Decantada la elección de Gabriel Boric como Presidente, comienza un periodo intermedio marcado por la definición de los nombres que formarán el gabinete de ministros desde el 11 de marzo del próximo año. En forma paralela, el proceso para zanjar las autoridades a nivel regional aterriza con un marcado protagonismo de las figuras que tiene el Frente Amplio en la zona: el gobernador regional, Rodrigo Mundaca (independiente cercano a RD), la alcaldesa Valeria Melipillán, que milita en Convergencia Social, como el Mandatario electo, y la consejera regional Nataly Campusano, quien fue vocera de la campaña presidencial de Apruebo Dignidad, a quienes se unirán con seguridad la alcaldesa viñamarina, Macarena Ripamonti; la consejera Tania Valenzuela y los parlamentarios del bloque, liderados por los diputados Diego Ibáñez (CS), Jorge Brito (RD) y la recién electa Francisca Bello (CS).

Los personeros consultados por este Diario coincidieron en que antes de barajar nombres específicos debe existir una visión sobre el horizonte hacia el cual el nuevo Gobierno quiere conducir la Región. Sobre el perfil de las 60 nuevas autoridades que deberá nombrar el Presidente en la región -secretarios regionales ministeriales, directores de servicios, de hospitales y demás puestos de confianza en la administración del Estado-, existe consenso en que junto a una reputación impecable debe tener capacidad técnica para abordar los problemas más urgentes de la Región; habilidad política para sortear los frecuentes escollos que surgen en una zona marcada por temas complejos y diversos, y disposición al diálogo, porque incluso dentro del propio conglomerado de Gobierno que lidera Gabriel Boric existen distintas sensibilidades que no se restan de expresar su opinión cuando estiman que el rumbo se ha extraviado.

Si bien todas las cualidades mencionadas son importantes, es necesario agregar una más: inteligencia para enfrentar emergencias e imprevistos.

Como ocurrió en los últimos años, el tiempo de una autoridad para imprimir un sello particular de gestión o alcanzar en coordinación con el resto del gabinete una visión sobre el futuro regional se ve reducida por la necesidad de enfrentar escollos no planificados. Este pie forzado obliga a que la decisión equilibre la necesaria renovación de los cuadros dirigentes con la experiencia indispensable que permite enfrentar las contingencias habituales sin comprometer las metas de corto plazo. En puestos sensibles a lo urgente, como Salud, Justicia o delegaciones provinciales, las cualidades personales y las experiencias previas en cargos públicos de alto alcance -o similares en el sector privado- suelen rendir mejor que las disciplinas partidarias y el apego al plan original. Es positiva la señal de que el criterio regional será el predominante en la elección de las nuevas autoridades, pero más relevante es que el desempeño guarde menos lealtad con las exigencias de Santiago y más con las necesidades de esta Región.

Uno de cada 10 accidentes fatales en Chile se debe al alcohol en la conducción. En consecuencia, se hace necesario reforzar la prevención durante las fiestas de fin de año, en nuestro entorno, al interior de nuestras familias, escuelas y comunidades. La Fundación San Carlos de Maipo, creada por la Sociedad del Canal de Maipo, lleva casi una década trabajando en el concepto de la prevención social temprana, con el objetivo de fortalecer los factores protectores para el abordaje sistemático de los factores de riesgo que permitan evitar el desarrollo de conductas problemáticas como el consumo excesivo de alcohol y drogas, la violencia, la delincuencia, la ansiedad o la depresión en la Infancia.

En este sentido, el programa Familias Unidas, cuyo foco está en las habilidades comunicacionales de las familias, creado por la Universidad de Miami hace más de 20 años, e implementado en Chile por la Fundación, da cuenta de una disminución de 6 veces en el número de ocasiones de consumo de alcohol y de tabaco en los últimos 30 días en adolescentes, tres años después de haber participado del programa. Así, también, permite bajar 8 veces la probabilidad de consumo regular de tabaco y cuatro veces el número de ocasiones de consumo de alcohol en los últimos 90 días.

Los datos duros son elocuentes. Según la OMS, en el mundo cada año mueren aproximadamente 3,3 millones de personas por consumo abusivo de alcohol. En países como el nuestro se estima que el costo asociado alcanza a lo menos al 1% del PIB. De hecho, en nuestro país, 6 de cada 10 escolares de octavo a cuarto medio dice embriagarse durante el mes. Particularmente grave es que las drogas más consumidas por los adolescentes chilenos son las llamadas lícitas, es decir, tabaco y alcohol.

En la misma línea, un 38% de los escolares señala que adquirir alcohol le es fácil o muy fácil, y peor aún, cerca de la mitad de ellos lo consiguen a través de un adulto, ya sea por medio de familiares mayores de 18 años (18,2%) o de terceros mayores de edad (18,4%) (Senda, 2020). En la población escolar también las estadísticas muestran la más alta tasa de las Américas: en marihuana, cocaína, pasta base y tranquilizantes.

Frente a estos datos, el llamado es urgente a llegar antes y prevenir el consumo problemático en estas fiestas de fin de año. Tenemos que ir a la evidencia y anticiparnos a través de una agenda larga de prevención, que nos convoque aquí y ahora a hacernos cargo. Es el momento de darnos unos minutos para conversar en familia e involucrarnos.