Voluntad para acabar con la contaminación
El último episodio de intoxicación masiva en la bahía de Quintero pone a prueba una promesa del Presidente Boric: terminar con las "zonas de sacrificio" La mera formulación de una promesa no es suficiente y la población exige una intervención mayor, basada en planes de inversión concretos, plazos claros y razonables, y responsables específicos.
"Pura reunión, puro gesto", le respondió un usuario de Twitter al diputado Gonzalo Winter, quien en la misma red social publicó el siguiente mensaje a propósito de la intoxicación masiva de escolares ocurrida en colegios de Quintero y Puchuncaví: "Una de las promesas de nuestro gobierno es terminar con las zonas de sacrificio. Las autoridades ya anunciaron reunión de emergencia para tomar medidas. Ningún daño sin sanción". El intercambio da cuenta de la profunda desconfianza que existe frente a cualquier acción del Estado para terminar con la contaminación ambiental que sufre la población de Quintero, Puchuncaví y, en menor medida, Concón. Años de monitoreo, protocolos de emergencia, reuniones de alto nivel y declaraciones altisonantes en organismos internacionales no han servido para eliminar totalmente el riesgo presente en la zona y los propios habitantes los perciben como paliativos de una situación estructural que requiere decisiones de fondo sobre el funcionamiento y presencia de las empresas cuya producción está directamente emparejada con la emisión de contaminantes en las tres comunas.
La pregunta, por tanto, es si el Gobierno de Gabriel Boric está dispuesto a cumplir su compromiso de campaña, expresado con claridad por el diputado Winter en el categórico eslogan de "terminar con las zonas de sacrificio".
Por su disponibilidad de agua y cercanía a puertos y proyectos mineros, el Estado comenzó a fines de los años 50 del siglo pasado la construcción de un complejo industrial, compuesto de una fundición y una refinería de cobre, en el valle de Ventanas. La primera etapa fue inaugurada en 1964 y la segunda, dos años después, bajo la Presidencia de Eduardo Frei Montalva. Cualquier solución al problema ambiental de la zona pasa por incluir la voluntad del Estado y el compromiso de que su principal empresa en la bahía de Quintero adopte las costosas medidas de actualización tecnológica e instalación de filtros que permitirían prevenir, predecir y reducir la emisión de todos los compuestos contaminantes que produce.
¿Será un punto de inflexión la reunión que mañana sostendrán las autoridades comunales y regionales con el presidente de Codelco, Máximo Pacheco? Las primeras declaraciones del exministro de Energía expusieron la voluntad de actuar proactivamente, revisar el plan operacional de la planta en Ventanas e "implementar las medidas necesarias para evitar a todo evento la afectación de la salud y del medioambiente". Sin embargo, la simple promesa no es suficiente y la población exige una intervención mayor, basada en planes de inversión concretos, plazos claros y razonables, y responsables específicos.