"La desalinización es una opción viable, probada y sostenible"
Frente a la prolongada sequía que vive la región y cuyas consecuencias comienzan a agudizarse con, incluso, la amenaza del racionamiento en zonas urbanas, abordar la alternativa de la desalinización del agua ya parece ineludible. Sin embargo, hay varias dudas al respecto que van desde los costos hasta los niveles de contaminación que pueden generar.
"Los efectos del cambio climático han llevado a muchas regiones del país a enfrentar la peor crisis hídrica de que se tenga registro, y la situación hidrológica de la Región de Valparaíso lo refleja cabalmente, pues en el mes de febrero el caudal del río Aconcagua marcó su nivel histórico más bajo según la DGA. Basta ver el nivel del lago Peñuelas o de Curauma para darse cuenta de la gravedad de la situación", comenta Rafael Palacios, vicepresidente ejecutivo de la Asociación Chilena de Desalinización (Acades).
- ¿Cómo se puede revertir este déficit en el balance hídrico para que las ciudades y actividades productivas se adapten a condiciones más resilientes?
- A través de múltiples soluciones, entre las cuales la desalinización es una opción viable, probada y sostenible. Las ciudades de Antofagasta, Mejillones y Tocopilla hoy se abastecen casi totalmente de agua desalinizada. Por ejemplo, actualmente en la bahía de Ventanas se lleva a cabo un proyecto que tiene capacidad para producir hasta 1.000 litros por segundo de agua dulce. (...) No obstante, ello no es suficiente para revertir el actual déficit del balance hídrico. Se requiere implementar otras medidas e instalar bastante más capacidad para producir agua desalinizada que le proporcione a la región la resiliencia que necesita para asegurar la continuidad del suministro.
- ¿Esta posibilidad la ve complementaria con el resto de las medidas que se están tomando?
- Desde luego. Para que la región incremente sus niveles de resiliencia hídrica se requieren adoptar diversas medidas que tiendan a hacer más eficiente el consumo, a incrementar la reutilización de las aguas residuales, y también a aumentar la capacidad de acumulación de aguas continentales. Sin embargo, la construcción y operación de nuevos embalses depende de la disponibilidad de los caudales fluviales, que es la que más se ha visto afectada por los efectos del cambio climático por el déficit de precipitaciones y reservas de nieve. Además, la construcción de embalses toma el triple de años que la instalación de plantas desaladoras, que son en realidad los embalses del futuro, pues su disponibilidad está garantizada con independencia de las lluvias.
- ¿Son estas plantas útiles para sectores que se ubican al interior de la región, como la agricultura del Valle del Aconcagua o la actividad minera de Codelco Andina?
- Sin ningún lugar a dudas. En la Región de Antofagasta, el mismo Codelco tiene un proyecto para desalinizar agua de mar y llevarla a Chuquicamata y Radomiro Tomic, que están más lejos de la costa que lo que está Andina de la bahía de Quintero, de modo que no hay ninguna razón por la cual no pueda utilizar agua desalinizada. Codelco podría reemplazar el uso de agua continental por agua de mar desalinizada en sus operaciones, liberando de ese modo el agua que utilizan actualmente para el consumo humano y la agricultura, tal como ya lo hacen mineras privadas.
- Y respecto a los costos que eso tiene, ¿se hace viable?
- Contrario a lo que se piensa, la inversión en plantas desalinizadoras y en el transporte del agua dulce de costa a cordillera es muchísimo más baja que el gasto de comprar agua en camiones aljibe, y el uso de agua desalinizada en la agricultura es perfectamente posible. Para ello, deben aprovecharse las economías de escala que se producen al desalinizar grandes volúmenes, lo cual se logra con la construcción de plantas desalinizadoras multipropósito que abastezcan a diferentes usuarios, y que permiten que todos se benefician de un suministro seguro de agua más barata.
- ¿Y pensando, por ejemplo, en la posibilidad que una sanitaria se suministre de agua por esta vía?
- Los costos de esta tecnología vienen reduciéndose hace años y esperamos que continúen en esa trayectoria descendente. Ahora, evidentemente siempre será más barato utilizar agua de un río o de un pozo que desalinizar agua de mar, pero para eso se necesita que fluya agua por los ríos o que se recarguen los acuíferos, lo cual hoy es una realidad con una tendencia clara a disminuir. Y, por lejos, el agua más cara es la que no se tiene cuando se necesita. (...) Tenemos además que innovar en los sistemas tarifarios para incorporar esquemas variables escalonados basados en modelos de bloques crecientes que internalicen el valor de la escasez del agua permitiendo financiar los costos de inversión y operación de estas plantas en el largo plazo. De lo contrario, mientras el agua no caiga del cielo, con o sin desalación esta será más cara pues se necesitará cada día más trabajo para obtenerla.
- En cuanto al tema medioambiental, ¿qué tipo de riesgos existen al instalar una planta de esta naturaleza?
- La desalinización de agua de mar es el proceso natural que se conoce como ciclo del agua y, por el cual, la naturaleza produce agua dulce continental, removiendo la sal a través de la evaporación y condensación. (...) Las plantas desalinizadoras hacen lo mismo, pero a través de un proceso de osmosis inversa, de forma continua y sin depender de la estacionalidad. Esta tecnología ha tenido importantes avances en los últimos años que permiten reducir los efectos generados por la descarga de salmuera en el medio marino. Hoy en día, con la tecnología adecuada, la salmuera que se devuelve al mar puede volver a su nivel de concentración original en cuestión de segundos. (...) Por otra parte, en los últimos 30 años, las plantas han reducido mucho su consumo eléctrico, el que además puede ser provisto a partir de energías renovables.
- Dada la intensa actividad productiva que existe en la región, ¿cuántas plantas se requerirían para abastecerla?
- Las plantas desalinizadoras se diseñan a partir de un concepto modular. Por esa razón, más que pensar en construir muchas plantas, lo adecuado es proyectar la capacidad real instalada de acuerdo a la demanda futura para ir construyendo plantas que tengan la capacidad de crecer. Por ejemplo, si consideramos que en el futuro es muy probable que la Región Metropolitana necesite agua desalinizada, y que esta debiera se proveída de plantas instaladas en la Región de Valparaíso, lo más probable es que en el largo plazo se requieran alrededor de 10.000 litros por segundo de capacidad instalada en la región, que es más de lo que hay instalado hoy en todo el país.
"Los costos de esta tecnología vienen reduciéndose hace años y esperamos que continúen en esa trayectoria descendente". "Mientras el agua no caiga del cielo, con o sin desalación esta será más cara, pues se necesitará cada día más trabajo para obtenerla".