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3.500 tutores que enseñen lectoescritura a niños es la meta

Profesionales y universitarios implementaron iniciativa que conecta a voluntarios con alumnos no lectores de 1° a 3° básico. Desde 2020 han acompañado a casi 3.800 estudiantes.
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"Cada año, 158 mil niños pasan a segundo básico en Chile sin leer ni escribir. Eso equivale a toda la población de Talcahuano con estudiantes atrasados en su aprendizaje. Buscamos 3.500 tutores para que ningún niño o niña en Chile se quede sin aprender a leer y escribir".

La carta publicada recientemente en El Mercurio es reveladora de la envergadura del desafío que asumió en 2020 la Fundación Letra Libre, formada por profesionales y estudiantes universitarios de diferentes disciplinas que frente a la pandemia se reunieron con la voluntad de ayudar en ese proceso, base para el aprendizaje y el desarrollo de las personas.

La iniciativa, que conecta a tutores voluntarios con estudiantes no lectores de 1°, 2° y 3° básico, y que trabaja al servicio de los colegios y profesores jefes, adaptándose a la metodología de enseñanza que usan con sus estudiantes, nació con el nombre de Salvemos el 2020, recuerda María Jesús Valenzuela (31), arquitecta y directora ejecutiva de la Fundación, quien cuenta que fue bautizada así en alusión al sentido de urgencia de contribuir a la disminución de la brecha existente en el aprendizaje de la lectura.

A ella la convocó el director, Guillermo Tagle, y cuando llegó "ya había un grupo de personas reunidas en torno al objetivo, que sin conocerse veían la urgencia de la situación". En pocos días, relata, "ya estaba totalmente incorporada y motivada por mejorar, expandir, pensar y discutir cómo haríamos este proceso". A poco andar obtuvieron personalidad jurídica. "Fue todo muy rápido, la demanda era altísima de parte de los establecimientos y había que actuar".

3.786 estudiantes acompañados

Y la acción no tardó en multiplicarse, ya que desde sus comienzos, en mayo de 2020, registran 3.786 estudiantes acompañados -100% online- por 3.783 voluntarios en 16 regiones y 68 comunas, así como 144 establecimientos inscritos en el programa.

Los tutores, que se pueden inscribir en www.letralibre.cl, realizan dos sesiones de 30 minutos a la semana, en horarios a definir con los apoderados y material preparado por la Fundación. Elaboran un reporte semanal de avances y asisten a una reunión mensual con su coordinador/a.

Para ser voluntario de Letra Libre hay que ser mayor de edad, con escolaridad completa, comprometido con los niños asignados y la firme intención de perseverar con ellos en el desarrollo de las habilidades lectoescritoras hasta terminar el año escolar.

Se necesitan personas flexibles y creativas para trabajar y solucionar las dificultades propias del acompañamiento a distancia. También motivadoras y convencidas de la importancia de que los niños y niñas desarrollen habilidades de lectoescritura, lo que se manifiesta en un acompañamiento que expresa altas expectativas e invita a perseverar.

Tutorías a distancia

María Jesús Valenzuela, quien hizo reforzamiento escolar a estudiantes desde que estaba en el colegio, tiene claro que una de las principales razones por la que se aventuró a formar y trabajar en Letra Libre, fue su amor por la lectura.

"Desde muy niña fui gran lectora y marcó profundamente mi infancia, imaginación y ganas de conocer las cosas. Por lo mismo, saber que algo tan fundamental y revelador es de tan difícil acceso para muchos niños y niñas, solo despierta la urgencia por hacer algo al respecto", subraya.

En Letra Libre, detalla, "tenemos un equipo de profesores y expertos en educación ayudando y trabajando constantemente por el material para ofrecer a nuestros tutores, además de tener a mano el material que el colegio tiene para sus estudiantes, para seguir el mismo proceso del profesor".

Recalca también que los tutores no son profesores, "sino una compañía y apoyo en este proceso de adquisición de la lectoescritura, por lo mismo trabajamos al servicio de los colegios" y lo hacen online en todo el país, lo que "ha sido muy beneficioso, ya que también nos permite llegar a sectores de difícil acceso o conectar personas del norte con el sur en torno a la lectura", aun cuando en Letra Libre no renuncian al deseo de tener una oficina, "porque aunque el trabajo online tiene sus beneficios, no hay nada como el encuentro personal en torno a las ideas".

Para ella la coordinación de esta numerosa red "ha sido desafiante pero inmensamente gratificante. He tenido que aprender un montón y por supuesto hay momentos difíciles, pero tener un equipo 100% comprometido, consciente de la importancia de lo que hacemos, ver resultados y el entusiasmo de tantos por generar un cambio en la educación y oportunidades de los estudiantes, solo alimentan las ganas de capacitarte, aprender y trabajar para que logremos que todos los niños y niñas aprendan a leer y escribir".

Detenerse a mirar al otro

Uno de los aspectos más complejos de la labor de Letra Libre es la gestión de tantos tutores, colegios y estudiantes, y poder acompañarlos de la mejor manera, señala la directora ejecutiva.

"La convocatoria de tutores es siempre un nuevo desafío. Ahora que la pandemia va en retirada la gente volvió a sus rutinas y el espacio para una tutoría ya no es tan fácil como antes", agrega. "Trabajamos mucho por hacer de esto algo compatible con la vida, que todos podamos ser parte de este cambio, que ser tutor sea algo para todos y así como comunidad nos comprometamos por mejorar esta situación. Es a eso lo que apostamos".

¿Pero qué reflexión le genera el que casi 3.800 tutores hayan respondido a la convocatoria y se hayan comprometido con esta tarea, en una época en que pareciera que campea el individualismo?

"Sobre todo esperanza", responde María Jesús. "Es cierto que estamos en una época de mucho individualismo, pero por lo mismo con ansias de encuentro, de estar, y el encuentro uno a uno que se da entre estos miles de tutores y estudiantes, frente a la pantalla en torno a la lectura, es muy valioso, es el tiempo de estar con otro".

Así también, "el encuentro que se da en el equipo, entre grupo de tutores y voluntarios, que se ven trabajando por una causa común a pesar de las miles de diferencias que tienen, es profundamente reconfortante y esperanzador, diría que también revelador a cada instante, porque encuentras fines y motivaciones comunes con personas que no pensaste ni pensabas encontrar en un mundo donde cuesta un montón detenerse a mirar al otro". 2

Rosa Zamora Cabrera

rosa.zamora@mercuriovalpo.cl