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Papa: aborto es "homicidio", pero obispos no deben negar comunión a defensores

IGLESIA. La máxima autoridad católica cuestionó iniciativa de sacerdotes que busca quitar el sacramento al presidente Joe Biden y políticos proaborto, pues convierten un asunto pastoral en algo "político".
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El Papa Francisco reiteró con dureza que "el aborto es un asesinato", pero criticó que algunos obispos de Estados Unidos hayan pedido no darle la comunión al católico presidente de Estados Unidos, Joe Biden, por estar a favor del derecho a la interrupción del embarazo que consagran las leyes del país. También dijo que están bien las normas civiles para las parejas homosexuales, pero no aprueba para ellas el matrimonio por la Iglesia.

"El problema es que es un homicidio, sin medias palabras; quien hace un aborto, asesina. Cualquier libro dice que a las tres semanas es científicamente una vida humana", zanjó Francisco sobre la interrupción del embarazo durante el vuelo de regreso de su gira a Hungría y Eslovaquia.

Los obispos estadounidenses votaron en junio de manera mayoritaria a favor de redactar un conjunto de reglas para dar la comunión, entre las que se encuentra no concederla a los quienes están a favor del aborto, y por tanto a Biden, en lo que se leyó como una victoria de la corriente católica más conservadora del país que siempre ha estado al lado del expresidente Donald Trump.

"La comunión no es un premio para los perfectos, la comunión es un don, es un regalo", y quien no puede tomar la comunión es quien "no está dentro de la comunidad", aclaró el Papa al ser consultado sobre la iniciativa de los obispos.

Francisco explicó que el dilema está fuera del ámbito religioso. "Es un problema pastoral, a veces los obispos no se comportan como pastores, sino que se inclinan a la política", aseguró.

"Cuando la Iglesia, por defender un principio, no lo hace de manera pastoral, entonces es que es un hecho político", zanjó. "Los pastores tienen que seguir el estilo de Dios, que es la cercanía, la compasión y la ternura".

"El pastor sabe lo que tiene que hacer en cada momento, pero si sale de la pastoral de la Iglesia se convierte en un político", explicó Jorge Bergoglio, en lo que pareció una crítica a los obispos estadounidenses con su decisión.

El Papa también afirmó contundentemente que "nunca" le ha negado la comunión "a nadie" y soltó: "Ya basta con las excomuniones".

Solo leyes civiles

En otro aspecto también controversial, el Pontífice se mostró partidario de leyes civiles para defender los derechos de los homosexuales, pero no del "matrimonio".

"He hablado claro sobre esto. El matrimonio es un sacramento de la Iglesia y no se puede cambiar, pero hay leyes que intentan ayudar a la situación de tanta gente de orientación sexual diferente y esto es importante. Que se les ayude, pero sin imponer cosas a la Iglesia que por su naturaleza no se pueden", enfatizó.

El Papa subrayó también que "si (una pareja homosexual) quiere llevar un vida juntos, los Estados tienen posibilidad de apoyarlos civilmente, con el tema de la salud, de la herencia", entre otros. "Son hermanos y hermanas y los tenemos que acompañar. Pero el matrimonio es claro", avisó.

El Pontífice puso el ejemplo del Pacto Civil de Solidaridad (Pacs) que existe en Francia sobre los derechos para las parejas de homosexuales, pero volvió a decir que "el matrimonio como sacramento es entre hombre y mujer y no se puede hacer que la Iglesia reniegue de su verdad".

Explicó que existen muchas personas homosexuales que "se acercan al sacramento de la penitencia" y "piden consejo al sacerdote" y "la iglesia los ayuda a ir adelante", pero "el sacramento es el sacramento".

El Papa ya había expresado su idea en un documental que causó revuelo; sin embargo, poco después el Vaticano publicó una nota aclaratoria para recordar que la Iglesia Católica "no puede impartir su bendición a las uniones de personas del mismo sexo", después de que en algunos ambientes eclesiásticos surgieron dudas sobre este tema.

168 votos a favor y 55 en contra hubo en la Conferencia Episcopal de EE.UU. sobre las reglas para la comunión.

3 semanas de gestación: "científicamente ya es una vida humana", dijo el Papa Francisco sobre el aborto.

No entiende a los antivacunas

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El Papa Francisco se refirió a la pandemia de covid-19 y aseguró que "es un poco extraño" que la gente no se quiera vacunar considerando que la humanidad tiene "una larga historia de amistad" con las vacunas, aunque dijo que quizá los antivacunas se han dejado llevar "por la incertidumbre y la gran diversidad de vacunas", incluyendo noticias falsas. "Incluso en el Colegio Cardenalicio hay algunos negacionistas y uno terminó ingresado", reveló en aparente referencia al cardenal estadounidense Raymond Burke, que estuvo hospitalizado por covid-19. Además, aseguró que vacunarse es "un acto de amor".

Maoríes piden cambiar el nombre de Nueva Zelanda por Aoteara

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El Partido Maorí neozelandés lanzó una campaña para pedir que oficialmente se cambie el nombre de Nueva Zelanda por Aotearoa y todos los lugares del país oceánico sean llamados con sus nombres originales indígenas. "Ya es hora de que la (lengua) Te Reo Maori ocupe nuevamente el lugar que merece. Somos un país polinesio y somos Aotearoa", dijo el Partido Maorí de Nueva Zelanda al instar a la población a firmar la petición que será enviada al Parlamento de este país.

Aunque se desconoce la etimología de Aotearoa, el nombre maorí de Nueva Zelanda, hay varias teorías sobre el origen como la que hace referencia a una de las canoas de la gran migración polinesia o la mitológica "larga nube blanca" que guiaba a los viajeros. Con la colonización británica en el siglo XIX se adoptó el nombre de Nueva Zelanda, que fue dado por el explorador holandés Abel Tasman, en alusión a una provincia de los Países Bajos llamada Zeeland. La petición del Partido Maori coincide con un momento de histórico reconocimiento de la cultura de los pueblos originarios por parte del Gobierno de la primera ministra Jacinda Ardern. Ardern, quien habla en maorí en algunos de sus discursos y cumple con algunas de las ceremonias tradicionales, declaró a principios de año como festivo nacional el Año Nuevo Maorí (Mataraki) para reconocer la identidad compartida de los neozelandeses.