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"Entre resolver una carencia material y cuadrar la caja fiscal, siempre habrá tensión"

Parlamentario repasa este mes de instalación del gobierno de Gabriel Boric, aseverando que "somos una alternativa nueva que quiere cambiar el fondo y la forma de hacer política". Asume también la necesidad conseguir apoyos más allá del oficialismo, remarcando que "hay que ser audaces y siempre articular a la mayor cantidad de actores posibles".
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Pese a que su nombre ha surgido como opción para liderar Convergencia Social en este nuevo periodo, el diputado por el Distrito 6, Diego Ibáñez, no se pierde ante esta opción. Así y todo, admite que "he conversado con mis compañeros cercanos y sería histórico que tengamos una presidencia del interior de una región, es demostrativo de que el FA existe más allá de Santiago".

El parlamentario también aborda lo que ha sido este proceso instalación del gobierno de Gabriel Boric, donde no son pocas las dificultades que le ha tocado enfrentar en estas pocas semanas, entre los primeros debates legislativos y una serie de desórdenes públicos y atentados, que le han valido unos cuantos cuestionamientos al Mandatario y su equipo.

"Estamos frente a una crisis que precede al gobierno, nosotros no somos responsables de la crisis, pero sí somos los responsables de resolverla. Las esperanzas y las expectativas son altas, porque somos una alternativa nueva que quiere cambiar el fondo y la forma de hacer política, y eso siempre va a ser más complejo que el hecho de que una fuerza tradicional haya llegado al Ejecutivo. Nunca antes habíamos gobernado y hoy nos toca hacernos cargo de la multiplicidad de dolores del pueblo chileno", asevera el parlamentario.

Por otra parte, Ibáñez repasa lo que significó el traspié del gobierno en la tramitación del quinto retiro, sobre todo por las voces del oficialismo que no se cuadraron del todo con las intenciones del Presidente. "El liderazgo de la nueva izquierda se va a medir por cuán capaces somos de hacer que las victorias para la gente se sientan como victorias propias de todo el bloque oficialista, de todos los partidos", remarca.

Poner a cs en lo más alto

- Desde hace un tiempo a esta parte, su nombre ha surgido como una opción fuerte a presidir la directiva nacional de Convergencia Social. ¿Cuán real y factible es esta opción?

- La Convergencia está hoy en un proceso de reordenamiento interno, después de haber logrado la victoria de Gabriel. Muchos dirigentes pasaron a ser parte de los ministerios, de la dirección del gobierno y estamos esperando nuestra actualización de los estatutos en el Servel para proceder a elecciones internas. Lo he conversado con mis compañeros más cercanos y sería histórico que tengamos una presidencia del interior de una región, es demostrativo de que el FA existe más allá de Santiago; yo no lo descarto, pero por ahora estamos centrados en propuestas para que la CS tenga infraestructura nacional, cree flujos de democracia digital que densifique la entrada masiva de militantes que hubo en este último período. Eso es lo que hoy nos quita el sueño.

- Ante la eventualidad y si bien no sería el primer parlamentario en liderar un partido, ¿vislumbra complejo tener esta suerte de "doble función"?

- Todavía no me pongo en esa situación porque hay mucho paño que cortar, tenemos que levantar todavía alternativas para que los territorios de la Convergencia se fortalezcan, se densifique y se ordene la militancia en función de objetivos de actualización de nuestra línea política, después de todo el chequeo nuevo que estamos viviendo. Todavía falta mucho para poner la carreta delante de los bueyes.

- Al margen de lo anterior y considerando que CS es el partido al cual pertenece el Presidente Gabriel Boric, ¿representa una responsabilidad mayor, que si solo fuera una orgánica con representación puramente legislativa y municipal?

- De todas maneras. En la historia de Chile, los partidos donde ha militado el Presidente respectivo tienen un rol de ordenamiento de la coalición, lealtad con las transformaciones contenidas en el programa, de gestionar las crisis y de ponernos al frente en los momentos más difíciles. Nuestro objetivo es poner a la Convergencia, que es el partido del compañero Presidente lo más alto posible y creo que lo vamos a lograr.

