Experto dice que el balance es positivo por la reacción tras riesgo de tsunami
EVACUACIONES. Director de proyectos científicos que crearon nuevo sistema de alerta de maremotos destacó el comportamiento de la gente, que también fue valorado por los testigos.
Cristián Rojas / Felipe Barros
Al volver la calma a las zonas costeras del país tras el levantamiento total del estado de precaución por tsunami y que significó el regreso de los turistas a las playas, es la hora de las evaluaciones. Para el académico de la USM e investigador de Cigiden Patricio Catalán, doctorado en Ingeniería Civil dedicado al océano y director de los proyectos científicos que crearon el nuevo sistema de alerta ante este tipo de fenómenos, destacó el comportamiento de las autoridades y la gente -salvo los porfiados que nunca faltan-que se sacaron lecciones positivas de lo ocurrido en 2010.
Asimismo, el experto estima que los llamados a evacuación no fueron exageradas, dado el ejemplo de Perú donde no hubo y murieron dos mujeres arrastradas por las olas. En cuanto al escenario actúa dijo que es más tranquilizador, si bien hay que estar atento a otra eventual erupción volcánica submarina en Toga que pudiese motivar nuevas alertas, pero cree que lo peor ya pasó.
Contexto era complejo
Lo ocurrido el sábado, dice Catalán, "era una situación en que para todo el sistema era bastante difícil y crítica, por dos razones: la primera, porque la mayoría de nuestro sistema está pensado principalmente para terremotos y los tsunamis que ocurren cerca de Chile, si bien se monitorea todo el océano Pacífico y los terremotos en cualquier parte. Entonces el caso de una erupción volcánica es muy poco frecuente y requiere de un trabajo que es ligeramente distinto".
"Desde ese punto de vista, funcionó muy bien la red mareográfica de Chile y en ese sentido tenemos que estar muy contentos de lo mucho que se ha avanzado desde el 2010 en la capacidad de tomar datos y poder verlos en tiempo real. El SHOA los estuvo viendo constantemente", agrega.
La segunda razón es que "los criterios cambiaron con respecto a 2016 y antes, en el sentido que ahora se puede analizar por región. Antes teníamos que evacuar a Chile completo, entonces esos son cambios en términos de implementación y de protocolo, que se pusieron a prueba y funcionaron bastante bien".
Por otra parte, planteó que "la gran dificultad que hubo es que era el escenario quizás más complicado en términos de población, porque era un día sábado de verano, a media tarde, cuando mucha gente estaba en las playas y en ese sentido, la respuesta general de la población fue bastante buena. Con evacuaciones, en la gran mayoría de los casos, ordenadas y atendiendo a las indicaciones de la autoridad, y, por lo tanto, creo que lo pasamos con éxito".
Respecto a este último punto, Catalán afirmó que "fueron apropiadas, pues las señales que se dieron en las estaciones de nivel de mar, en los mareógrafos, son concordantes con las medidas que se tomaron".
"De hecho vimos que en varias localidades las olas del tsunami superaron el metro por sobre la marea, que es cuando es necesario dar una señal de alerta y evacuar toda la zona, y funcionó con un monitoreo constante, con información por regiones y de acuerdo con lo que se observó como fenómeno. Así que creo que en líneas generales funcionó muy bien nuestro sistema, y al compararlo con lo que pasó en Perú debemos estar muy orgullosos, y si hubo deficiencias hay que aprender de ellas. Pero a priori, el balance es muy positivo".
Sobre aquellas personas que se negaban a salir de las playas y tuvieron que ser obligadas por la fuerza pública, Catalán analiza que "así como hay gente que no cree en las vacunas y seguimos enfermándonos de covid, cuando ven algo que es menos concreto, como un estado de precaución por tsunami, pasa también".
Por lo mismo, "tenemos que seguir mejorando en términos de educación y entender que este tipo de situaciones nos ponen a prueba no solamente a cada uno como individuo, sino que a toda nuestra sociedad, y tenemos que apoyarnos", considerando además que un país sísmico como éste siempre está en riesgo de vivir un nuevo tsunami.
Sobre el escenario que viene ahora, comenta que es más tranquilizador, pues "el tsunami va a ir perdiendo su energía gradualmente, y a no ser que ocurra otra erupción, deberíamos retomar nuestras actividades normales".
Testimonios post tsunami
Algo que se pudo apreciar precisamente ayer desde temprano en las playas locales, donde una vez levantado el estado de precaución la gente comenzó a llegar a la costa para hacer deporte o disfrutar de las bondades de la playa.
Pero el día anterior las cosas fueron diferentes. Luis Valenzuela, cuidador de autos de Caleta Portales, notó a algunas personas afectadas por el pánico. "Mucha gente se desesperó aquí", comenta, "hubo una señora que salió de los restaurantes, iba como desmayada". "Autos estuvieron todo el día aquí, y cuando sonó la alarma, yo perdí, se fueron… no van a andar pendientes de pagar tampoco, tienen que salir rápido", se lamenta.
Johanna Cortez del Café Abarka emplazado sobre la playa que está a un costado del hotel Sheraton Miramar también observó cuando el descontrol se apoderaba de los bañistas. "Las mamás se pusieron a recoger las cosas y los niños se empezaron a perder. Mientras los salvavidas tocaban el pito y aplaudían. Pero se perdían un momento, después aparecieron", cuenta.
"En la terraza se quedó gente sí", dice Cortez, acotando que "de hecho llegó Carabineros como un cuarto para las seis a decir que no era un espectáculo para quedarse a mirar, así que empezaron a despachar a todos".
En general todos coinciden que a pesar de aquellos momentos de desesperación luego que sonara la alarma SAE en los celulares, luego vino la calma con una evacuación tranquila y que no demoró más de 15 minutos.
Quizás un poco más complejo fue en Concón, pues las calles angostas que rodean la playa de la Boca provocaron que la congestión vehicular durara varios minutos. "Al principio las personas hicieron caso omiso", rememoran Orianni Sánchez y Esteven Mora, trabajadores de La Boca Coffee, "cuando el mar se empezó a recoger, entraron en pánico y se fueron. En una hora la salida estaba colapsada".
"En líneas generales funcionó muy bien nuestro sistema, y al compararlo con lo que pasó en Perú debemos estar muy orgullosos".
Patricio Catalán, Académico de la USM