La trastienda del nuevo Museo del Grabado porteño
Después de más de siete años, se pudo inaugurar finalmente el tan anhelado Museo del Grabado (MUG) por parte de la Universidad de Playa Ancha de Ciencias de la Educación, Uplaced, mejor conocida como la Upla.
Este proyecto, que comenzó a esbozarse por allá a mediados del 2013, y que fue presentado al Gobierno Regional para que le diera el primer apoyo, comenzó a concretarse en noviembre del 2015, después de batallar para obtener la recomendación técnica (RS), la certificación que permite a un proyecto estar en estado de desarrollo. Es decir, si un proyecto no tiene RS, no hay forma alguna de contar con recursos públicos para su desarrollo.
Una vez que el Ministerio de Desarrollo Social (Mideso) entregó la condición de RS al proyecto, que tuvo que presentar como unidad técnica el Ministerio de Obras Públicas, el Gore aprobó la partida de $1.723.000.507.
Cabe destacar que el coordinador de ese proyecto por parte del MOP fue el arquitecto Rodrigo Pereira Puchy, aunque para el cambio de Gobierno del año 2018, Pereira fue desvinculado del MOP, específicamente de la unidad de Unidad Regional de Arquitectura de ese ministerio. Pero fue rápidamente bien recibido por su excontraparte, la Upla, quien lo ubicó en la Dirección General de Infraestructura.
Después de la llegada de Rodrigo Pereira a la Upla, las relaciones con el MOP se complicaron rotundamente, ya que el exseremi Raúl Fuhrer resintió el haber puesto al funcionario que habían desvinculado a cargo del proyecto, pero esta vez a la inversa, es decir, como la contraparte de universidad con el ministerio.
Los primeros problemas se hicieron sentir en los puntos de prensa que no se pudieron agendar debido a que el mandante, es decir, el MOP, sentía que ellos eran los absolutos responsables hasta que no existiera una entrega formal de la obra, y eso ocurriría cuando la Dirección de Obras de la Municipalidad de Valparaíso aprobara las obras.
Durante varias semanas no se pudo realizar tal punto de prensa e incluso el rector Patricio Sanhueza trató de comunicarse con el en ese instante intendente regional, Jorge Martínez, para que oficiara al seremi MOP de manera de facilitar las cosas.
Incluso desde la Upla ya habían esbozado un directorio para el Museo del Grabado, que estaría compuesto por varias figuras destacadas de la región, tales como Pier-Paolo Zaccarelli de la Cámara Regional de Comercio de Valparaíso y otros, pero finalmente esos nombres no llegaron a concretarse, quién sabe por qué, y se prefirió contar con personas que tienen cargos de responsabilidad en la estructura de gobierno de la universidad y en la cultura local.
Lo que llamó profundamente la atención en la inauguración fue la ausencia de funcionarios de Gobierno: no hubo ni uno solo presente, ni el delegado presidencial, como tampoco los seremis de Obras Públicas ni de Cultura, ni otros funcionarios del aparato estatal que tuvieron directa relación con el proyecto.
Otras ausencias destacadas fueron las de los consejeros regionales, comentario obligado por parte de los presentes. De hecho, un destacado core se lamentó por no haber sido invitado, a pesar de haber sido su organización la que financió íntegramente la obra. Pero, ya asumidos, los propios cores reconocen que "ya es costumbre que no se nos invite", al igual que los directores de los diarios locales, olímpicamente ninguneados por el jefe de prensa.
A quienes sí se vio presentes en la ceremonia fue al alcalde de Valparaíso, Jorge Sharp, como también al gobernador regional, Rodrigo Mundaca, aunque este último aprovechó al máximo su no impostada simpatía para lucirse en la actividad, de manera de opacar a las otras autoridades presentes.
por gabriela chomer