"Un triunfo de Kast haría que se evapore la culpa de ciertos empresarios que hoy se abren al cambio"
El estallido social aún no terminaba cuando se vino la pandemia, y el consecuente distanciamiento y autoencierro. En medio de todo eso, el triunfo del Apruebo que derivó en la Convención Constitucional. Materias intensivas que llevaron a Eugenio Tironi de la sociología a la sicología, para encarnar en su último libro a Freud y recostar en el diván, cual enfermo que busca la cura dentro de sí, a la clase empresarial del país.
"Capitalismo chileno en el diván" (Ediciones Abierta, 2021) recopila una serie de columnas y entrevistas publicadas, a lo largo de las dos últimas décadas, por Tironi. En ellas reflexiona y aconseja, apoyándose en metáforas psicoanalíticas, a los empresarios y hasta los empuja a matar al padre, Milton Friedman, y cometer parricidio, así como muchos otros hicieron en Chile con Marx.
- Las cajas de ansiolíticos se venden solas en las farmacias ¿Seguro que el capitalismo chileno prefirió el diván y no las pastillas?
- Es que las pastillas no reestructuran, mantienen no más. En cambio, el diván te permite revisitar el pasado, entender mejor la relación con los demás, particularmente con tu padre, a quien muchas veces quieres matar. Pero por sobre todo, el diván permite formar nuevas bases para seguir viviendo.
- ¿Se drogó en algún momento el capitalismo?
- Creo que la elección de Sebastián Piñera como Presidente apuntó exactamente a eso. De que con él recuperaríamos el crecimiento económico, que eso sería la droga que curaría todos los males y nos terminó yendo pésimo. Era mucho mejor la reestructuración que nos propuso Bachelet y bien tarde nos dimos cuenta. Creo que, como están las cosas, es mejor el camino largo que es tirarse sobre el diván.
- ¿Quiénes deben hacerlo?
- Obviamente las élites políticas. Para eso está la Convención Constitucional, que es una terapia colectiva a la cual estamos siendo sometidos, que tiene que ver con representar nuevas bases y reglas de convivencia. Lo mismo debe hacer el mundo de la empresa o el de la economía.
- ¿Se refiere a integrantes de los directorios?
- Desde luego. A sus accionistas, inversionistas y altos directivos, pero también a sus trabajadores, colaboradores y sindicatos.
- ¿Cómo sería la cura?
- Desde luego tienen que hacer bien la pega en relación a sus clientes, usuarios y proveedores. Pero también tienen que encontrar formas de retribuir adecuadamente a sus trabajadores y colaboradores, lo que no implica una perspectiva exclusivamente económica, sino que también simbólica y afectiva, tratarlos como sujetos. Además, creo que hay que avanzar en mejores mecanismos de participación de los trabajadores en la gestión de las empresas, lo que es clave para el éxito.
- En síntesis...
- Que las empresas comiencen a abrazar las causas que mueven al mundo en que viven.
- ¿Cómo cuáles?
- La principal es evitar la catástrofe que se nos viene encima por efectos del calentamiento global, que es una amenaza que no podremos derrotar sin la participación de la empresa, de su creatividad, recursos y su capacidad de gestión.
- ¿Todos los empresarios deberían comprometerse un poco más?
- Absolutamente. No deben escudarse en que son pequeños, medianos y frágiles para vulnerar los derechos de sus trabajadores o engañar a sus clientes.
- Otro tema que deben rever dice relación con las formas en que gestionan las asimetrías de poder
- Hasta la hoy las empresas son muy clasistas, verticales y jerárquicas. Un mal que no está solamente en nosotros y que es muy complejo de extirpar. Además, súmale el factor del patriarcado, el machismo y la segregación de la mujer. Este problema hay que atacarlo de a poco y un buen modelo para las empresas es la Convención Constitucional y el reconocimiento de la diversidad, valorar posiciones marginales, establecer estructuras paritarias o darles más valor a los territorios.
- ¿Más regulación también?
- Yo hablo del diván pero es inevitable escapar de cuestiones regulatorias, ni le tengo ningún miedo, porque los humanos funcionamos sobre prohibiciones y hay organismos que se encargan de controlar eso. Pero soy de los que creen que no podemos funcionar únicamente sobre este tipo de prohibiciones externas, sino que también hay que echar mano a las internas. Las empresas deben construir procesos constituyentes internos e ir enriqueciendo las relaciones que hay entre sus distintas partes.
Sin negacionismos
- José Antonio Kast no estaría muy de acuerdo con usted.
- Lo que pasa con Kast es que la ola de cambios adquiere, para muchos, un tono amenazante, refundacional, y ese miedo lo sabe aprovechar muy bien.
- ¿Para todos ellos Sichel no es alternativa?
- Les parece una opción demasiado blanda y más de lo mismo. Los votantes de Kast quieren probar en grande. Lo mismo pasa con Boric. Esa es la fuerza que tienen ambos.
- ¿Ve a Kast sicoanalizando al capitalismo chileno?
-Me preocupa mucho pensar en eso. Yo no he leído su programa, pero sí escuché que niega por completo el cambio climático y que, en realidad, para él es algo que no está probado y que son especulaciones. O sea, plantea propuestas que van en el sentido totalmente opuesto a la visión que se ha estado moviendo en la sociedad, al menos en este último tiempo.
- Terminaría la terapia antes de tiempo
- Efectivamente. Un triunfo de Kast haría que se evapore la culpa de ciertos empresarios que, movidos en parte por el miedo, hoy están dispuestos a abrirse al cambio. Kast hará que se sientan confirmados y se volverán a anclar en la defensa del statu quo. Creo que sería bastante fatal para Chile.
- ¿Y para la Convención Constitucional?
- No sé cómo podría dialogar Kast con la Convención. Se podría producir un choque ya no fatal, sino más bien apocalíptico.
- Apocalipsis que, de producirse, ¿estaría legitimado con votos?
- Una cosa es tener los votos y otra es tener el respaldo de la opinión pública y de las minorías activas movilizadas, que sabemos en Chile que son capaces de producir grandes desarreglos.
- El funado se convierte en Presidente de la República
- Exactamente, pero ojo que esto fue Trump. Si uno hablaba con los jóvenes estadounidenses en esa época, incluso con la clase empresarial, te decían que era imposible que ganara. Pero ganó, gobernó y hoy día es el principal líder del mundo republicano. No hay que ser negacionistas frente a Kast, porque no es improbable que pase a segunda vuelta y que, en esa instancia, sea competitivo.
"No hay que ser negacionistas frente a Kast, porque no es improbable que pase a segunda vuelta y que, en esa instancia, sea competitivo".
"Un buen modelo para las empresas es la Convención Constitucional y el reconocimiento de la diversidad, valorar posiciones marginales, establecer estructuras paritarias o darles más valor a los territorios".