Nueva suspensión del Festival de Viña abre debate para modificar su formato
CERTAMEN. Cambios en la competencia, en el modelo de negocio y gala son analizados antes de próxima licitación.
La suspensión del Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar, por segunda vez consecutiva, propició la reapertura de un debate que cada tanto regresa y que apunta a cambiar el esquema del evento a fin de adecuarse a los nuevos tiempos, tanto en materia tecnológica como social.
Sin embargo, en esta oportunidad, el tema surge con más fuerza debido a la imposibilidad de los canales de cumplir el contrato de concesión, tal como está diseñado, debido a la pandemia. Producto de la situación sanitaria la licitación se extendió hasta 2024, momento en que se se llamará a un nuevo proceso, oportunidad en la que se podría modificar el contrato, las cláusulas y, por qué no, el propio Festival.
En su cuenta de Twitter, el periodista René Naranjo planteó el tema, justamente a propósito de lo que ocurrió esta semana. "Se suspende por segundo año el Festival de la Canción de Viña del Mar y todo indica que el esquema organizativo usado hasta ahora (un producto que se licita y con los canales de TV como realizadores y financistas) ha llegado a su fin. Será el momento de imaginar un nuevo diseño", comentó.
"Menos 'neoliberal' en su gestión y que considere más variables que las propias de un gran espectáculo de TV con gala celebrity, artistas que están de moda y humoristas nacionales. Las autoridades de Viña y su comunidad tienen por delante el bello desafío de refundar el Festival", añadió, lo que fue debatido en redes sociales, entre sus seguidores, con distintas miradas.
"Volver actualizado"
Por su parte, el exdirector del certamen viñamarino, Sergio Riesenberg, cree que "el Festival hay que replantearlo absolutamente, hay que hacer un festival televisado y no un programa de televisión".
"Me parece muy oportuno haberlo suspendido para el próximo año, no sólo por el tema sanitario, sino porque a esta altura no consigues a ningún artista de categoría, hubiera venido puro relleno. El Festival tiene que volver, pero absolutamente actualizado y con un nuevo concepto televisivo, con una sola competencia, porque hoy no hay diferencias entre lo popular y lo folclórico", acota.
Además, dice que "la estructura es pésima actualmente, porque cortan a cada rato, entre medio, para pasar publicidad. Creo que el Festival merece reestudiarse, replantearse y reorientarse. Por otro lado, la gala siempre me pareció la ridiculez más grande: es promover a los mediocres de otros canales que no tienen pantalla".
Para la periodista y crítica de espectáculos Ana Josefa Silva, la suspensión del evento "es un golpe gravísimo para varias industrias asociadas, la musical, la producción, los mismos canales de televisión, todo lo que se construyó alrededor del Festival de Viña. Se llegó a un momento en que el Festival trascendió a lo que era, una competencia de canciones, que de hecho quedaba al debe en este magno evento durante muchos años y se discutió la forma de darle un espacio como corresponde a las canciones que competían y que, para mi gusto, tenían mucho valor, pero de la manera que terminaban siendo incrustadas en el evento perdían todo sentido. Eso está al debe en el Festival, más allá de lo que se haga".
"Esta suspensión -continúa- es un golpe mortal al Festival. No sé cuál puede ser el destino, no me imagino cómo puede reinventarse, pero quiero pensar que alguien muy creativo e inteligente se le va a ocurrir cómo se puede reinventar porque el Festival de Viña es un patrimonio nacional con proyecciones internacionales que van mucho más allá de las que las personas suelen reconocer".
Y analiza: "Toda esta gran notoriedad que había alcanzado el Festival -incluida la gala, que es cosa de ver el rating que tenía-, no puede hacerse en un país en que la violencia existe de la manera en que sigue existiendo y de distintas maneras. Uno ve esto en otros lugares del mundo, son periodos históricos".
"Hay que repensarlo"
Por lo mismo, Silva sostiene que "hay que volver a retomar su espíritu, que es la competencia. El Festival de Viña tomó demasiado tiempo en hacerse cargo de que las canciones no tenían ninguna importancia y eran colocadas indignamente en una especie de masa de un show que se estiraba demasiado. Si estamos pensando casi todo lo que es Chile, creo que el Festival también hay que repensarlo".
Los tres ediles de la Comisión Festival, Sandro Puebla (ind. pro PS); Carlos Williams (RN) y Jorge Martínez (UDI) coinciden en ello, aunque con matices. "Esta situación nos debe llevar a todos a repensar el formato y modelo de cómo realizaremos el Festival cuando termine esta concesión, que es algo que yo vengo planteando desde antes que se realizara la licitación actual", dijo Puebla.
Y profundiza diciendo que "este sistema de concesión del Festival no da para más, porque se privilegia casi en solitario que los canales aporten una gran suma de dinero al inicio de la concesión para pagar deudas, como lo hacía la administración anterior, y los otros aspectos que uno podría considerar, como la renovación del formato, un acercamiento del certamen a la comunidad, una parrilla de eventos adicionales, el fortalecer las competencias quedan a un lado. Espero proponer a la actual administración de la municipalidad que desde ya se comience a trabajar en definir cuáles van a ser las características de una nueva concesión, que claramente deben ser distintas".
Para Williams, en tanto, el modelo de negocios no es el problema y debería mantenerse, pero abrir espacio a otras actividades también. La suspensión del certamen "es porque el Festival, por contrato, debe ser mejor al del año anterior y en estos momentos es una de las condiciones que no se podría dar. Creo que el modelo de negocios del Festival de Viña del Mar no está terminado, al contrario, el Festival tiene que seguir creciendo y tener algunas otras aristas que hasta el momento no se han explotado, pero que esté mal diseñado el esquema, el modelo de negocios, no lo creo. Al contrario, creo que se va a ir potenciando año a año y tiene que ser el mejor festival de Latinoamérica, como ha sido considerado hasta hoy", dijo.
"No podemos producirlo"
Más duro fue Martínez, quien critica la postura del periodista: "René Naranjo no conoce los términos del contrato de licitación del Festival de Viña, porque si se interiorizara más se daría cuenta que estos son muy favorables para el municipio. Nosotros, como municipio, no tenemos la capacidad de poder producir el Festival de Viña, porque no tenemos los recursos humanos capacitados para este fin ni financieros y en esto los canales de televisión tienen mucha más experiencia que nosotros y me parece que desde que el Festival es concesionado, los canales han estado a la altura".
Eso sí el concejal, que llegó hace pocos días al municipio, reconoce que "hay que repensar muchos aspectos del Festival, principalmente adaptarlo a los tiempos actuales y a los intereses de consumo de las personas. Hay que incorporar mucho más las nuevas plataformas y de todas maneras revisar las competencias para que sean espacios que capten la atención de las personas presencialmente y de quienes lo ven por televisión, entre otros aspectos que podemos modificar para que sea un Festival más acorde a los tiempos y siga siendo el Festival latino más grande del mundo".
"El Festival hay que replantearlo absolutamente, hay que hacer un Festival televisado y no un programa de televisión".
Sergio Riesenberg, Exdirector Festival de Viña
"Esta situación nos debe llevar a repensar el formato y modelo de cómo realizaremos el Festival cuando termine esta concesión".
Sandro Puebla, Edil y miembro Com. Festival