, de Convergencia Social, y hermano de Carlos Ruiz, de Nodo XXI; Rodrigo Ruiz es quizás uno de los sujetos más interesantes de la autodenominada Alcaldía Ciudadana y de aquella bomba de tiempo política que pareciera ser Territorios en Red.

Su agudeza intelectual parte de la base -como explicó ayer en entrevista con este Diario- que, al contrario de la tan acelerada e intensa izquierda actual, él propone "la apertura de un período histórico nuevo, en el cual empieza a morirse lo viejo", de lo cual se subentiende que el destierro del sistema social neoliberal debiese enmarcarse en una gradualidad que, hasta el minuto, ni Jadue ni Boric han sido capaces de exponer.

Entiende Ruiz, también mejor que nadie, que el estallido social delata un debilitamiento de la dinámica institucional y, a su juicio, que el movimiento feminista está llamado a liderar esa suma de minorías. Al mismo tiempo, da cuenta que la política no se hace en La Moneda, en la FECH, ni en los pasillos del Congreso, sino en las distintas dimensiones de la sociedad.

"Expresa una fuerza destituyente contra esta forma neoliberal de concebir la vida (...) Probablemente estemos asistiendo a los prolegómenos de las revoluciones del siglo XXI", dijo en una interesante e imperdible declaración de principios a la editorial argentina Tinta Limón.

Reconociendo beber de Marx, del francés Henri Lefebvre y de la teórica feminista posestructural estadounidense Judith Butler, Ruiz plantea también un "proceso constituyente que tiene como base esta fuerza destituyente que expresa con especial potencia el movimiento feminista contra esta forma neoliberal de producir la humanidad".

Acaso con algo de humor, reconoce Ruiz que tal revolución "no será de barbudos de la Sierra Maestra", sino de mujeres, minorías étnicas, sexuales y jóvenes que entienden que el daño que se le ha causado al planeta con las economías extractivas es absolutamente insostenible.

La visionaria autoexclusión partidista del propio Sharp pareciera responder a esa lógica de captar que los procesos históricos comienzan y acaban más allá de la punta de nuestras narices. Algo tan contrario al asalto al Palacio de Invierno.

No propone Ruiz, al menos en apariencia, instalar una Comuna de París de democracia autogestionada. Sus palabras y el nombre de su tesis de grado para optar al título de Antropólogo Social en la Universidad de Chile ("Lo Individual y lo Colectivo en Sectores Populares de la Comuna de Santiago", 2008), hablan de un personaje infinitamente más inteligente.

Sumar y acelerar: ejes fundamentales

"Como CRCP, estamos convencidos que todos y cada uno de nosotros podemos jugar un rol fundamental para convertir las ideas en realidad. Por eso, si nos sumamos a un diálogo permanente y profundo, podremos juntos impulsar una verdadera reactivación económica". José Pakomio, Presidente de la Cámara Regional del Comercio de Valparaíso (CRCP)
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Durante más de un año y medio hemos tenido que enfrentar difíciles situaciones a nivel mundial, nacional y regional, desde las manifestaciones sociales del 18-0 -que no solo generaron profundos daños al comercio local, sino que, además, dejaron en evidencia los principales puntos débiles de nuestro modelo político y económico- hasta la pandemia de covid-19, que trajo consigo una serie de desafíos en diferentes niveles, especialmente producto de las consecuencias de las medidas implementadas por las autoridades para controlar la propagación del virus que, hasta hoy, todavía afectan el normal funcionamiento de nuestra sociedad.

No hay duda que estamos frente a un complejo escenario, donde es necesario acelerar la recuperación económica con un gran sentido de urgencia, redefiniendo el rol de las empresas y adaptándonos a los cambios que esta nueva realidad nos presenta. Si bien nuestras esperanzas están puestas en el proceso de vacunación -que pese a la respuesta de gran parte de la población, aún quedan muchos rezagados-, nuestro futuro depende de algo mucho más grande que un par de dosis para hacer frente al Chile pospandemia.

Como Cámara Regional del Comercio de Valparaíso, estamos convencidos que todos y cada uno de nosotros podemos jugar un rol fundamental para convertir las ideas en realidad. Por eso, si nos sumamos a un diálogo permanente y profundo, podremos juntos impulsar una verdadera reactivación económica, acelerando así la transformación de nuestra región y país hacia el futuro, uno que nos permita resolver problemas más rápidamente, creando nuevas experiencias y generando nuevas oportunidades.

