"Me gustaría saber quién forjó mi salida y también me gustaría saber por qué"
Durante la tarde del jueves, mientras sostenía una reunión con miembros del staff de las cadetes de Wanderers en Mantagua, Moisés Villarroel fue notificado que estaba despedido.
El gerente de la sociedad anónima caturra, Felipe San Martín, fue el encargado de comunicarle a uno de los máximos ídolos en la historia del club de Valparaíso que no seguiría como jefe técnico de las divisiones inferiores.
Tres semanas y media antes, el mundialista había sido protagonista de una situación increíble: fue nombrado entrenador del primer equipo en lugar de Emiliano Astorga, pero duró solo dos horas en el cargo y fue reemplazado por Jorge Garcés. Después de ese episodio volvió al Fútbol Joven. "En mi finiquito dice que me despidieron por necesidades de la empresa, pero hasta ahora nadie me lo ha explicado", confiesa "Villa".
"Después del problema que tuve cuando me hice cargo del primer equipo tuve una reunión con Andrés Sánchez, en ese momento él me dice que trabaje tranquilo, que habían tenido una reunión previa y que retomara mis funciones en el fútbol formativo, que nada iba a pasar y que había que dar vuelta la página. En esta oportunidad logré comunicarme con Andrés Sánchez y me dijo que no podía hacer nada porque era una decisión de su padre", relata.
- ¿Cuál es la razón que habría gatillado su despido?
- Intuyo que mi salida del club tenía fecha después del caos que se generó cuando asumí la banca por unas horas, desde ese entonces esto era una cosa de tiempo. Pienso que Reinaldo Sánchez dejó pasar los días para que se enfriara el tema y esperó a que ya no hubiera partidos de local, que la gente se fuera de vacaciones, pensando que se iba a generar una molestia popular por mi salida un par de días, pero después se iba a empezar a hablar del tema de los refuerzos y la campaña 2002, y se iba a olvidar todo lo que pasó. Si no es así, me gustaría saber quién forjó mi salida. Y también me gustaría saber el por qué.
- Daba la impresión que usted tenía una buena relación con Reinaldo Sánchez. De hecho, lo eligió como reemplazante de Emiliano Astorga.
- Se dijeron muchas mentiras, como que yo conocía la parcela de Reinaldo Sánchez en Quillota y yo no tengo idea de dónde está. Esas fueron sus palabras, yo lo leí. Desde que Reinaldo Sánchez volvió al club lo he visto dos veces, una en Mantagua, cuando me dijo que me fuera preparando para el 2022 porque quería que tomara el equipo, me pidió que fuera viendo refuerzos y que quería jugar con mucha gente joven; la segunda vez fue cuando nos juntamos en la parcela que tiene su familia en Reñaca Alto, esa vez hablamos con la familia Sánchez porque después del partido con Colo Colo asumíamos nosotros.
- ¿Qué pasó ese día en que duró un par de horas como entrenador del primer equipo?
- Andrés Sánchez me dijo que Ubilla no podía jugar porque se le renovaba automáticamente su contrato.
- ¿Eso se lo comunicó el mismo día en que asumió?
- No, fue el día antes de asumir. Yo le dije que le iba a avisar a Sebastián (Ubilla), al día siguiente, cuando firmamos, me lo volvió a repetir y le respondí que no había problema, se lo informaría al jugador, pero le pedí que cuando ellos fueran a presentarme se lo comunicaran a Ubilla. Yo no puedo aparecer en un plantel sacando a un jugador por un tema contractual dirigencial que no es mío, si yo hubiera armado el equipo, habría tenido la potestad de decirle a Sebastián (Ubilla) si lo quiero o no lo quiero en el plantel. Pero en esta ocasión no era algo mío, no era algo que yo tenía que asumir, lo debían asumir los dirigentes. Cuando llegaron a Playa Ancha les dije que tenían que aclarar el tema, porque era muy difícil que iniciara mi carrera con el pie izquierdo. Iba a quedar como un mala clase, con qué potestad le iba a pedir a los jugadores que dejaran la vida en la cancha siendo que yo le estaba obedeciendo a los dirigentes en hacer algo que no me correspondía. Ese cartel que me iba a hacer no me lo sacaba nunca más. Yo sabía que me iba a costar el trabajo. Y créeme que el dinero es importante en la vida, pero los valores que me entregó mi mamá, que se peló el lomo siendo asesora del hogar por catorce años no los iba a pisotear por un par de pesos. Reconozco que le dije a los dirigentes que sí iba a hablar con el jugador y fue lo que hice apenas llegué al estadio. Después de eso se enteraron los más grandes, los más chicos y preguntaron por qué pasa esto, yo les dije que estaba informando y que cuando llegaran los dirigentes hablaran con ellos. Me llaman de vuelta, me dicen que no se arregló nada con Ubilla y les respondí que no podía entrar así. Eso gatilló que diera un paso al costado y creo que también provocó mi salida ahora. Si no es así e influyeron otras personas, me gustaría saber quiénes fueron.
