Las condiciones para el Apruebo y Rechazo
La campaña para el plebiscito del 4 de septiembre estará marcada por la idea de que el proceso constituyente no terminará esa jornada. El debate constitucional no terminará en el referéndum, sino que se extenderá en sucesivos perfeccionamientos hasta que la Carta Magna sea una expresión de cordura.
Tan solo 24 horas después de que la Convención entregara su propuesta de nueva Constitución Política para Chile y se disolviera en el mismo acto, el país entró en la tierra derecha del plebiscito de salida, programado para el 4 de septiembre. Será la sexta oportunidad en que los chilenos acudan a las urnas en menos de dos años y marcará el fin un intenso ciclo político, uno que por demasiados momentos ha visto perder la cordura de sus actores centrales, pero no necesariamente será el último acto del proceso constituyente que nació la madrugada del 15 de noviembre de 2019, cuando una mayoría de las fuerzas políticas representadas en el Congreso firmó el Acuerdo Por la Paz Social y la Nueva Constitución.
Ad portas del inicio formal de la campaña, ya están más o menos claros los argumentos que se pondrán sobre la mesa y varias figuras sinceraron su postura y sus condiciones. Por ejemplo, un abanico bastante amplio del arco político de izquierda ha planteado como elemento central de su campaña en favor del Apruebo la necesidad de aplicar reformas al texto recién elaborado. Esto deja mal parado el trabajo de la Convención y encierra en una incómoda minoría al grupo de convencionales y políticos que, como Fernando Atria, plantea que se trata de una buena propuesta y que no requiere de ningún acomodo relevante antes de que entre en plena vigencia.
Casi como una realidad espejada, al otro lado del océano político existe un consenso casi absoluto de que los argumentos a favor del Rechazo parten en la obligación de reformar a fondo la actual Constitución. Dicha idea comienza también a convencer al centro político. De allí que un grupo de exfiguras de la Concertación -Andrés Velasco, Felipe Harboe, Javiera Parada, Manuel Marfán y Óscar Landerretche, entre los más conocidos- difundieran una carta invitando a votar Rechazo en septiembre y criticando que la oportunidad de elaborar un texto constitucional que "nos identificara a todos y todas" fue "desperdiciada".
También el expresidentre Ricardo Lagos aplicó un duro golpe a la idea de un Apruebo sin condiciones, al plantear que "Chile necesita una Constitución que suscite consenso y que, más temprano que tarde, nos permita dejar de debatir acerca de ella, para convivir dentro de ella". En paralelo, ayer la Comisión de Constitución del Senado aprobó el proyecto para bajar a cuatro séptimos (4/7) los quorums supra mayoritarios que impone la constitución actual para su reforma. Con ese conjunto de acciones, argumentos y figuras políticas partió la contienda por el plebiscito de salida, aunque todo indica que el debate constitucional no terminará ese día, sino que se extenderá en sucesivos perfeccionamientos hasta que la Carta Magna sea una expresión de cordura y para ello, según nos ilustra la Real Academia Española, se requiere prudencia, sensatez y buen juicio.