"Mi tranquilidad se funda en que los temas que he fiscalizado han sido siempre por convicción"
El concejal Daniel Morales es el único que sigue en el cargo entre quienes presentaron la denuncia contra el alcalde Jorge Sharp por notable abandono de deberes. "Obviamente he soportado malos ratos", reconoce el edil sólo días después que la defensa del jefe comunal presentara un recurso de reposición para que el Tribunal Electoral Regional (TER) corrija la resolución en la que fijó 35 puntos a probar por parte de los acusadores.
"A todas luces está tratando de ganar tiempo. Su destitución es inminente", asegura Morales, quien ahonda sobre este tema, su relación con el actual concejo y aborda temas de ciudad.
- ¿Cómo evalúa el funcionamiento del actual concejo?
- Es un concejo distinto, dado que para muchos concejales ésta es su primera experiencia como autoridad. Existe un ambiente de respeto y si es por destacar a alguien debo decir que tengo una muy buena impresión del trabajo que está desarrollando la concejala Camila Nieto en su comisión de finanzas. Ella ha tomado muy en serio este desafío, ya que es una comisión compleja, también percibo que aplica permanentemente sus facultades fiscalizadoras al momento de exponer sus puntos varios, por ejemplo.
- ¿Ha cambiado el tono del concejo respecto de la primera administración de Jorge Sharp?
- Es un concejo más cercano al alcalde en general, por lo tanto, hasta el momento no se han dado situaciones tensas.
- ¿Qué puntos de convergencia hay con los nuevos ediles?
- Creo que nos identificamos en varios aspectos, pero el más evidente es que todos somos profundamente porteños, por lo que hay al menos un deseo común de que las cosas funcionen. Ya somos varios quienes estamos pidiendo avances en infraestructura, saber cuándo se reponen los semáforos, cuando se arreglan ciertas calles, en fin. Todos apostamos a que la ciudad tire para arriba.
- Al ser el único concejal en ejercicio que apoya la acusación contra Sharp, ¿cómo impacta la situación en el trabajo del concejo y del municipio?
- Yo creo que mucho, porque junto a esto hay una campaña comunicacional montada -sabemos que es una de las especialidades de esta administración- que ha tratado de sacarme de mi posición como independiente en lo político e imparcial en lo productivo. Mi tranquilidad se funda en que los temas que he fiscalizado o en las causas me he sumado han sido siempre por convicción. Por ejemplo, gran parte de los equipos técnicos que ingresaron el 2016 ya no están, y no tienen muy buenos recuerdos de su paso por esta alcaldía; es por eso que me sumé y en su momento lideré una defensa a los funcionarios municipales, de los cuales muchos fueron desvinculados con un trato inapropiado o por razones aparentemente políticas, otro tanto ha renunciado saturados/as de una cultura de hostigamiento o desidia. Por otra parte a la fecha existen muchos sumarios sin concluir y a su vez ya se han gastado cerca de 1.500 millones de pesos en indemnizaciones por despidos injustificados. Existe una profunda inconsecuencia con el discurso proclamado y ante eso, es mi deber manifestar y exponer los hechos.
- ¿Cómo califica la estrategia de defensa del alcalde?
- Predecible. Sabe que las acusaciones que se le hicieron tienen sustento, por lo que a todas luces está tratando de ganar tiempo. Su destitución es inminente.
- ¿Ha pagado algún costo personal?
- Bueno, obviamente he soportado malos ratos. También tiempo que podría dedicar a mi familia o a mis proyectos, lo he tenido que gastar en entuertos comunicacionales, donde si bien he salido airoso de todos ellos, ha tenido un costo personal altísimo. Sin duda una de las situacione que más me preocupa es que cuando ofrezco soluciones urbanas a problemas cotidianos que sufrimos todos los porteños y porteñas -que es mi mandato autoimpuesto-, y éstas no se consideran en la discusión o se hace justamente lo contrario. Por ejemplo, a la fecha no hay solución para el encuentro de Av. Argentina con Washington donde he hecho una serie de propuestas de bajo costo y alta efectividad que ni siquiera requiere de semáforo, sólo de un ordenamiento vial eficiente, propuesta que he socializado con vecinos y autoridades para validarlas, pero no han tenido eco en esta administración y tras 5 años el cruce sigue siendo peligroso y altamente congestionado (...). Como arquitecto en todas las sesiones del actual concejo municipal trato de hacer propuestas, para dar solución a los problemas y no buscar más conflictos, a veces es mejor "submarinear" porque cuando se "pelea con barro todos se ensucian", ambas frases célebres que decía mi maestro que en paz descanse Lisandro Silva, quien además intentó también hacer aportes que no fueron debidamente ponderados en su paso por esta administración.
- Por otra parte, a dos años del estallido social y la ola de desmanes y saqueos en el plan de Valparaíso, ¿cuál es su percepción de la situación patrimonial?
