Laguna Verde, reflejo de la crisis porteña
El abandono de ese importante sector viene desde hace tiempo y el problema actual reafirma el descuido y poco interés que existe en recuperar la ciudad. El crecimiento de la localidad no ha ido acompañado del desarrollo de servicios básicos, lo que ha hecho crisis especialmente en el caso del agua potable, que debe ser suministrada por camiones aljibe.
Valparaíso tiene dos sectores poblados situados más allá de sus límites urbanos. Uno es Placilla-Curauma y otro Laguna Verde. El primero mencionado, en medio de diversos problemas, ha tenido un importante crecimiento productivo, comercial y residencial. A esto se agrega un valioso aporte universitario. Todo ello es el resultado de estar ubicado ese sector en el eje de la Ruta 68. Es muy posible, incluso, que esa área, que tiene demandas pendientes, en el futuro pase a la condición de comuna, tal como ocurrió hace años en el caso de Concón, segregado de Viña del Mar.
Distinta es la suerte de Laguna Verde, localidad situada en el extremo sur de la comuna, sin continuidad urbana con la ciudad, pero con un significativo aumento poblacional que llegaría a los 10 mil habitantes. Su crecimiento no ha ido acompañado de un desarrollo de servicios básicos, lo que ha hecho crisis especialmente en el caso del agua potable, que debe ser suministrada por un precario sistema de camiones aljibe, ya que no se pudo instalar suministro de Agua Potable Rural, debido a que no existe plan regulador.
A lo anterior se suman los loteos irregulares y problemas de suministro de electricidad.
Cuatro juntas de vecinos critican a la Municipalidad de Valparaíso por el abandono del sector y en concreto al delegado municipal, Cristián Moya, designado por el alcalde, Jorge Sharp. La dirigente vecinal Karen Cabrera dispara directamente contra el funcionario, afirmando que "es un desastre". Lo acusan incluso de participar en una manifestación contra la Gobernación y el delegado presidencial.
El miércoles pasado, ya estallada la crisis del agua, el alcalde Sharp ofició a la Gobernación Regional y al delegado presidencial pidiendo recursos para la actualización del plan regulador, tanto metropolitano como comunal. La actualización de esos instrumentos facilitaría la solución a los problemas, pero en el mediano y largo plazo. Esta solicitud con toda razón molestó a las autoridades recurridas, considerando que los problemas de Laguna Verde se arrastran por más de una década.
Sharp, además, intenta comprometer al Presidente electo en el problema con un llamado a "repensar el modelo de desarrollo y producción que el país ha impulsado", aludiendo a la crisis hídrica. Inspiradas palabras de manual que no abordan el grave problema de hoy que exige un trabajo eficiente en terreno maximizando los recursos existentes, teniendo a la vista que tras la falta de agua está la grave amenaza de aumento de la población y de una nueva ola de la pandemia.
Lamentablemente, la crisis de Laguna Verde se suma a otras graves situaciones en la comuna -droga y homicidios, entre otros casos- que exigen una profunda autocrítica en todas las instancias que tienen alguna cuota de poder.