Esa es precisamente nuestra invitación para el 25° Encuentro Empresarial: Súmate & Acelera, que realizaremos los próximos 4 y 5 de agosto, en un formato completamente digital. Contaremos con seminarios en vivo y en directo, charlas magistrales, destacados expositores nacionales e internacionales, un gran showroom virtual, ruedas de negocios internacionales y la posibilidad de generar networking interactivo entre los asistentes. Además, realizaremos rondas de conexión para emprendedores, generaremos espacios de mentorías para apoyarlos a hacer crecer sus negocios y ampliaremos nuestros horizontes, invitando de norte a sur a ser parte de este evento, a integrar el cambio y mejorar el panorama en el que estamos insertos.

Estamos conscientes de la importancia y el valor que tiene nuestro trabajo para salir adelante en este escenario complejo, con múltiples dudas sobre la superación de la pandemia o sobre cómo enfrentaremos la llegada inminente de otras variantes. No obstante, nuestra invitación en este 25° Encuentro Empresarial es a sumarnos al diálogo y acelerar esta transformación, generando redes que nos permitan construir un mejor futuro, con o sin covid-19.

Buen trato en la infancia y adolescencia

"Las diferentes acciones e iniciativas impulsadas con el fin de asegurar que niñas, niños y adolescentes puedan vivir y crecer en entornos libres de violencia son fundamentales para el buen trato, sensibilización, y prevención de sus derechos". Arturo Celedón, Director ejecutivo de Fundación Colunga
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La violencia en la niñez es una realidad cruda, diversa y extendida en todas las sociedades. Día a día, miles de niñas, niños y adolescentes en Chile sufren violencia de diferentes maneras y esto se produce en variados contextos: hogares, barrios, escuelas e incluso en las instituciones creadas para darles protección por parte del Estado. La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la violencia como el uso deliberado de la fuerza física o el poder, ya sea en grado de amenaza o efectivo, contra uno mismo, otra persona, un grupo o comunidad, que tenga muchas probabilidades de causar lesiones, muerte, daños psicológicos, trastornos del desarrollo o privaciones.

Estos episodios suelen estar ocultos, naturalizados o no son denunciados por temor o vergüenza. Sin embargo, los datos desestiman la magnitud real, donde un metaanálisis a nivel mundial indica que el maltrato físico denunciado por las propias niñas y niños es 75 veces más alto que lo que indican los informes oficiales, mientras que en el ámbito de violencia sexual es 30 veces más alta.

En Chile, según el Ministerio de Desarrollo Social y Familia, el 62,5% de las/os cuidadoras/es del país ejerce algún método violento de disciplina. Por otra parte, el maltrato y abuso sexual sigue siendo la causa principal de ingreso al Servicio Nacional de Menores (Sename), institución que registra al 2016 una tasa de denuncias por abuso sexual de 348,33 por cada 100 mil niñas, niños y adolescentes (NNA). Además, según la última encuesta nacional de violencia intrafamiliar en 2020, las mujeres entre 15 y 18 años son el segundo grupo etario más afectado por violencia intrafamiliar, con una prevalencia de 29,4% en el último año, y los estudios de Instituto Nacional de la Juventud (Injuv) indican una cierta tolerancia a ciertos tipos de violencia no física en el pololeo.

Algunos de los factores críticos de la violencia hacia niñas, niños y adolescentes están relacionados con ámbitos estructurales como la pobreza, la desigualdad, normas patriarcales y ejes de globalización, así como institucionales por la debilidad de sus sistemas de protección, la falta de coordinación de los servicios de respuesta, mala gobernanza escolar, entre otros, provocando heridas para el resto de la vida en los NNA, en muchos casos problemas psicológicos, comportamientos riesgosos, daños físicos, entre otros.

Diversas organizaciones internacionales, en colaboración con organizaciones de la sociedad civil, desarrollaron un conjunto de estrategias para poner fin a la violencia en la niñez, tales como la implementación y vigilancia del cumplimiento de las leyes; normas y valores; seguridad en el entorno; y apoyo a padres, madres y cuidadores/as. Creemos firmemente que las diferentes acciones e iniciativas impulsadas con el fin de asegurar que puedan vivir y crecer en entornos libres de violencia son fundamentales para el buen trato, sensibilización, prevención de sus derechos y erradicación de toda violencia en la infancia y adolescencia.