Argentina apabulló a Estonia (5-0) ayer gracias a cinco goles de un Leo Messi en estado de gracia que hizo vibrar a los numerosos aficionados de la Albiceleste que se congregaron en estadio de El Sadar en Pamplona, España, para apoyar a la selección transandina.

Es la primera vez que el actual delantero del París Saint Germain logra cinco goles en un partido con la camiseta de la selección argentina y la segunda en su carrera, puesto que lo hizo con el Barcelona ante el Bayer Leverkusen en la Liga de Campeones.

La Albiceleste llegó a Pamplona tras conquistar la Finalísima el pasado miércoles en Wembley ante Italia y el duelo no pudo comenzar mejor para el equipo sudamericano.

A pesar del carácter amistoso del encuentro, el portero estonio Igonen cometió un claro penalti sobre Pezzela. Messi recogió el balón y firmó el primer gol desde los once metros en el minuto 9.

Los de Lionel Scaloni acapararon la posesión del balón con mucha movilidad de sus atacantes, aunque el combinado estonio pudo hacer el empate a través de Zenjov, quien llegó justo en un uno contra uno frente a Armani y no pudo dirigir bien su disparo.

Tocó y tocó Argentina buscando a una Estonia bien plantada con una defensa de cinco futbolistas y una línea de cuatro por delante. Messi anotó el segundo tras una pared con Papu Gómez. El astro argentino golpeó con el interior de su pierna izquierda ante Igonen.

Tras el descanso, más de lo mismo. Messi se llevó el balón a casa al meter el tercero. Los argentino dominaron en todo momento y el delantero del Paris Saint Germain marcó el cuarto tras hacer un recorte al portero. El exfutbolista del Barcelona no necesitó esforzarse al máximo para salir ovacionado de Pamplona. Sin sacar a relucir su magia, metió el quinto cuando todavía restaban 15 minutos para el final.

Tras el partido, el entrenador de Argentina, Lionel Scaloni, afirmó ante la prensa que Lionel Messi no solo es patrimonio de los argentinos, "sino del fútbol mundial".

El chileno Tomás Barrios (138° del ranking ATP) cayó ayer en la final del Challenger 90 de Poznan en Polonia, tras ser derrotado en sets corridos por el francés Arthur Rinderknech (68°).

El chillanejo fue vencido por parciales de 3-6 y 6-7 (2), en dos horas y 25 minutos de partido.

Y es que la cuarta raqueta de Chile luchó durante una hora y 12 minutos en el primer set para terminar perdiéndolo y en el segundo parcial dio una lucha aún más intensa intentando llevárselo para alargar las acciones, pero a pesar de su gran esfuerzo eso no fue posible. Así, la segunda manga duró otra hora y 12 minutos , y aunque Barrios estuvo cerca, finalmente terminó cayendo.

Pese a exigirse en el encuentro, el tenista nacional no pudo estar cerca de la gloria y terminó cediendo ante el buen ritmo que presentó el jugador galo.

Mejor ranking

No obstante, a pesar de su caída, el tenista de 24 años sumó los puntos necesarios para salir del actual puesto 137 en el que se ubica en el escalafón mundial y hoy debería amanecer 11 ubicaciones más arriba, en el 126, acercándose con pasos agigantados al Top 100.

Asimismo, esta semana Barrios iniciará su participación en el Challenger de Lyon.

Cabe recordar que para acceder a esta final, Barrios logró un sólido triunfo ante el argentino Genaro Olivieri (249°) en las semifinales, imponiéndose ante el trasandino en dos sets por 6-4 y 6-1 en una hora y 19 minutos.

Antes, el chillanejo tuvo que superar un duro encuentro ante el belga Zizou Bergs (200°) en cerca de tres horas de juego, para finalmente salvar un punto de partido en el desempate del tercer set e imponerse por 7-5, 3-6 y 7-6 (6).

El español Rafael Nadal amplió ayer su leyenda, al sumar un nuevo triunfo en Roland Garros, el decimocuarto de su carrera, con lo que totaliza 22 Grand Slam y se aleja a dos del serbio Novak Djokovic como el tenista que ha ganado más torneos, de este calibre, de la historia.

En su pista favorita, donde ha conseguido sus mayores logros, dos días después de festejar su cumpleaños número 36, Nadal se impuso con autoridad al noruego Casper Ruud, 6-3, 6-3 y 6-0, en 2 horas y 18 minutos.

No fue la mejor final, pero sí una de las de más mérito de las 14 que ha disputado Nadal sobre la arcilla de París, porque llegaba a la capital francesa con muy poco rodaje, tras una nueva lesión en su pie izquierdo.

Tras levantar en Melbourne el Abierto de Australia, hace unos meses, encadenó los dos primeros Grand Slam del año por primera vez en su carrera.

Nadal se convirtió en el tenista más veterano en levantar la Copa de los Mosqueteros, superando a su compatriota Andrés Gimeno que lo hizo en 1972, con algo menos de 35 años.

El español, ayer tenían enfrente a Ruud, alumno de su academia, el más joven rival que ha afrontado para levantar el título, un meritorio tenista de tierra batida a sus 23 años que, al final no tuvo las armas para complicar a un Nadal que se adjudicó el duelo en tres mangas.

De esta forma el español logró un nuevo Roland Garros, derrotando en 5 sets r al canadiense Felix Auger-Aliassime en octavos, luego ganando en cuatro a Djokovic en cuartos, para pasar a la final lego de que el alemán Alexander Zverev se retirara por lesión en la semifinal.

Infiltrado

Tras el encuentro, Nadal reveló que jugó infiltrado, que tras su partido de segunda ronda apenas podía andar y que a partir de la próxima semana se someterá a un nuevo tratamiento.

"El peor momento lo pasé tras el partido con (Corentin) Moutet, no podía andar. Por suerte, mi doctor estaba aquí y eso me ha permitido jugar infiltrado", afirmó el mallorquín a la televisión pública francesa.

"No puedo seguir compitiendo con el pie dormido, hay que encontrar una solución. Me encantaría seguir compitiendo. La próxima semana voy a hablar con médicos y contemplar diversas opciones", indicó.