La reactivación del proyecto de construcción de un hotel en la avenida San Martín, en los terrenos que por décadas ocupó el Sanatorio Marítimo, sería posible si se llega a confirmar un acuerdo entre la empresa ejecutora y sus acreedores.

La iniciativa fue acometida por HRV, sociedad formada por el empresario Álvaro Saieh, y las obras serían financiadas con créditos otorgados por los bancos Internacional y BTG Pactual Chile. No obstante, la construcción, que demanda una inversión de US$ 70 millones, quedó paralizada y HRV acumuló un pasivo de $11.758 millones que comparten los mencionados bancos. La situación se destrabaría mediante el acuerdo judicial entre deudor y acreedoras, con lo cual se podrían retomar las abandonadas obras de San Martín con 15 Norte.

El proyectado hotel contempla 195 habitaciones, salones de eventos, un gran gimnasio, piscina interior, un restaurante y un bar. En cuanto a la operación, está vigente un convenio entre HRV y Mandarin Oriental Hotel Group para la operación del establecimiento.

Cabe consignar que el acuerdo con las entidades financieras está sujeto a condiciones, una de ellas es que la sociedad de Saieh debe gestionar la venta del inmueble. Los acreedores quedarán facultados para definir, con acuerdo del deudor, "un mecanismo que proteja los intereses de todas las partes con el objetivo de maximizar el valor de la venta y el cobro de las deudas". El empresario acordó con sus acreedores entregar un aporte de 28.000 UF en un plazo de 30 días para reiniciar la obra a contar de la aprobación del convenio indicado, plazo que con acuerdo de los acreedores se podría prorrogar en 15 días.

Esta iniciativa hotelera, más allá de lo económico, ha debido sortear diversos obstáculos, partiendo por la oposición de vecinos y una polémica por el supuesto destino habitacional de parte del edificio de 19 pisos que se proyecta. También se esgrimieron argumentos de la Ley Lorca sobre edificaciones en el borde costero viñamarino.

Con todo, los trabajos se iniciaron en 2015, quedaron paralizados, pero actualmente tienen todos los permisos vigentes, materia que, sin embargo, podría tener tropiezos debido a los aires "negacionistas" que flotan en el ambiente viñamarino. Una de las nuevas objeciones que podrían surgir es respecto al impacto del nuevo hotel en el ya congestionado nudo vial que existe en la mencionada esquina, por la cual discurre todo el tráfico hacia y desde el sector norte de Viña del Mar y la comuna de Concón.

Es posible resolver ese problema puntual considerando algún paso a desnivel que facilite el movimiento, inversión de la cual no podrían estar ausentes el mismo proyecto hotelero y un eventual desarrollo inmobiliario en los terrenos cercanos que ocupaban las petroleras. El nuevo hotel, además de ser un aporte al turismo, sería una contribución a la creación de empleos tanto en su construcción como en la operación.

Hace pocos días inauguramos en el Museo de Bellas Artes de Valparaíso - Palacio Baburizza la exposición "Carlos Hermosilla, grabador de Valparaíso", muestra antológica que recoge 37 obras creadas por el gran maestro Hermosilla y que él mismo donó a la municipalidad de la ciudad poco antes de su fallecimiento. Gesto noble, similar al que tuvo con la Universidad de Playa Ancha, a la cual le entregó prácticamente toda su colección, con la cual se dio origen al Fondo de las Artes, primero, y más tarde al Museo Universitario del Grabado (MUG).

Don Carlos, a quien tuve el gusto de conocer, hoy pienso que fue más bien un honor, era un hombre pequeño, pero fuerte a la vez. Pequeño de contextura física, pero de una fortaleza impresionante, nada ni nadie lo limitaba. A pesar de sus falencias físicas, producto de la polio sufrida de niño, no se detenía ante nada. Era un hombre entero, derecho, de principios, de carácter y convicciones, pero sobre todo era un artesano del grabado, al que dedicaría toda su vida.

Comenzó muy joven con la prensa y las tintas, hizo una obra marcada por lo social, lo urbano y lo popular. Las mujeres, los campesinos, los obreros y la ciudad fueron sus motivos centrales a la hora de crear. Para él, tuvo especial importancia poner en valor a los más humildes, a los postergados, a esos con los que compartía el sufrimiento y las postergaciones.

Don Carlos tuvo la gracia de no crecer con rencores ni resentimientos, muy por el contrario, era un hombre alegre, generoso, amable, capaz de entender al que pensaba distinto, compartir con quienes tenían más, no envidiar y era muy generoso en el traspaso de la técnica. Fue un gran maestro, formador de muchas generaciones de artistas, que siempre tuvieron un maestro guía y un amigo en él.

El arte del grabado en nuestra zona tuvo en el maestro Carlos Hermosilla al más importante referente y al más generoso profesor que se pudiera conocer. Su obra y su trabajo fueron la punta de lanza para que muchos se animaran con la técnica. Hoy día podemos reconocer a una larga e importante lista de discípulos, que mantienen vivo el legado de su formador.

Tener esta exposición en el museo es un motivo de señalado orgullo y, a la vez, un gesto de reconocimiento para un hombre que le dio tanto a Valparaíso, ciudad en la que nació e hizo gran parte de su vida. Nos ha parecido de toda justicia dedicarle esta exposición con estas obras tan significativas, donde podemos ver la evolución de su técnica y la permanencia de su oficio. Don Carlos estará en el museo hasta el 12 de junio y esperamos que su espíritu y grandeza nos acompañen por siempre.