Planes para paliar el déficit habitacional
Mientras el Minvu anunció una millonaria inversión, el gobernador Rodrigo Mundaca pidió dinamizar los convenios existentes. Cerrar la brecha de la casa propia es una de las tareas urgentes que enfrentan las recién asumidas autoridades, pero no será ni fácil ni rápido concretarla. Cualquier solución debe evitar un impacto a los ecosistemas fuera del radio urbano.
El Ministerio de Vivienda y Urbanismo dio a conocer esta semana un nuevo informe sobre déficit habitacional. Basado en los datos que proporciona la Encuesta Casen en Pandemia 2020, el documento precisa que en la Región de Valparaíso se requieren 57.860 viviendas para cerrar la brecha del techo propio, una cifra abrumadora que se calibra mejor cuando se la compara con las 56.851 viviendas que tiene la comuna de Quilpué. ¿Más claridad? Si se construyeran todas juntas, la urbe resultante sería la tercera más grande de la Región, solo superada por Viña del Mar y Valparaíso.
Para solucionar este déficit, el Minvu anunció un presupuesto "histórico" a nivel regional, que con una inversión de $ 161 mil millones permitirá levantar más de 10 mil viviendas. Este esfuerzo podría replicarse sin merma por los próximos 5 años y de todas maneras no daría respuesta a la necesidad habitacional absoluta de la Región, porque son cientos de familias que cada año se trasladan a un asentamiento irregular ante la imposibilidad de contar con una casa propia. Aunque insuficiente, este es el mayor esfuerzo desplegado hasta ahora por el Estado para avanzar en una solución concreta. Su completa ejecución, empero, tendrá que superar serios desafíos institucionales, burocráticos y políticos.
En paralelo, en los últimos años hemos visto cómo recrudece el fenómeno de los asentamientos irregulares. Quizás por mera coincidencia, al mismo tiempo que el Minvu anunciaba su programa, el gobernador regional, Rodrigo Mundaca, se reunía con la alcaldesa de Viña del Mar, Macarena Ripamonti, para analizar el problema -la Ciudad Jardín es la comuna con más campamentos de Chile-, cuya solución ha sido tan esquiva para todas las autoridades anteriores. Mundaca dijo que buscarán dinamizar el convenio Gore-Minvu que hoy apenas tiene un 22% de avance pese a que data del año 2011, así como pedirá al ministerio el listado de todos los terrenos susceptibles de urbanización. Ripamonti dijo que había una mesa de trabajo instalada para resolver el conflicto que se produjo por la consolidación de una toma en un terreno donde se encuentra la construcción de un consultorio.
En todos estos casos, la solución que se aplique debe dialogar con la planificación urbana de las comunas (planes regionales) y de la Región (Plan Intercomunal), para evitar que la construcción de viviendas -de iniciativa pública o privada- presione inadecuadamente la expansión urbana hacia los límites de cada territorio, afectando con ellos flora y fauna endémicas. Esto ya ha ocurrido y en parte explica el levantamiento de numerosos movimientos ciudadanos que buscan proteger santuarios naturales o áreas verdes que se ven amenazados por la urbanización. Cuadrar el círculo del déficit habitacional no será una tarea fácil ni rápida, pero es quizás uno de los problemas más urgentes en la Región.