- ¿Sospecha de alguien?
- El club está tan turbio que no me atrevo a dar nombres, pero uno se espera cualquier cosa. Yo no tengo buena relación con Jorge (Garcés), yo no tengo buena relación con Héctor (Robles), tuve un trato profesional con ellos porque era el jefe del área técnica. Esto se lo conté también a Andrés Sánchez. Pero ya está, el club hoy tiene un controlador y por eso cuando le pregunté a Andrés Sánchez por las razones de mi salida me dijo que no podía hacer nada, incluso dijo que me había tratado de defender, pero que ante el papá no podía hacer nada.
- Más allá de que todas las personas tienen la misma dignidad, a su salida se suma un antecedente importante: usted es uno de los cinco máximos ídolos del club.
- Lo tengo claro, y si como tú dices estoy en ese lugar es gracias al reconocimiento de los hinchas y a la retribución que entregué en el campo de juego. Por eso si hoy me tocan a mí, mañana pueden tocar a cualquiera. Eso es lo que me duele, no hay respeto a la trayectoria. Si hubo gente que opinó que siempre fui un monigote de los dirigentes, ahora queda demostrado que no es así. Si yo me callé muchas cosas, fue por respeto a la insignia. A mí en algún momento me tocó salir del club y fue por Luis Sánchez, mira la coincidencia, ahora me echa Reinaldo Sánchez, es para la risa.
- ¿Cómo ve el futuro del club? ¿Cuesta ser optimista?
- Si la voz de Reinaldo Sánchez pesa más que la del técnico, veo que será complicado subir pronto.
- Me imagino que está al tanto que lo han vinculado con algunos representantes de jugadores.
- El otro día en un programa de radio dijeron que trabajaba en el área formativa con representantes. Se van a tener que morder la lengua, porque el área formativa no trabaja de esa forma, incluso un exjugador de Wanderers me ofreció plata a mí por tener a un jugador en el primer equipo, él sabe de quién hablo y ese tipo también nos ha ensuciado. A mí me involucraron directamente con (Fernando) Felicevich, si estuviera trabajando con él habría dejado el fútbol hace rato, hubiese estado forrado en plata. Es cosa de preguntar cuántos jugadores de Felicevich hay en el plantel, fue lo primero que se me cuestionó cuando llegó Reinaldo Sánchez. Un día me encontré con Andrés Sánchez y lo primero que me dice es que tenemos que conversar, porque su papá está preocupado porque trabajo con Felicevich. Hicimos un catastro de cuántos jugadores estaban con ese representante, eran tres y uno es mi hijo. Yo quiero que él esté con el mejor y que lo asesore el mejor.
- Lo mejor en este tipo de casos es aclararlo. Usted afirma que es mentira que trabaja con Felicevich.
- Por eso ahora lo digo, creo que será la única vez que hablaré sobre esto, y si me quieren seguir ensuciando, que lo sigan diciendo, porque no voy a pelear. Yo lo único que quiero es el bien del club y el bien de mi hijo. Quiero que Wanderers esté en lo más alto. A mí nadie me va a obligar a olvidarme de Wanderers, ni cuando estuve en Colo Colo me olvidé de Wanderers, estaba preocupado siempre de lo que pasaba acá.
- ¿Qué piensa de Reinaldo Sánchez?
- Más allá de que me hayan echado, le deseo lo mejor, porque soy wanderino y no le puedo desear mal a mi club. Por mucha rabia que tenga, es imposible que le desee mal a Wanderers. Quiero ir a dar una vuelta a la plaza Victoria con mi hijo más chico, celebrando un triunfo del equipo. Nunca le voy a desear mal a Wanderers.
- Falta muy poco para el 9 de diciembre. Se cumplen 20 años del título de 2001.
- Me lo recuerdan siempre, porque mi señora está de cumpleaños ese día y la dejé sola. Pero te vuelvo a repetir, lo que pasó conmigo hoy día no opaca en nada ese logro, yo lo pongo a la par con el Mundial. Hay dos cosas importantes que conseguí en el fútbol, el 9 de diciembre y el Mundial de Francia, y ojo que en Colo Colo tuve muchos logros bonitos. ¡Las he vivido todas con este club! Hoy me toca salir por una decisión del dueño y no puedo hacer nada. Cuando vaya al estadio voy a ser uno más. Se cierra un ciclo importante y quién sabe si mañana puedo volver a dirigir a Wanderers, nunca voy a perder la esperanza.
"Si la voz de Reinaldo Sánchez pesa más que la del técnico, veo que será complicado subir pronto".
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