En su primera visita a la zona como presidente de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), el ingeniero Antonio Errázuriz, mostró su alarma porque la Convención Constitucional no aborda en estos días los temas que "dieron origen a esta asamblea constituyente" y expuso la necesidad de apelar al "entendimiento, el diálogo y la construcción de los acuerdos" para que el trabajo de los convencionales pueda llegar a buen puerto, esto es, elaborar una nueva carta magna capaz de convocar el consenso mayoritario del país.

Errázuriz fue más allá en sus palabras y reconoció que una de las esperanzas del rubro de la construcción es que la nueva Constitución permita cerrar la brecha de incertidumbre que surge cada vez que actores privados - e incluso el Estado - impulsan un proyecto. Un ejemplo patente es el hotel Punta Piqueros, ya edificado en el borde costero de Concón y hoy enfrascado en una disputa legal que podría terminar con su demolición - para los especialistas quedará determinar, si es posible elegir, si su destrucción termina siendo más dañina para el medioambiente que su emplazamiento -, pese a que en su momento transitó el camino abierto por la autoridad y obtuvo los permisos necesarios. No se trata de estar a favor o en contra del hotel, enfatiza Errázuriz, pero los inversionistas -en Chile y en cualquier país, cabe decir- requieren de certezas para embarcarse en iniciativas de largo aliento y fuertes montos.

De construir una nueva institucionalidad capaz de entregar esas seguridades, en ello el timonel de la CChC tampoco se equivoca, depende la capacidad que tendrá la Región para superar el duro transe que ha vivido en la pandemia. ¿Cómo puede un nuevo conjunto de reglas equilibrar el impulso privado por construir - emprender, desarrollar, proponer -, con las justas exigencias de las comunidades que se sienten perjudicadas por dichas iniciativas? La solución no es fácil de alcanzar y los debates que habrá en torno a ella en la Convención Constitucional serán álgidos, complejos y seguramente extensos. Sería lamentable que el resultado fuera una institucionalidad como la actual, que no cumple adecuadamente con las expectativas de ninguna de las partes. Tampoco parece sensato que sean los tribunales de Justicia el mejor lugar donde cada proyecto sea disputado, al punto que las decisiones previas sobre ellos, no importa cuántos estudios hayan exigido, terminan en el tacho de la basura. En esta situación, "entendimiento, diálogo y construcción de acuerdos" dejan de ser palabras de buena crianza para convertirse en un camino ineludible.

Quisiera complementar la columna de don Fernán Rioseco del 21 de julio, con este mismo título. El problema del mal es el fundamento de muchos ateos para negar la existencia de Dios. Como se plantea en el citado artículo, ya Epicúreo, hace más de 2.300 años, cuestionaba la existencia de un dios todopoderoso incapaz de poner fin al sufrimiento humano.

El mal y el sufrimiento son consubstanciales a la naturaleza humana y se experimentan de manera subjetiva e intransferible, sea en su vertiente física o espiritual. Por lo mismo, no es fácil abordarlos racionalmente. Desde ya, el mal, que es la causa del sufrimiento, no tiene entidad propia, sino que es la ausencia o privación de un bien; es decir, la persona sufre cuando carece del bien que debería tener. El dolor tiene múltiples causas: enfermedades, injusticias, fracasos, desastres naturales, etc.; en muchos casos es producto de un mal uso de nuestra libertad.

En el Libro de Job, sus amigos asumen que sus penurias se deben a que ha cometido algún acto, quizás inconscientemente, contra el orden dispuesto por Dios. El sufrimiento de Job, pese a considerarse a sí mismo un hombre justo y bueno, sería un castigo divino. Dios mostrándose dialogante, comprensivo y misericordioso, acoge la inocencia de Job y le restituye todos sus bienes. Pese a que no se aclara el porqué del sufrimiento de un inocente, el Libro tiene un fin pedagógico al poner a prueba la fe de Job: si bien flaquea, nunca deja de invocar a Dios, aunque sea para recriminarlo por su injusticia.

En general, la pedagogía del sufrimiento se explicita cada vez que del mal se sigue un bien. Por ejemplo, desde la congoja valoramos mejor lo que somos y lo que tenemos; optimizamos la jerarquización de nuestros propósitos, muchos de los cuales erróneamente considerábamos vitales; se favorece el ejercicio de la humildad al hacernos ver lo innecesarias de varias de nuestras arraigadas convicciones y prejuicios; nos hace más sensibles y comprensivos hacia el dolor ajeno, etc.

El sufrimiento no solo es parte de la naturaleza humana, también nos permite trascender nuestra finitud. Aunque no es posible eliminarlo, podemos encontrarle un sentido. Para eso es imperativo levantar la mirada hacia Cristo y cambiar la pregunta de "¿por qué?" por un "¿para qué?". Él nos da la respuesta: "para amar más"; nadie como Él experimentó por amor el dolor por los pecados de toda la humanidad. En su pasión y muerte en la cruz supo del sufrimiento humano en carne propia, con tal intensidad que llegó a exclamar desgarradoramente: "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?" (Mt 27,46). Sentimiento que, al igual que Job, más de una vez hemos expresado ante el dolor.

Es claro que Cristo, el Hijo de Dios hecho hombre, no vino a eliminar el sufrimiento, sino a darle un sentido nuevo al morir en la cruz por nuestra salvación. El sufrimiento asume en Él un significado de redención.

En definitiva, el misterio del sufrimiento está presente en el mundo "para provocar el amor, para hacer nacer obras de amor al prójimo, para transformar toda la civilización humana en civilización del amor". Es en el amor donde el hombre se encuentra y se reconcilia consigo mismo, con "su propia humanidad, su propia dignidad y su propia misión" (Juan Pablo II, Carta Apostólica Salvifici doloris 1984, 30-31).

150 años | 2 de agosto de 1871

Uso peligroso del redoble de tambor

Un paseante de a caballo ha venido a quejarse en contra de los tambores que se están escuchando en el sector del Alto del Puerto. Ocurre que el molesto, aunque aparentemente simple uso de los palillos sobre el tambor, tocado en redoble, espanta a los caballos, con el riesgo de que el jinete caiga al suelo y se lesione.

100 años | 2 de agosto de 1921

Se inaugura nueva línea de vapores

En la mañana de ayer fondeó en este puerto el vapor "San Ubaldo", de la Anglo - Mexican Petroleum Company Limited, trayendo el primer cargamento de parafina y gasolina a granel. Con el vapor "San Ubaldo" la compañía antes citada inaugura una línea de vapores que harán un servicio regular a nuestras costas.

50 años | 2 de agosto de 1971

Astronautas viajan varios kilómetros

Houston, 1 (AP).- Los exploradores de la Luna, luego de pequeños contratiempos, iniciaron la excursión de hoy, de 6 kilómetros y medio, en su lunamóvil; esta vez las 4 ruedas funcionan bien. Los coroneles David Scott y James Irwing partieron a las 8.36 rumbo a un cráter al pie de la sierra de los Apeninos a 8 kilómetros.