- Independiente del alcalde de turno, Valparaíso requiere sí o sí urgentemente un trato diferenciado. Su condición patrimonial es sinónimo de su excepcionalidad como ciudad puerto y de la cultura especial que se creó entre la temprana globalización del siglo XIX, los procesos migratorios nacionales e internacionales y un Estado de Chile en construcción que no era hegemónico ni opresor con sus regiones como lo es hoy. Todo eso la convirtieron en una ciudad fascinante en todo aspecto, pero esa excepcionalidad le jugó en contra, las políticas públicas no le calzan, le son incómodas, difíciles de implementar. Si se quieren hacer las cosas bien, todo es más caro: desde extraer la basura, construir en pendiente o ampliar el puerto. Por lo tanto, desde la dictadura a la fecha la ciudad se fue empobreciendo y despoblando (...). Así el estallido y la pandemia nos golpeó probablemente más que a otras ciudades de Chile, ya que los niveles de pobreza, hacinamiento, precariedad e incluso de envejecimiento en condiciones indignas son altísimos. El centro de la ciudad es pequeño y las autoridades y los tomadores de decisión en su mayoría no residen en la comuna, todos los ingredientes para que el estallido fuera doblemente destructor.
- ¿Qué se necesita para que los sectores más golpeados de la ciudad puedan recuperarse?
- Se requiere activar de forma decidida la función estratégica en producción y formulación de proyectos que tiene la Secpla. Debiéramos contar con una cartera de proyectos de inversión relevante y potente, que nos ayude a recuperar la esperanza, ya que han sido los temas de ciudad e infraestructura donde más mal lo ha pasado la ciudad (…). El hecho de haber sacado injustificadamente a Patricio Rozas de la dirección de la Secpla en abril del 2017 cuando recién se comenzaban a conformar los equipos y a generar lineamientos de acción apropiados para la ciudad, fue un error garrafal, porque es un puesto que requiere no sólo del conocimiento profesional y territorial, sino más bien llevar una relación cordial con todo el mapa de actores que rodean la inversión, ya sea pública o privada (...). Lo más importante de un/a Secpla es que debe llevar la fiesta en paz, debe tener habilidades políticas para llevar adelante la línea editorial de una alcaldía pero sin trabar las inversiones ¡Para que las cosas sucedan! Bueno, la directora que reemplazó a Rozas no cumplió con ninguno de estos requisitos que, según mi parecer, son los puntos cardinales para un buen resultado y luego todo se enredó, se politizó y polarizó de mala manera y el resultado es lo que vemos hoy en la ciudad: muy pocos proyectos en ejecución; muchas situaciones que podrían haberse evitado como la batahola de ambulantes en las calles sin un proyecto de infraestructura que los acoja; tomas ilegales por doquier sin proyectos de viviendas aprobados; hasta el mismo parque Quebrada Verde que es municipal no ha tenido ninguna mantención significativa por lo que la gente ya no va o lo pasa mal. (...). Le he deseado lo mejor al actual Secpla y le he ofrecido mi apoyo en lo que requiera.
- ¿Cómo cree que se solucionará el conflicto de Parque Pümpin?
- Como arquitecto yo no creo en buenas o malas ideas, creo en buenos o malos proyectos y en este sentido creo que ya pasó el tiempo para haber acordado una solución consensuada, ya que tras 8 años de conflicto se llegó a un callejón sin salida. Tal vez si el proyecto se hubiera acogido a un proceso de evaluación de impacto ambiental oportunamente, sumando esto a un diseño menos invasivo que hubiera contemplado edificios bajos y escalonados en su límite norte subiendo por el sector de los eucaliptus, sin haber afectado el parque, las construcciones históricas o la cancha, otro gallo cantaría. Pero eso no ocurrió y la inmobiliaria actuó justo al revés de todo lo que se esperaba y sólo al final incorporó el concepto de "proyectos privados con virtudes públicas" que tanto predicaba también el colega Lisandro Silva. A estas alturas del partido, en un contexto judicial que reconoce la validez del permiso, pero a su vez que por el tiempo transcurrido, éste se encuentra caduco. Por otra parte, en el año 2015 el Plan Regulador Comunal gravó el sector como Área Verde, por lo tanto no queda otra que esperar que el Estado se lo compre al Sr. Ibáñez o que éste en un acto de generosidad y empatía infinita con la ciudad que tanto ama, nos sorprenda y que dada su relación con Santiago Wanderers convirtiera este lugar en un campus deportivo para la captación de nuevos talentos futbolísticos y dar alternativas a los jóvenes porteños y aportar con un granito de arena a "levantar el estado de ánimo de los porteños". Él tiene la posibilidad y la gran oportunidad de hacerlo.
"Hay una campaña comunicacional montada -sabemos que es una de las especialidades de esta administración- que ha tratado de sacarme de mi posición como independiente en lo político e imparcial en lo productivo".
"Somos varios quienes estamos pidiendo avances en infraestructura, saber cuándo se reponen los semáforos, cuando se arreglan ciertas calles, en fin. Todos apostamos a que la ciudad tire para arriba".