Nivel de llenado de embalses alcanza el 19% en la región
CRISIS HÍDRICA. Los que acumulan una mayor cantidad son Los Aromos y el tranque La Luz. Este último es clave para 15 mil hogares en Curauma y Placilla.
Si bien la cuota de 22 millones de metros cúbicos alcanzada por el embalse Los Aromos garantiza el abastecimiento de agua para el consumo urbano hasta mayo de 2022, los números globales del nivel de llenado de embalses para estos efectos no son auspiciosos, dando cuenta de la crisis hídrica que afecta a la región.
La cifra acumulada apenas alcanza el 19%, equivalente a 26,39 millones de metros cúbicos, para una capacidad total de 137,5 millones. Tras Los Aromos, el que más acumula es el tranque La Luz (3,7 millones). El resto tiene una cantidad ínfima, como Peñuelas (0,4), La Poza Azul (0,12) y el Tranque Papudo (0,07).
"El nivel de los embalses es sumamente delicado y tenemos dos problemas: el primero es que tenemos una capacidad de acumulación muy pequeña y el segundo es que ella está asociada a embalses cuyo llenado depende fundamentalmente de la lluvia, es decir, no están ligados a grandes ríos como sería lo ideal", subraya el gerente general de Esval, José Luis Murillo.
Pese a ello, el nivel de llenado que se alcanza a la fecha es el mejor de los últimos tres años: el 2019 alcanzó un 15% y el año pasado un 12%. Y eso tiene que ver con la puesta en marcha de la tubería reversible en Los Aromos. "No es un embalse que esté conectado de manera natural al río y, por lo tanto, hay que hacer un esfuerzo importantísimo para llenarlo cada año, porque si no llueve mucho no se llena, pues son tranques que están asociados a su propia cuenca pluvial", agrega el ejecutivo, quien advierte que la situación sigue siendo grave.
"Hemos llenado hasta una cota que nos permite asegurar el consumo humano en el Gran Valparaíso y en el litoral norte, pero en ningún caso hay que pensar que la situación hídrica ha cambiado ni nada por el estilo. Lo que hemos hecho ha sido, para entenderlo, como si en un domicilio fueran a cortar el suministro y llenaras la bañera para tener agua mientras está cortada. Esa es la realidad", remarca.
Tranque la luz
En el caso del abastecimiento de Placilla y Curauma, el tranque La Luz juega un rol clave para los cerca de 15 mil hogares de la zona. Si bien el sector recibe el recurso del sistema del Aconcagua, la alta demanda ha obligado a complementar esta capacidad con un mayor uso del embalse.
"Como no existe el aporte de Peñuelas, siempre tenemos que complementar con el tranque. En vez de utilizarlo dos o tres meses tendremos que hacerlo cuatro o cinco, lo que al final supone una mayor cantidad de extracción", precisa el ejecutivo.
Eso se ha acentuado debido a que, por la pandemia, mucha gente que habitualmente se trasladaba a otras ciudades por motivos laborales comenzó a realizar teletrabajo, aumentando la demanda en temporada baja. "Siempre tratamos de extraer lo menos posible, pero, desgraciadamente, cada vez es un poco más por el aumento de la demanda y por la desaparición de Peñuelas del mapa".
Sin embargo, se espera que eso cambie con nuevos proyectos que está desarrollando la sanitaria y que apuntan a una mayor utilización del agua proveniente del sistema de Aconcagua.
"Hoy ya estamos desarrollando sistemas que estarán disponibles, probablemente el 2024, para poder prescindir también del uso del tranque La Luz, porque si lo usamos intensivamente se quedaría seco. Tenemos iniciativas que hemos desarrollado desde hace un tiempo y que harán que el tranque sea una necesidad que no tengamos", menciona Murillo, quien reitera la necesidad de cuidar el recurso.
"Debemos seguir entendiendo que cada gota cuenta y que el consumo urbano es importante y, por lo tanto, que nadie piense que con los 22 millones en Los Aromos estamos listos. La situación es crítica y es importante que sigamos manteniendo el consumo humano en lo mínimo posible. No se trata solo de gestionar la oferta, sino que también la demanda y en esa parte todos tenemos un cierto protagonismo. Todos podemos ahorrar agua", concluye.
"El nivel de los embalses es sumamente delicado, (...) su llenado depende fundamentalmente de la lluvia".
José Luis Murillo, Gerente general de Esval