Cartas
Ritos
Cada domingo tengo la oportunidad de pasar por el Santuario de la Purísima de Lo Vásquez. Siempre hay fieles rezando, pero a distancia, desde la calle y tras una reja. La imagen de la Virgen a lo lejos es casi indistinguible. El Santuario está cerrado como si recién se hubiese decretado la pandemia: ¿el tiempo se detuvo o quizás será un presente continuo?
La vida de la Iglesia tiene tradición y docencia en lo que se refiere a los ritos, porque en ellos da forma visible a la vida del espíritu, orienta las esperanzas de los fieles y da estabilidad en la contingencia. Los símbolos -constitutivos de los ritos- son determinantes en la vida humana. La percepción de ellos, además de ser diferenciadores, aglutina. La simbólica percepción de la realidad cohesiona y engendra alianza: comunidad. El Santuario, todo templo, pero aún más todo rito sacramentario de la Iglesia está preñado de acción simbólica. De ahí una Iglesia como comunidad cristiana.
Los ritos como acciones simbólicas -peregrinaciones, la misa, los funerales, etc.-, no son rutinas. Los ritos tienen intensidad de sentido, y cada vez que los fieles repetidamente asisten, experimentan pertenencia: morada. Lo simbólico del rito crisma lo invisible en conjuración corporal. El rito, por ende, posibilita una morada de dimensión corporal: Iglesia cuerpo. La Iglesia se hace casa por medio de sus ritos, hospeda la intemperie humana. No podemos como Iglesia dejar de celebrar nuestros ritos ni acostumbrarnos a su digitalización (descorporización). La Iglesia en buena medida depende de aquello, pues posee identidad corpórea: encarnación.
Alejandro González H. Cura
Nulo avance
El primer paso para la Convención Constitucional es crear un reglamento que defina los mecanismos de trabajo que el mismo órgano deberá seguir. Este reglamento deberá contener ciertos límites y garantías que los constituyentes deberán respetar para el correcto funcionamiento de la Convención, pues solo de esta manera se podrá cumplir con el objetivo de crear un nuevo texto constitucional que nos represente a todos los ciudadanos.
Sin embargo, ya llevamos casi un mes de "trabajo", donde poco y nada se ha discutido sobre estas bases, solo se han dedicado a debatir temas que no les competen, fuera de sus atribuciones. Nada se ha decidido, nada se ha avanzado, por lo que los ciudadanos nos preguntamos: ¿cuánto más tendremos que esperar?
Florencia Muñoz V. Equipo constitucional Instituto Res Publica
Discusiones bizantinas
La Convención Constitucional es una instancia de reunión nacional de representantes populares que asumen el único objetivo de acordar las reglas que regirán el futuro del país, tarea que se debe efectuar sin afectar las competencias y atribuciones de los demás órganos y poderes del Estado
Sin embargo, el inicio de su trabajo no ha sido bajo esos principios, por lo que puedo concluir que lo que no comienza bien, no termina bien. Al día de hoy, no hemos visto ningún esbozo de algo concreto, sino más bien discusiones bizantinas que a nada bueno conducen. Y el tiempo transcurre.
René Adrián Zapata Valiente
Bajas expectativas
Los convencionales constituyentes para redactar y proponer una nueva Constitución, además de perder el tiempo en cosas no importantes y atribuirse funciones que no les competen, usan un lenguaje "inclusivo", lo que considero una estupidez, y hablan de los, las y les; de unos, unas y unes; de ellos, ellas y elles.
La probabilidad de elaborar una mejor Constitución que la actual es muy baja. Por eso, desde ahora se les debe advertir que no se va a ampliar el plazo máximo de 12 meses establecido.
Jorge Porter Taschkewitz
Tacos por Automac
Con toda seguridad, muchos de los que vivimos en Reñaca y Concón hemos debido soportar más alguna vez, y especialmente cerca de las horas de comida, un atochamiento vehicular que comienza en la ruta Viña-Reñaca y se destraba pasado el McDonald's. Lo increíble es que este taco se genera en gran medida por la gente que, sin ningún pudor, se estaciona ocupando una vía pública para ingresar al "Automac".
Ante esto, el local no hace nada y las autoridades tampoco y, por lo tanto, muchas personas debemos sufrir diariamente esta demora en nuestro tránsito, solo por el capricho de algunos de disfrutar su Big-Mac.
Creo que es hora que las instituciones funcionen y terminemos con esta arbitrariedad. Con eso no solo destrabaremos el tráfico vehicular, sino que además cooperaremos en forma complementaria a combatir el flagelo de la obesidad.
Juan Carlos Pons J.
Sonreír con mascarilla
La ternura es una necesidad tan básica como la alimentación. No es una emoción fácil de expresar frente a una constante actitud defensiva, muy común en estos días, sobre todo en las personas que han tenido covid-19 o han sido contactos estrechos. Y es que la pandemia ha transformado a la ternura en una necesidad aún mayor; es por eso que cuando se encuentra se agradece.
Una bonita "sonrisa de Duchenne", esa que sale del alma y que se nota en los ojos, activa de forma inmediata la amígdala del cerebro, centro emocional de nuestro organismo, generando emociones más positivas y mejorando así nuestra salud mental.
Este proceso cerebral se ha vuelto más complejo a causa del uso "obligatorio" de mascarilla, pero no hay otra forma para cuidarnos que usarla. Y es que a pesar de los cambios anunciados por el Gobierno en el plan Paso a Paso y la disminución de los casos activos y contagios de los últimos días, en el corto plazo se ve casi imposible dejar de usarla.
Lo que nos queda es continuar redescubriéndonos en nuevas formas de comunicación no verbal para que nuestra salud mental no siga viéndose dañada y, por supuesto, seguir cuidándonos.
Marianela Cartagena Psicóloga
Sensibilidades
Varios productos, de acuerdo con la mentalidad actual, podrían considerarse discriminatorios. Por ejemplo, los fideos "canuto", la malta "Morenita", las galletas "Morocha", etc. Hilando fino, habría que considerar también discriminadoras un sinfín de palabras que usamos habitualmente para referirnos con cariño o afecto hacia una persona, como chanchito(a), gordita(o), viejito(a), negrita(o), etc.
Lo que sí se debe cuestionar y condenar es lenguaje ofensivo, soez y vulgar hacia las personas.
Jorge Valenzuela Araya