Indolencia alcaldicia ante los ambulantes
El jefe de la Segunda Comisaría de Valparaíso reconoció que el municipio se resta de cualquier esfuerzo por controlar el comercio callejero. "Si la administración del alcalde Jorge Sharp se empeña en no atender reclamos del comercio establecido, queda en los concejales la determinación de abordar de forma concreta el problema".
Una serie de cifras que deben servir como un acicate de preocupación para las autoridades locales entregó el jefe de la Segunda Comisaría Central de Carabineros, mayor Juan Escobar, ante la Comisión de Seguridad del Concejo Municipal de Valparaíso. En su exposición, el funcionario policial dijo que este año ya van 461 infracciones cursadas al comercio ambulante que se instala en el Eje Bellavista -más de un parte diario-, lugar que concentra cerca del 70% de las faltas asociadas a este tipo de actividades irregulares.
Con un tono lleno de desaliento y frustración, el mayor Escobar expuso con claridad que Carabineros no se siente acompañado adecuadamente por el municipio en las labores de control de los ambulantes y que, pese a los insistentes llamados a coordinar acciones para enfrentar un problema que afecta a porteños y negocios establecidos, se ha encontrado con un murallón de indolencia en las puertas de la autodenominada "alcaldía ciudadana". "El control y la corrección deben ir de la mano con medidas que se adopten en el minuto; de lo contrario, la fiscalización es en vano", comentó ante los ediles un acongojado jefe policial, al explicar que la institución no puede decomisar especies de venta callejera, debido a la falta de una bodega municipal.
Esta situación revela de forma descarnada cómo la alcaldía, que lidera el abogado Jorge Sharp, no solamente carece de la empatía necesaria para acoger los reclamos de vecinos y comerciantes debido a todos los problemas que ocasiona el comercio ambulante, sino que adopta una posición activa a favor de la venta callejera, al no prestar el apoyo mínimo que Carabineros solicita con tanta insistencia.
El mayor Escobar dijo que su llamado permanente a trabajar en conjunto una solución tuvo siempre, en cada Comisión de Seguridad del Concejo Municipal, una respuesta categórica y explícita de los representantes edilicios: no se hará nada contra el comercio ambulante, pese a que esta actividad fomenta la proliferación de delitos, afecta la percepción de seguridad en las deprimidas calles del centro porteño e impide el tránsito por las estrechas veredas que también son visitadas por turistas. Más aún, el propio uniformado planteó ante los concejales que debido a sus límites presupuestarios, Carabineros no puede involucrarse en la persecución de faltas, sino que debe concentrarse en la ocurrencia de delitos. "Le hemos dicho al municipio: nosotros nos encargamos de los delitos, el municipio encárguese de las incivilidades, de las faltas, para que así nos repartamos el trabajo y podamos avanzar en el control y la fiscalización", explicó el mayor Escobar, pero no hay disposición real en la alcaldía para enfrentar el asunto. Ahora que los concejales conocen de primera mano estas dificultades, la pregunta es si tienen la determinación de exigir a la administración de Jorge Sharp el mínimo que se pide de cualquier alcalde: cuidar la ciudad que debe liderar.