Desaladora tiene previsto comenzar a operar en 2023
PROYECTO ACONCAGUA. La construcción de la obra comenzó en enero de este año y se plantea como una alternativa ante la crisis hídrica que sufre la región.
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En el complejo escenario hídrico que vive el país y particularmente la Región de Valparaíso, la desalación del agua es vista como una de las soluciones concretas a esa problemática.
En tal escenario, actualmente avanza el Proyecto Aconcagua, que consta de una planta desalinizadora ubicada en la bahía de Quintero -específicamente en la comuna de Puchuncaví- y un acueducto de 105 kilómetros de longitud hasta la comuna de Colina, en la Región Metropolitana.
La infraestructura permitirá producir y transportar, de mar a cordillera hasta 1.000 litros por segundo de agua dulce para clientes sanitarios, industriales, mineros y agrícolas de diversos sectores de la cuenca del Aconcagua.
A la fecha, esta iniciativa se encuentra en la etapa de construcción, la que se inició en enero de este año, y se prevé que estará en condiciones de suministrar agua a sus primeros clientes durante el primer semestre de 2023.
Actualmente es el único proyecto de desalinización en la región que cuenta con todos los permisos ambientales para construir y distribuir agua dulce no continental de forma permanente y que no depende de las precipitaciones.
Ante ello, fuentes de la industria señalan que el interés por contar con esta opción ha aumentado, pues "no depender de las lluvias es una alternativa muy potente por lo que contar con una nueva fuente de agua dulce no continental permanente, segura y sustentable le permite a muchas empresas producir a su máxima capacidad. Chile es un país con abundancia de mar y de energías renovables, que son justamente los insumos necesarios para poder desalinizar agua de mar".
La iniciativa pertenece a Aguas Pacífico empresa de la brasileña Patria lnvestments, el fondo de inversión privado más grande de Latinoamérica, con activos bajo administración por más de US$ 12.000 millones y presente en Chile desde 2012.
"Lo que se busca es que el proyecto de desalación en la V Región sea una referencia local, nacional e internacional en el uso de la tecnología de osmosis inversa para la producción de agua dulce no continental", agregan en el sector.
Los números
En cifras, la obra generará, en el peak de la construcción, más de 2.200 nuevos empleos a nivel regional y la inversión prevista supera los US$ 600 millones. En cuanto a la construcción y la operación de la iniciativa, ésta fue adjudicada a la empresa israelita IDE Technologies, líder mundial en construcción y operación de plantas desaladoras.
Algo que destacan en la industria es que las estructuras de este tipo son modulares por lo que son capaces de producir más agua agregando solo más módulos de osmosis inversa al interior de la planta. "Haciendo uso tanto de las redes propias como de terceros, puede distribuir agua dulce no continental a, prácticamente, toda la Quinta Región", señalan desde el sector.
Una de las inquietudes que genera la desalinización es el costo que puede tener. El 70% del costo de operación de una planta de este tipo es energía eléctrica y en este caso el país debería contar paulatinamente con energía más barata debido, principalmente a las renovables no convencionales, por lo cual pensar en un uso amplio es posible.
1.000 litros de agua dulce por segundo será capaz de producir y transportar el proyecto.
US$ 600 millones es la inversión comprometida en la iniciativa, que comenzó a construirse en enero.
70% del costo operativo de la planta desalinizadora depende del valor de la energía eléctrica.