Sin llorar cuando arrecia el debate
Dudas y opiniones divergentes ante supuesto ataque digital contra la Convención que establece un estudio vinculado a la PUCV. La cuestión es política y la Convención es un órgano esencialmente político y en esa condición está expuesta a la crítica, como lo está el Parlamento y el Poder Ejecutivo a partir del propio Presidente de la República.
¿Existe un ataque coordinado contra la Convención Constitucional como se concluye en un trabajo realizado por integrantes de un proyecto interdisciplinario dependiente de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso?
Interrogante tras la conclusión a que llega el grupo de Demoscopía Electrónica del Espacio Público de esa casa de estudios superiores. Establecen esos analistas que desde agosto del año pasado la Convención estaría bajo ataque centrado en la entonces presidenta del organismo Elisa Loncon.
Pedro Santander, director del proyecto, afirma que "la Convención está bajo un ataque digital permanente, sostenido e intenso". Sostiene que 11.030 usuarios de redes sociales participan en una campaña de violencia digital contra la Convención y acusa que "son todos de ultraderecha". Está de acuerdo con esas afirmaciones Jaime Bassa, quien fuera vicepresidente secundando a Elisa Loncon. Sostuvo que la Convención no estaba suficientemente preparada para "enfrentar el asedio comunicacional".
Felipe Harboe, por su parte, comparte la idea de grupos orquestados que falsean la información, pero, con mirada política reconoce que hubo "al interior del proceso constituyente errores políticos graves, como maximalismos, irresponsabilidades y revanchismos infantiles que generan una sensación de incertidumbre incluso de descrédito".
Agustín Squella, convencional del Colectivo Apruebo recuerda que "son muy pocas las personas que toleran bien las críticas y eso pasa también entre los convencionales" y agrega que lo peor "es poner oídos sordos a la crítica".
Por su parte Raúl Celis, convencional de RN no cree en un ataque "concertado de la extrema derecha que, en el estudio, tampoco queda claro quiénes la componen". Tiene razón, ¿cómo se establece que esos supuestos 11.030 usuarios son de extrema derecha?
Terminante sobre el tema es el RN Ruggero Cozzi al afirmar que "la Convención se ha desprestigiado solita".
La verdad es que el tema no es comunicacional, que se informe sobre tal o cual propuesta descabellada o se den por aprobadas materias que solo están en etapa de comisión. La cuestión es política y la Convención es un órgano esencialmente político, y en esa condición está expuesta a la crítica, como lo está el Parlamento y el Poder Ejecutivo a partir del propio Presidente de la República. Y si en redes sociales y en los medios abiertos en general hay crítica, justa o injusta, lo peor es la sordera y la incapacidad de separar la paja del trigo.
En este proceso, con sus luces y sombras, hay un escrutinio público, inevitable y necesario como ha sido siempre en todo proceso político. Eso lo entienden algunos, como Harboe y Squella, pero no la generalidad, que no debe victimizarse ni olvidar aquello que "la política es sin llorar", especialmente ahora que el debate arreciará.