El mar, Constitución y voluntad política
La Liga Marítima de Chile ha trabajado en una propuesta para incorporar el tema oceánico en la formulación de una nueva Carta Fundamental. Afirma el presidente de la entidad que "no prevemos ninguna variable política que sea contraria a este objetivo; por el contrario, nos parece que el mar es un potente punto de unión entre los chilenos".
El mar aparece en nuestra canción nacional, pero no figura en la Constitución, ni en la actual ni en las anteriores, pese a que ese gran espacio está lleno de posibilidades y constituye la primera línea de nuestra soberanía.
Ante esa omisión histórica, la Liga Marítima de Chile ha desarrollado un trabajo que se traduce en una propuesta que será entregada a la Convención Constitucional que debe formular una nueva Carta Fundamental, que será sometida a votación en un plebiscito de salida.
"Es imperativo que la Constitución Política del Estado reconozca y promueva la identidad marítima de la nación chilena y consagre lineamientos de una visión estratégica que sirva de sustento a una política oceánica permanente", sostiene el presidente de la entidad, el almirante en retiro Miguel Ángel Vergara. Acertada posición, pues pese al generalizado discurso de la importancia del mar, carecemos de esa política.
Afirma que "no prevemos ninguna variable política que sea contraria a este objetivo; por el contrario, nos parece que el mar es un potente punto de unión entre los chilenos".
Esta trascendente iniciativa de la Liga Marítima tiene sólidas bases en una realidad que se desconoce, pues ese territorio oceánico sobre el cual Chile ejerce soberanía exige la protección del Estado considerando la urgencia de fomentar la identidad marítima de la nación, estimular la investigación científica y el desarrollo sostenible, tecnológico, social y económico. Se debe insistir también en cautelar la preservación del patrimonio ambiental y la biodiversidad de ese enorme espacio. No se puede olvidar tampoco la condición de gran vía de comunicación que constituye el mar, por el cual se moviliza más del 90% del comercio exterior del país. Un beneficio gratuito que entrega el mar es ser una de las principales fuentes de absorción de CO2, culpable del amenazante efecto invernadero.
Pero asociado a la fuerza constitucional que se busca para el tema marítimo, el almirante Vergara afirma que la ausencia del mar en la Carta Fundamental "no es excusa para no haber actuado con mayor firmeza ante Argentina… en la defensa de nuestros derechos ante las pretensiones sobre su Plataforma Continental Extendida…Reaccionamos tibiamente". Pero con realismo, insistiendo en el tema sobre la soberanía marítima, Vergara sostiene que "ninguna norma constitucional tendrá efecto si no existe la voluntad política de actuar. La Constitución no hace milagros".
Verdad del porte de una catedral, pues ni las leyes ni la mejor de las constituciones son mágicas; son únicamente instrumentos que exigen voluntad para hacer cumplir sus supuestas sabias disposiciones.
Y en lo puntual, la presencia marítima en una eventual nueva Constitución debe ir acompañada de una actitud permanente que haga realidad la norma escrita.