Mala puntería
El protagonista de "Billy Summers", la última novela de Stephen King en ser publicada en nuestro país, es un tipo que literalmente pone la bala donde su ojo se posa. Una habilidad tan notable puede hacer a una persona así alguien muy cotizado en el mundo de los asesinos a sueldo. Y, de paso, meterlo en problemas inimaginables, en especial si se trata del clásico "último trabajo" antes de la jubilación.
Pese a dedicarse a matar gente por dinero, Summers tiene una especie de código de ética y siempre se asegura de que su blanco sea una persona "mala". Una vez chequeado ese punto y acordada la tarifa, se instala con su arma, espera y despacha a quien le encomiendan al otro mundo.
El libro de King empieza con una de esas negociaciones, pero con dos detalles importantes: Summers quiere dejar el negocio y el trato que ha aceptado involucra esperar un buen tiempo, tal vez meses, "camuflado" en un barrio de gente normal mientras su próximo blanco llega a la ciudad en la que todo sucederá. Y como se trata de un encargo complejo, la tarifa es estratosférica.
Por el libro desfilan rufianes de todo tipo y personajes estrafalarios, pero es en esa vida simulada del protagonista donde la novela despliega una de sus mejores partes. Cuando este asesino profesional se sumerge en la comunidad en la que le han arrendado una casa de fachada, aparecen esas personas comunes y corrientes que suelen poblar los libros de Stephen King. Gente que se vuelve rápidamente entrañable, que hace asados en el patio a los que invita a sus vecinos, o que les facilita fertilizante para arreglar un jardín donde el pasto está demasiado amarillo. Puede parecer una digresión antes de entrar a terreno -y a las balas-, pero esa parte del relato está ahí por una buena razón.
La identidad falsa que le han proporcionado sus clientes a Summers es la de un aspirante a escritor, que ha buscado una ciudad alejada de su hogar para poder concentrarse y cumplir con su fecha de entrega. Y el protagonista se toma tan a pecho su papel que realmente comienza a escribir un libro, en realidad su propia biografía. Así sabemos que fue un niño que vivió experiencias terribles, que luego tuvieron una continuación en el cuerpo de marines en la guerra de Irak. Así, de paso, se transformó en un francotirador excepcional.
Esos episodios dan pie para que King se adentre en el retrato de una infancia marcada por la tragedia y la maldad, con familias empobrecidas y consumidas por el abuso de drogas. No es la primera vez que este escritor nos muestra cómo viven los estadounidenses que tienen por hogar un remolque y que no guardan ninguna esperanza de tener un futuro mejor.
Sin adelantar la trama, podemos decir que a lo largo de más de 650 páginas, Stephen King comprueba en la persona de Billy Summers que a veces los mejores planes no sirven de nada y que la Ley de Murphy fue escrita por alguien que en realidad sabía muy bien de lo que hablaba.
King escribe con un estilo rápido y al que no cuesta engancharse, pero eso de ninguna manera quiere decir que produce una literatura descartable. Su obra es el producto de un experimentado artesano que, al igual que Billy Summers, parece jugar a ser mucho más simple de lo que en realidad es. Es un escritor que se siente tan cómodo con lo que está haciendo que hasta se permite deslizar algunos guiños a uno de sus libros más famosos, tal vez simplemente para saludar a quien suele llamar su "Lector Constante".
Desde que publicó "Carrie", su primera novela, en 1974, King se ha convertido en el mayor escritor de terror contemporáneo y en el heredero natural de Poe y Lovecraft. Lo avala un caudal de títulos como "El resplandor", "El misterio de Salem's Lot" e "It", entre muchas, además de varias colecciones de cuentos con algunos relatos notables como "La gente de las diez" o "Crouch End". A ello se suma la serie de libros de "La Torre oscura", una suerte de cruce entre "El señor de los anillos" y el spaghetti western, además de algunas obras más cercanas a la ciencia ficción como "La cúpula" o la imperdible "22/11/63". Por si esto fuera poco (hablamos de alguien que ha publicado cerca de 60 libros), de vez en cuando se sale de esos géneros y se aboca a escribir thrillers y novelas policiales. Como el caso de "Billy Summers".
A lo largo de su extensa carrera, King recibió por años en partes iguales el cariño de sus lectores y el desprecio de los críticos hacia un autor de enorme éxito comercial. Solo en tiempos recientes su trabajo ha sido revalorizado e, incluso, premiado. En el intertanto, superó sus adicciones y sobrevivió a un atropello que casi le cuesta la vida.
Hoy tiene 74 años y vive la mitad de su vida en Miami y la otra donde siempre ha estado, en un pueblo llamado Bangor, en el estado de Maine, donde transcurre la mayoría de sus relatos.
"Billy Summers" es la mejor prueba de que ese señor todavía tiene mucho que contar y que su literatura está saludable como nunca.
Título: "Billy Summers". Autor: Stephen King. Editorial: Plaza Janés. Extensión: 642 páginas. Venta: $19.000. (aprox.) en librerías.
por shogun