Ampliación del campo de batalla
El debate abierto por la alcaldesa Macarena Ripamonti respecto de los fuegos artificiales de Viña del Mar pareciera bastante inoportuno. ¿Será necesario pensar en refundarlo todo en función de un nuevo modelo que, hasta el minuto, ha mostrado más voluntarismo que hechos concretos? ¿Cuánto han aportado los fuegos al turismo local?
Un debate inacabable ha abierto la alcaldesa Macarena Ripamonti tras su cuestionamiento -siempre válido en una democracia responsable- al tradicional espectáculo de fuegos artificiales de Año Nuevo que se realiza en la ciudad, en razón de su potencial afectación al medioambiente y los efectos que estos pueden provocar en personas con afectaciones sensoriales, de espectro autista y, cómo no, también las mascotas.
Citando a un alcalde vecino, llama la atención que la jefa comunal haya abierto un flanco político inesperado respecto de poco más de 20 minutos de los más de 525.600 minutos que tiene un año completo. No solo se ha echado encima al comercio -tan golpeado durante los últimos dos años en la Región de Valparaíso producto del estallido social y las restricciones sanitarias provocadas por pandemia- y a buena parte de la población, que de alguna manera siente el show como algo propio y gatillante de un círculo virtuoso que ha posicionado a Viña (también a Valparaíso) como el epicentro nacional de las celebraciones del nuevo año, sino que también otras voces.
Entre los nuevos adversarios se asomó también el exdiputado y candidato presidencial, Tomás Jocelyn-Holt, sumamente crítico con este evento en particular y tremendamente ácido con el futuro de las políticas de Ripamonti, el Frente Amplio y el Presidente electo, Gabriel Boric, ampliando innecesariamente el campo de batalla a las puertas de la asunción del nuevo Gobierno de Apruebo Dignidad.
¿Será la alcaldesa capaz de salir del embrollo en que se ha metido, cuando muchos le exigen casi un ejercicio de democracia directa para resolver el futuro de los fuegos artificiales con un plebiscito popular? ¿Son estos la esencia del turismo de la Ciudad Jardín? ¿Será necesario pensar en refundarlo todo en función de un nuevo modelo que, hasta el minuto, ha mostrado más voluntarismo que hechos concretos?
Tal vez la alternativa de explorar un show moderno basado en tecnología, drones y juegos de luces sea válida, como asimismo ver en la práctica de qué se trata la propuesta planteada por la empresa Pirotecnia SpA sobre llevar a cabo una propuesta similar a la que se hace en Río de Janeiro. También que se avance, como en teoría se ha visto, en una propuesta conjunta con los alcaldes de Valparaíso, Jorge Sharp, y de Concón, Freddy Ramírez.
Pero lo cierto es que anunciar el fin de los fuegos artificiales de forma unilateral por parte de la casa consistorial no es una opción válida para todos los incumbentes que, en este escenario, son más de los que la alcaldesa y sus asesores pueden contar. Con ello, solo se propicia una instancia divisoria ante un año que, como todos sabemos, requiere mayor consenso ciudadano que nunca.