El desarrollo del Gran Valparaíso hacia el norte, Reñaca y la comuna de Concón, exige un mejoramiento de la conectividad vial de esa área en continuo crecimiento. Dentro de ese concepto se encuentra la llamada Vía PIV, que supone importantes obras con alta inversión. Una de esas obras son los dos nuevos puentes que cruzan el estero de Reñaca, que han ido acompañados de cambios de sentido del tránsito de las calles Balmaceda y Vicuña Mackenna, paralelas al citado estero.

Durante una visita del seremi de Vivienda, Felipe Vergara, numerosos vecinos expresaron su protesta por la unidireccionalidad de las calles mencionadas. Afirman que el nuevo sentido del tránsito los deja aislados y que el cambio genera la conducción a exceso de velocidad, lo que afecta la seguridad al salir de sus casas. Ello es cierto, pues la creciente circulación y velocidad hace peligrosa la entrada y salida de las viviendas situadas junto a esas calles.

Por su parte, Vergara afirma que el proyecto "ha sido trabajado con los vecinos desde su origen" y agregó que "sabemos que hay inconvenientes cuando se desarrolla una obra de esa envergadura, pero como seremi Minvu estamos abiertos a seguir trabajando y escuchando para resolver todos los conflictos de las personas que están siendo afectadas el día de hoy".

Y hay otra materia en obras de importancia que debe coordinarse con posibles afectados. Se trata del muy necesario mejoramiento del Camino Costero en el tramo Lilenes-rotonda de Concón, trabajos que deberían iniciarse el próximo mes y que calzan precisamente con el comienzo de la mayor demanda de los servicios gastronómicos del sector, establecimientos que ven en la próxima temporada una oportunidad para la recuperación tras un largo tiempo de funcionamiento incierto debido a las restricciones.

El seremi Vergara afirmó que se está conversando con la Municipalidad de Concón para evitar problemas en los accesos de vecinos, comerciantes y clientes a ese tramo.

Todas estas obras, algunas de gran importancia, como la Vía PIV, el sentido de las calles de Reñaca y los trabajos del Camino Costero deben acometerse con una visión de conjunto del amplio sector que se busca atender, con unos 150 mil habitantes permanentes, según el seremi, y una cantidad importante de visitantes de temporada.

Además, se debe tener presente que junto con el desarrollo del sector norte hay un continuo crecimiento del parque automotriz, lo que supone mayor demanda de conectividad que exige ser abordada considerando el comportamiento de los flujos en toda el área.

Hay que escuchar a vecinos y comerciantes para lograr así efectivos beneficios de inversiones importantes que muchas veces, sin una debida información de los usuarios, no logran la rentabilidad social y urbana deseada y terminan siendo un derroche.

Los últimos días se ha retomado la discusión con relación a la situación de migrantes en Chile. El debate ha trascendido desde los medios de comunicación a las conversaciones de pasillos y aulas, donde las posturas se presentan mayormente apasionadas y, en ocasiones, con una clara falta de conocimiento sobre el fenómeno.

Se podría partir señalando que desde los albores de la civilización se han producido desplazamientos en todo el mundo, incluyendo la región americana y, por supuesto, nuestro país. Los denominados pueblos originarios también fueron parte de este proceso, transitando desde el nomadismo en las pampas chaqueanas, mucho antes de la llegada de los migrantes europeos, ávidos de fama y fortuna. Durante la colonia y la posindependencia chilena, no fueron pocos los migrantes que colaboraron en el desarrollo de la política, la ciencia y la educación. Eso sí, cabe señalar que, debido a las características geográficas, las migraciones en Chile fueron en un número menor que en otras zonas, dando la creencia que el desierto, la montaña y el mar eran muros que desincentivaban el proceso.

La búsqueda de mejores expectativas de vida, especialmente en el ámbito económico, que trajeron al inmigrante del siglo XIX, no distan de las situaciones actuales, además de tener en Chile la mayor cantidad de migrantes que escaparon de conflictos armados en su tierra, como lo es la comunidad Palestina. Hoy, la globalización, que tanto benefició a sectores productivos, ha sido uno de los principales catalizadores de la llegada de migrantes. El crecimiento económico actuó como faro para aquellos que buscan, como se hizo en el pasado, un lugar para mejorar su vida. Entonces, el problema hacia el inmigrante es otro: ¿será que es su condición de latinoamericano? O, peor aún, ¿solo por ser pobres? Ambas características están apareciendo como principales respuestas al rechazo a la migración.

El tema de la migración, como otros plantean, no se resolverá solamente con una nueva ley (tenemos la absurda creencia que basta una ley o un conjunto de éstas para que cambie la manera de pensar y actuar de las personas), sino que se requiere un esfuerzo educativo mayor como parte de una política de Estado y no la verborrea del oportunista político. Reglas claras para el proceso migratorio, institucionalizado, responsable y no discriminatorio. Más que mal, la mayoría de los europeos que llegaron en el pasado a América y Chile eran pobres en busca de una oportunidad.