"no cuesta nada ser responsables"

- En las últimas semanas, el gobierno ha tenido que enfrentar situaciones bastante complejas, entre el revés por el quinto retiro, el paro de camioneros y otras graves alteraciones al orden público. ¿Cómo califica su desempeño?

- Estamos frente a una crisis que precede al gobierno, nosotros no somos responsables de la crisis, pero sí somos los responsables de resolverla. Las esperanzas y las expectativas son altas, porque somos una alternativa nueva que quiere cambiar el fondo y la forma de hacer política, y eso siempre va a ser más complejo que el hecho de que una fuerza tradicional haya llegado al Ejecutivo. Nunca antes habíamos gobernado y hoy nos toca hacernos cargo de la multiplicidad de dolores del pueblo chileno. El Estado es un aparato gigante, humanamente era imposible instalarse en menos de un mes, pero ya terminamos esa fase y ahora el mandato del Presidente es ir a terreno. En general reconocemos que hay tantas expectativas como dolores existen, o por abandono; y entre resolver una carencia material y cuadrar la caja fiscal siempre va a haber una tensión eterna, pero que se administra priorizando y mirando bien el paso a paso. Este martes hubo un encuentro ampliado entre los y las ministras, ya comenzamos a tramitar lo que van a ser las reformas estructurales y en ello vamos a poner toda nuestra energía y voluntad para que salga adelante.

- El hecho de que no todos los diputados oficialistas y cercanos a dicho bloque se hayan cuadrado con el retiro acotado, insistiendo con el proyecto parlamentario, ¿complejiza la labor de cara a otras iniciativas?

- Ese tema es bien especial. Si tú mezclas una ciudadanía del consumo, con diez puntos de inflación, es muy difícil competir contra una política que te da el dinero con solo un click. En Argentina los políticos están obligados a entender lo destructivo que resulta asumir el costo de la vida, porque lo llevan viviendo una década y en Chile esto es nuevo, no lo habíamos visto en los últimos 30 años; por lo que muchos no ponderan y prefieren quedar bien hoy con los votos, aunque a esos mismos votos mañana no les alcance para comprar carne. Yo le diría a los parlamentarios que no cuesta nada instruirse más, ser responsables y no engañar a su gente; hoy la situación es distinta, tenemos más herramientas y si no queremos hipotecar las reformas estructurales y dar confianza con un nuevo sistema de pensiones, nos toca ser bien estrictos. Esa decisión tuvo costos y las subidas y bajadas son efímeras, lo importante es cuánto avanzaste en cuatro años, cuánto mejoró material y espiritualmente la vida de la gente al término de tu mandato, y no me perdería en la dictadura de lo inmediato, porque la política por definición es oscilante.

- La ministra de la Mujer, Antonia Orellana, aseguró en una entrevista que "el oficialismo en el Congreso tiene un desafío y es comprometerse con el éxito del gobierno, porque va a ser también su éxito". ¿Existe ese compromiso?

- Aquí hay culturas políticas distintas, con diferencias históricas que son naturales, porque hasta hace poco nos disputábamos la renovación de la izquierda, pero el liderazgo de la nueva izquierda se va a medir por cuán capaces somos de hacer que las victorias para la gente, se sientan como victorias propias de todo el bloque oficialista, de todos los partidos. No hay que ser muy dogmático para darnos cuenta de que se puede avanzar en un horizonte común, hoy nos necesitamos y particularmente yo me estoy empeñando mucho en coordinar y propender a la unidad del bloque oficialista en el Parlamento, pero eso es algo que se ha fortalecido bastante en el trayecto que llevamos de gobierno.

Las esperanzas y las expectativas son altas, porque somos una alternativa nueva que quiere cambiar el fondo y la forma de hacer política, y eso siempre va a ser más complejo que el hecho de que una fuerza tradicional haya llegado al Ejecutivo. Nunca antes habíamos gobernado y hoy nos toca hacernos cargo de la multiplicidad de dolores del pueblo chileno".

Si no queremos hipotecar las reformas estructurales y dar confianza con un nuevo sistema de pensiones, hoy nos toca ser bien estrictos. Esa decisión tuvo costos y las subidas y bajadas (en las encuestas) son efímeras, lo importante es cuánto avanzaste en cuatro años, cuánto mejoró material y espiritualmente la vida de la gente al término de tu mandato".

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